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Cartel definitivo, nuevas imágenes y tráiler final en HD de Redención

Antoine Fuqua (Los amos de BrooklynEl rey Arturo) dirige esta película que está protagonizada por Jake Gyllenhaal (Sin tregua, Código fuente), Rachel McAdams (Una cuestión de tiempoEl diario de Noa) y Forest Whitaker (Platoon, El último rey de Escocia).

Billy “El Grande” Hope (Jake Gyllenhaal) es un luchador que ha conseguido todo lo que siempre había querido en su vida: gozar de gloria, una esposa perfecta, una hija adorable y premios. Sin embargo, el mánager que le había acompañado siempre le abandona y Hope cae en desgracia.

A pesar de las adversidades, Hope no se rinde y acude a un decadente gimnasio local en el que Tick Willis, un bombero retirado, entrena a los boxeadores amateur más duros de la ciudad. Allí, Hope luchará por encontrar su redención y recuperar la confianza de sus seres queridos.

Antoine Fuqua (Los amos de BrooklynEl rey Arturo) dirige esta película que está protagonizada por Jake Gyllenhaal (Sin tregua, Código fuente), Rachel McAdams (Una cuestión de tiempoEl diario de Noa) y Forest Whitaker (Platoon, El último rey de Escocia).

En un principio, el protagonista del filme iba a ser Eminem, pero finalmente fue remplazado por Jake Gyllenhaal. El guionista de la película es Kurt Sutter, el creador de la serie Sons of Anarchy.

En un principio, la encargada de distribuir la película era DreamWorks, pero al final el gran honor pasó a manos de Sony. Aquí en España finalmente lo hará de la mano de Fílmax tras un considerable retraso de más de dos años.

ACERCA DE LA PRODUCCIÓN

No fue precisamente el amor por el boxeo lo que llevó al actor nominado al Oscar Jake Gyllenhaal a protagonizar REDENCIÓN. De hecho, Gyllenhaal no estaba nada familiarizado con este deporte antes de incorporarse al proyecto, aunque ahora se considera un ávido fan. Para él, el director Antoine Fuqua, que practica el boxeo y entrena cada día, fue la razón principal de su interés por el filme. Se habían conocido años atrás, y Fuqua le insistió en que le encantaría dirigirle en algo que el público no hubiera visto nunca. Aunque Gyllenhaal se tomó aquello como la  típica conversación de Hollywood, que luego quizá queda en nada, Fuqua finalmente cumplió con su palabra. Determinado a que REDENCIÓN no fuera “una película de boxeo más”, el realizador se propuso encontrar a un actor que quisiera asumir el papel de Billy “El Grande” Hope de la forma más literal y descarnada posible –sin dobles, con muy pocos efectos especiales, sin que sea necesario excesivo montaje– simplemente entrenamiento puro y duro,  para ofrecer una réplica del mundo del boxeo lo más fiel posible.

“El motivo por el que me gusta interpretar determinados personajes es la propia duda que tengo sobre mi capacidad para hacerlo”, confiesa Gyllenhaal. “Antoine creyó en mí años antes de que yo ni siquiera lo supiera, y luego en el proceso él seguía creyendo en que yo podía hacerlo. Creo que una fe tan convencida hace que saques lo mejor de ti”.

Dada la intensiva inmersión de Gyllenhaal en el papel de Billy, puede sorprender que la película estuviera originalmente pensada para un intérprete muy distinto: el artista de hip hop Marshall Matters, más conocido como Eminem. El creador de Hijos de la anarquía, Kurt Sutter, cuyo padre fue luchador semiprofesional, fue el primero que contactó con el equipo del rapero tres años antes con la posibilidad de hacer un remake del clásico de boxeo Campeón (1979). Sin embargo, a Sutter no le acababa de convencer la idea de hacer una mera revisión de una película clásica. “Siempre intento no hacer nada que recuerde a otra cosa, así que mi intención fue explicar la historia de Marshall a través de una analogía pugilística”.

Junto con Sutter, Fuqua y Gyllenhaal tomaron la determinación de elaborar un largometraje que fuera tanto una oda realista al deporte como una historia compleja pero narrable de dureza de la vida personal y familiar. Gyllenhaal apunta: “Lo que me intrigaba desde el principio fue la idea de que Billy es un tipo que se ha construido a sí mismo a partir de su propia rabia y de su propio enojo –se labró una carrera con ello, tuvo un gran éxito y ganó mucho dinero. De hecho, esa ira puede indirectamente acabar por destruirte. Al final, para mí, y sé que también para Antoine, esta es una historia sobre un hombre que se enfrenta a su propia ira y a la idea de lo que significa ser padre”. Sutter añade que después de leer el guión con Fuqua y Gyllenhaal, empezaron a enfocarlo y a darle una nueva forma, desde una metáfora específica del viaje personal del protagonista —que era la idea inicial— a una temática de más alcance.

“Me di cuenta de que no era simplemente la historia de un solo hombre”, dice Sutter. “En realidad era esta historia universal sobre la redención, la superación de obstáculos y demonios personales, y el hecho de poner a los demás por delante de ti”. Lo que también se acordó entre el director, el guionista y el actor principal fue que el género cinematográfico pugilístico va acompañado de numerosos y familiares tópicos, y lo que todos quisieron fue dar lo máximo de cada uno para llevar REDENCIÓN por un camino diferente y refrescante.

