Matt Damon regresa a su papel más icónico en Jason Bourne. Paul Greengrass, el realizador de El mito de Bourne y El ultimátum de Bourne, vuelve a colaborar con Matt Damon en este nuevo capítulo de la franquicia Bourne, de Universal Pictures, donde el agente más letal de la CIA se ve obligado a salir de entre las sombras.
Hace casi veinte años, un brillante y joven soldado se presentó voluntario en un programa experimental de entrenamiento para operaciones especiales después de que le comunicaran la muerte de su padre a manos de unos terroristas. Le prometieron que podría honrar a su familia y a su país aumentando su ya considerable inteligencia, agilidad y habilidades hasta límites insospechados.
Pero todo era mentira.
Sometido a un entrenamiento brutal del que no recordaba nada por personas a las que no podía identificar, se convirtió en un asesino de élite bautizado como Jason Bourne, cuya transformación en arma humana costó cien millones de dólares y que, según sus diseñadores, no funcionaba bien.
Para saber cuál era su verdadero objetivo, Jason Bourne localizó a esos diseñadores, que intentaron borrarle del mapa y mataron a la única mujer a la que realmente había amado. Después de vengarse, descubrir su verdadera identidad y creer que había llegado el fin de sus creadores, consiguió una tranquilidad momentánea y decidió desaparecer para siempre. Al menos, eso esperaba.
Pero se ha activado un nuevo programa desarrollado por una estructura global mucho más complicada y engañosa que cualquiera de las existentes en la época de los superpoderes en la que fue creado Bourne. No tarda en localizarle una red infinitamente astuta y mucho más peligrosa que cualquier gobierno, creada para manipular el terror, la tecnología y la insurgencia con el fin cumplir sus objetivos.
Los perseguidores están convencidos de que Bourne se entregará para ser "reacondicionado" si le dan lo que desea. Sin embargo, el arma más elitista jamás diseñada sabe algo que sus rastreadores no parecen entender: incluso un soldado desmoralizado intentará defender a los inocentes de aquellos que abusan de su poder.
Varios intérpretes internacionales se unen a Matt Damon en el reparto de Jason Bourne, encabezados por los oscarizados Tommy Lee Jones (la franquicia Hombres de negro, El fugitivo) y Alicia Vikander (La chica danesa, Ex Machina), así como Vincent Cassel (Cisne negro, Ocean's Thirteen), Riz Ahmed (Nightcrawler, Four Lions), Ato Essandoh (Django desencadenado, Diamante de sangre) y Scott Sheperd (El puente de los espías, Ithaca). La actriz Julia Stiles (El lado bueno de las cosas, la trilogía Bourne) encarna de nuevo su papel clave de Nicky Parsons.
El guión está basado en los personajes de Robert Ludlum, y los guionistas son Paul Greengrass y su colaborador habitual, el oscarizado Christopher Rouse (Capitán Phillips, la trilogía Bourne), que también es el montador del largometraje.
Entre el equipo técnico se encuentra el director de fotografía Barry Ackroyd (En tierra hostil, Capitán Phillips); el diseñador de producción Paul Kirby (Capitán Phillips, Kingsman: Servicio secreto); el oscarizado diseñador de vestuario Mark Bridges (The Artist, Capitán Phillips), así como los compositores John Powell (las entregas de Cómo entrenar a tu dragón, la franquicia Bourne) y David Buckley (The Town: Ciudad de ladrones, la serie "The Good Wife").
El productor Frank Marshall, que forma parte del equipo desde la primera película, dice: "Por fin se nos ocurrió una idea que encajaba con el regreso de Bourne. Hablábamos de posibles historias con Paul y Matt, y de pronto, una nos pareció idónea. Reconozco que no nos preocupaba realmente realizar otra película, una tercera secuela, sino que hubiese un cambio relevante en el mundo que nos inspirase para contar una nueva historia".
"Todos estábamos de acuerdo en que el mundo había cambiado mucho y que podíamos crear un capítulo que encajase con lo que pasa hoy en día", sigue diciendo el productor. "Esta franquicia significa mucho para mí porque estuve al principio, cuando germinó la idea a partir de la primera novela de Robert Ludlum, que transcurría en la era de la Guerra Fría y la trasladamos al mundo del siglo XXI. Me entusiasma que con esta quinta entrega sigamos empeñados en que sea relevante y que los espectadores esperen con impaciencia ver adónde ira Bourne esta vez".
Ante todo, Jason Bourne es un patriota. Se presentó como voluntario para defender a la nación, y las instituciones en las que había depositado su confianza le traicionaron. Estos sentimientos siguen vigentes en el mundo de hoy. Basta con tomar el ejemplo de la crisis financiera y de lo que pasó con la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) para entender que algunos se sienten decepcionados con el gobierno".
La idea de intentar equilibrar la intimidad individual con la seguridad estatal es un tema que fascina a Paul Greengrass y Christopher Rouse. Era importante que Jason Bourne se sintiera perseguido por lo que hizo y descubrió en la última película.