The Quiet Girl

Próximos estrenos España 24 de febrero  

Título original

An Cailín Ciúin

Año

2022

Duración

95 min.

País

 Irlanda

Dirección

Colm Bairéad

Guion

Colm Bairéad. Historia: Claire Keegan

Música

Stephen Rennicks

Fotografía

Kate McCullough

Reparto

Catherine Clinch, Carrie Crowley, Andrew Bennett, Michael Patric, Kate Nic Chonaonaigh, Carolyn Bracken, Joan Sheehy, Tara Faughnan, Neans Nic Dhonncha, Eabha Ni Chonaola

Compañías

Inscéal, Broadcasting Authority of Ireland, TG4, Fís Éireann/Screen, Screen Ireland

Género

Drama | Familia. Años 80. Infancia

Sinopsis

La Irlanda rural, 1981. Cáit es una reservada niña de nueve años que está desatendida por parte de su pobre, disfuncional y demasiado numerosa familia. Se enfrenta en silencio con dificultades en la escuela y en casa, y ha aprendido a pasar desapercibida para cuantos la rodean. Cuando llega el verano y se acerca la fecha del parto de su madre, Cáit es enviada a vivir con unos parientes lejanos. Sin saber cuándo volverá a casa, se queda en el hogar de unos desconocidos sin más pertenencias que la ropa que lleva puesta. Poco a poco, y gracias a los cuidados de la familia Kinsella, Cáit realiza notables progresos y descubre una nueva forma de vivir. Pero en esta casa donde reina el afecto y no parece haber secretos, ella descubre una dolorosa verdad. 

 

CRÍTICA

Hay películas que quedan eternamente asociadas a un rostro y a un instante determinado. En el caso de la irlandesa The quiet girl, opera prima de Colm Bairéad, el rostro es la joven Catherine Clinch y el momento su emotivo desenlace que, sin entrar en destripes, se encuentra entre los mejores finales del año.

La película nos sitúa en la Irlanda rural de 1981. Allí conoceremos a Cait, una tímida niña de 9 años que vive desatendida por parte de su pobre, disfuncional y demasiado numerosa familia. En ningún caso tiene unos padres que no la quieran o maltraten, pero sí vive con una familia lo suficientemente compleja para que el cariño sea algo muy disperso.

Cuando llega el verano y se acerca la fecha del parto de su madre (otro más), Cáit será enviada a vivir con unos parientes lejanos. Lo que comienza como unos días con unos desconocidos terminará convirtiéndose en una auténtica relación de amor y familia.

La opera prima de Colm Bairéad (basada en una historia de Claire Keegan) es una pequeña joya llena de sentimientos y emociones. Una película tremendamente inteligente sobre la familia y los lazos que nos unen.

Lejos de caer en la lágrima fácil y en el melodrama novelesco, The quiet girl es una cinta muy depurada con un director que logra situar su mirada en los pequeños detalles que conforman la vida. Es una película que se construye a base de silencios y ausencias, con un pulso narrativo que por momentos nos evoca al cine más rural y emocional de Eric Rohmer y Truffaut.

Sí, posiblemente esa mirada idílica de Irlanda y de esas familias católicas y severas ya solo exista en la gran pantalla. Forma parte del imaginario del séptimo arte y de una visión de un país fuertemente influido por la mirada de John Ford. Pero precisamente en eso radica uno de los grandes aciertos de Colm Bairéad en su dirección, trasladarnos ante una historia llena de amor y sentimientos que nos aleje de la vida ordinaria.

No obstante hablar de The quiet girl es hablar de la joven Catherine Clinch. Uno de esos milagros cinematográficos que logran que una película vaya mucho más allá de sus planteamientos iniciales. Su mirada, sus endebles piernas y su timidez son el gran motor de una película que sabe capturar como pocas los sentimientos de la familia y la amistad.  Me atrevo a decir que a nivel de casting estamos ante uno de los mejores descubrimientos del año. Si a este acierto le unimos el formidable trabajo de Carrie Crowley y Andrew Bennett el resultado es entendible. No es ninguna casualidad que la cinta sea la elegida por Irlanda para competir en la categoría de Mejor Película Extranjera.

Más allá de su gran dirección de actores la cinta tiene reflexiones muy poderosas sobre qué es la paternidad y sobre cómo debemos entender la familia. Todo ello sin caer en la cursilada ni en los lugares comunes.

Parece que toda la película se dirige desde el primer minuto hacia ese espectacular final que sitúa la propuesta en la delgada línea de las obras maestras. Sin duda una de las sorpresas de la temporada.