1917: Una gran película de guerra
Título: 1917.
Título original: 1917.
.Dirección: Sam Mendes.
Guión: Sam Mendes, Krysty Wilson-Cairns.
Intérpretes: George MacKay, Dean-
Estreno: 10/01/2020
Productora: Amblin Partners / Neal Street Productions / DreamWorks SKG / New Republic Pictures.
Distribuidora: eOne Films Spain.
Sinopsis
Primera Guerra Mundial, conocida en su momento como la Gran Guerra. En el frente occidental, el general británico Erinmore (Colin Firth) encomienda a los cabos Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Chapman), dos jóvenes soldados británicos, una misión estrictamente imposible. Deberán entregar un mensaje urgente y decisivo al coronel MacKenzie (Benedict Cumberbatch). Para realizar esta misión deberán abandonar la trinchera a plena luz del día y avanzar por el campo francés ocupado por los alemanes. Sin respiro, en una carrera a contrarreloj, los dos soldados atravesarán angostas trincheras, alambradas y campo a través en un entorno de muerte y destrucción, rodeado de cadáveres de hombres y animales.
Crítica de Nuria Vidal:
1917 es una película de guerra. No, perdón, es una gran película de guerra, de la llamada Gran Guerra. Un clásico de ahora mismo que tiene sus raíces en Howard Hawks (El sargento York), Stanley Kubrick (Senderos de gloria) o Steven Spielberg (Caballo de batalla). Sam Mendes suma a esta lista un nuevo eslabón en el cine bélico.
“Los cabos y soldados que murieron en una guerra cruenta y terrible donde se los utilizaba como carne de cañón".
Y lo hace, además, con un reto al lenguaje cinematográfico filmando la historia en un único plano secuencia. Que en realidad sean varios planos secuencia unidos para dar sensación de continuidad, no es más que la prueba del gran trabajo del director de fotografía Roger Deakins y el montador Lee Smith. Aparte, claro, del enorme tour de force para el actor George MacKay, en pantalla toda, absolutamente toda, la película. Pero este alarde técnico se quedaría en una anécdota tecnológica (tampoco es la primera vez que se filma en plano secuencia continuado) si no fuera porque la historia que nos cuenta, casi en tiempo real, es apasionante, tiene suspense, miedo, valor, estupidez, coherencia y mucho de homenaje a esos soldados que Tolkien retrató con el personaje de Sam en El Señor de los anillos.
Los cabos y soldados que murieron en una guerra cruenta y terrible donde se los utilizaba como carne de cañón. El cabo Schofield sabe que tiene que cumplir su misión no por deber, sino por convicción y solidaridad. No será fácil, tendrá dudas, perderá amigos, sufrirá heridas, pero ese día de abril de 1917, un sólo día, mejor dicho unas cuantas horas de ese día, el cabo Schofield se habrá ganado un lugar en la historia.
Esa que le contaba su abuelo al pequeño Sam Mendes y que él resume en una frase. “La Gran Guerra fue la guerra en la que se perdió la inocencia”.