Algunas bestias: La isla del pecado
Algunas bestias
- Algunas bestias
- Año
- 2019
- Duración
- 98 min.
- País
- Chile
- Dirección
- Guion
-
Nicolás Diodovich, Jorge Riquelme Serrano
- Reparto
- Productora
-
Laberinto Films
- Género
- Drama. Intriga | Familia
- Sinopsis
- Alejandro y Ana llevan a su familia de vacaciones a una isla remota en el sur de Chile. La tranquilidad del viaje se ve perturbada cuando Nicolás, el encargado del mantenimiento, que los transportó hasta allí, desaparece dejando a la familia atrapada.
- CRÍTICA DE MIGUEL ROBLES
La geografía del film configura un retrato alegórico sobre la sordidez de las relaciones intrafamiliares y de manera enmascarada la sempiternidad irracional del ser humano Un primer plano suprageneral desde el cielo de una isla aparentemente desierta, lindante a las olas del mar y pequeñas residencias, con una cámara rígida y cenital durante un minuto, a donde llega una familia urbana con expectativas idílicas, simplifica significativamente una película de una hora y media.
Desde el comienzo, el contraste de elementos que intenta jugar su director desde el apartado visual hasta la misma espontaniedad entre sus personajes, hacen evidente que de forma impresiva el espectador espere un punto de giro de sorprendente calibre, y más con la localización en la que se ubican la entrada de una potencial revelación que descoloque el preludio de conversaciones familiares prototípicas. Menos que eso y en esmero impaciente por encontrar ese intuyente elemento metahumano, la película decide acampar sin ningún atisbo de movimiento en el mismo lugar donde empezó: una vía totalmente introspectiva.
En detrimento del dinamismo considerado explícito (la acción sucede en las inmedicaciones y los protagonistas están subordinados a las características del terreno), las diferentes temáticas que pivotan alrededor del concepto de "lo nativo" responden junto a la química necesaria de sus actores a un graduado interés por la propia degraduación moral que poco a poco corromperá del todo a los que reprimidamente ya lo estaban. Las fragilidades humanas, que amalgaman entre la carnalidad incestuosa y las fricciones familiares, salen a la luz mientras la oscuridad empieza a asolar en forma de lluvia.
Es esa meticulosa puesta en escena, haciendo del uso geográfico de la isla virtud de componente estético y simbólico, la que refleja el estado anímico y amoral de los integrantes de esta familia genealógicamente desestructurada y disfuncional. La isla como hemos señalado es el contexto que deslinda y disemina de forma progresiva esta unión parental presentada con ternura intencionada en el comienzo, un encarcelamiento del extremo más polémico de la cordura que se libera con la desaparición del encargado de mantenimiento, el acontecimiento narrativo que vende la sinopsis en un tono incorrectamente de "thriller" y que no es más que el pretexto vacuo de confrontaciones entre la probidad y los ojos incrédulos de un espectador observando a las bestias.