A fin de sentar unos sólidos cimientos para construir una película de boxeo excepcionalmente realista, Fuqua contó con los servicios del legendario entrenador y coreógrafo de luchas Terry Claybon. Antiguo boxeador profesional que ganó tres Guantes de Oro y se retiró invicto, Claybon ha trabajado con Denzel Washington, Kevin Spacey, Matt Damon y Ben Affleck, entre muchos otros. Tiene también un papel en la película interpretando a T, el ayudante de Tick Willis, el personaje de Forest Whitaker.

El director y Claybon se conocieron siete años atrás en trabajando en la preparación de Training Day. Fuqua volvió a contactar con él para REDENCIÓN unos tres años antes de comenzar el rodaje, cuando negociaban con Eminem la posibilidad de interpretar al protagonista. Claybon comenta la idoneidad de Fuqua para realizar una cinta de boxeo: “La diferencia está en que Antoine sabe boxear. Ha estado en el ring, ha boxeado y ha sido sparring. Por lo tanto, si hay algo en pantalla que no sea real, él será capaz de verlo. Tiene ojo clínico para el boxeo”.

Con el guión de Sutter como punto de partida, Gyllenhaal y Fuqua buscaron la forma de crear un Billy Hope lo más auténtico y fiel posible, combinada con un largo periodo de paciente e intenso trabajo. El director y el actor eligieron trabajar junto con Claybon –que viajaba a todas partes con ellos– prácticamente cada día durante seis meses, aprendiendo las complejidades e interioridades del boxeo en cuanto a técnica, física y mentalidad. Durante aquellos meses trabajaban a razón de dos sesiones al día, con Fuqua a menudo asistiendo a la primera sesión de entreno del día para estar presente en los momentos en que el personaje tomaba forma. “Antoine decidió que me acompañaría en el viaje físico”, recuerda Gyllenhaal.

“Era fantástico tener a tu director ahí, apoyándote cada día. Esa motivación y sacrificio es lo que nos hacía avanzar a ambos. Creo que esa energía se refleja en la película”. Comenzando por una carrera de entre dos y diez millas, el programa de seis horas diarias incluía saltar a la comba, saco, técnica y trabajo de pies, y ejercicios de acondicionamiento como sprints, dominadas y sentadillas. Como Billy tenía que boxear como un semipesado, Gyllenhaal tuvo que trabajar para adelgazar hasta menos de 80 kg, unos 15 por debajo de su peso normal. “Fueron seis meses de trabajo muy intenso y de aprendizaje de las técnicas del boxeo de la forma más rudimentaria”, afirma. Sobre la preparación de Gyllenhaal, Claybon apunta que “Jake le cogió el tranquillo al boxeo mucho antes de lo que esperaba. Llegó con la mente abierta, mientras que hay muchos que llegan haciéndose los gallitos”.

El recorrido de Gyllenhaal para conseguir el personaje no se quedó en el nivel físico. Para Fuqua y para él, entrar en el entendimiento y en la mentalidad de un boxeador era igual de importante para hacer justicia al guion y al papel. “La mayoría piensan que cuando hablamos de boxeo todo se centra en la parte física”, explica Claybon. “Pero mentalmente tienes que prepararte como si fueras a tener un combate real, y saltar al ring con la capacidad para establecer un estilo distinto de boxeo en cada contienda”. Junto a la dura rutina de entreno, había también una inmersión en el mundo de los púgiles, lo cual fue un factor clave para que Billy Hope cobrara vida en pantalla, gracias a un actor que se pasaba el día en el gimnasio rodeado de profesionales y al lado del ring, observando combate tras combate, e incluso visitando las instalaciones del campeón del mundo Floyd Mayweather. “El cuerpo solo funcionará si lo hace la mente”, señala Gyllenhaal. “La verdad es que pasé poco tiempo haciendo cualquier otra cosa o socializando de cualquier otra manera”.

La forma en que enfocaron REDENCIÓN iba en línea con su manera habitual de prepararse loa papeles, tratando de convertirse en el personaje más que simplemente emularlo. “Al cabo de un tiempo, lo que pasa es que absorbes las moléculas del mundo en que te encuentras. Me encanta hacer cosas inconscientemente como actor, y eso lleva su tiempo. Cuando interpretas a un personaje y has absorbido su mundo lo suficiente, llevas sus moléculas en la sangre”. Desde la preparación hasta que se completó el rodaje, Gyllenhaal desarrolló un increíble respeto por lo que soportan mental y físicamente los boxeadores reales. “Existe una cuestión legítima de la vida y la muerte cuando saltas al ring que no se asemeja a ningún otro deporte ni a ningún aspecto de la sociedad, con la excepción de ir al ejército”, observa. “Creo que, de algún modo, es una bella metáfora de la vida, porque entras en el ring solo, sales igual de solo, y el viaje que realizas entre esos dos momentos te pertenece solo a ti.

Como fan de los combates, observar la fuerza que se necesita para ser un profesional –la voluntad, la preparación, la disciplina y el arte– es algo que me llega a conmover”. Fuqua comparte una pasión similar, si no mayor, por el deporte. REDENCIÓN no es el primer set en el que ha entrenado como boxeador. De hecho, siempre se asegura de que hay un ring y un gimnasio cerca de todos sus rodajes. “Creo que los boxeadores son los deportistas más vulnerables de todos, porque en cada ring que pisan se dejan una parte de ellos mismos”.