En Tengo tres estrellas y veinte cruces, primero de los conciertos lorquianos de encargo por el FIAS que tuvo lugar ayer en la Sala Roja de Teatros del Canal, Ángeles Toledano, Víctor Cabezuelo, Gloria Maurel y Javier Martín, músicos especializados en estilos muy diferentes, mezclaron flamenco, electrónica, ambient pop, psicodelia y jazz.
El fundamento de esta propuesta son los Poemas del cante jondo, que Lorca escribió en 1921 y publicó en 1931. Con ellos y con los que compondrían el Romancero gitano configuró una de sus personalidades poéticas más populares.
Es Ángeles Toledano quien marca la impronta flamenca de este concierto. La artista jienense nacida en 1995 aprendió de su abuelo los primeros cantes a los siete años y ha actuado en sitios tan representativos como la Bienal de Flamenco de Sevilla o el Festival Flamenco de Jerez. El músico y compositor Víctor Cabezuelo (1983) suma el sonido de sus sintetizadores, campo en el que se ha convertido en uno de los mayores referentes a nivel nacional, trabajando con nombres tan importantes como Zahara, Enrique Bunbury, Mikel Erentxun, Anni B Sweet, Second o Russian Red.
La baterista Gloria Maurel (1992) es la especialista en jazz, y a pesar de su juventud acumula un currículum impresionante de actuaciones en grandes giras y espectáculos. Los sonidos electrónicos de Tengo tres estrellas y veinte cruces los aporta Javier Martín (1980), quien ha formado parte de numerosos grupos y actualmente integra junto a Marta Brandariz el dúo de música electrónica The Low Flying Panic Attack.
Una experiencia audiovisual única que acerca los poemas de Lorca a la electrónica. Pero por encima de todo es una propuesta llena de sentimiento, pasión y duende.