CRÍTICA DE CINE

El Amante Doble: Alma gemela

Chloé es una antigua modelo que sufre unos misteriosos e intermitentes dolores. Como ningún médico ha conseguido encontrar la causa, su ginecóloga, le recomienda buscar ayuda en un psicólogo y le pregunta ante la lista de profesionales, ¿qué prefieres, una mujer o un hombre? Sus problemas se esconden en la profundidad de su mente. La psique será el principio y el fin de Chloé. Freud estaría orgulloso. Mucho. 

Thriller | 107 min. | Francia 2017

Título: El amante doble.
Título original: L'amant double.
Director: François Ozon.
Guión: Joyce Carol Oates, François Ozon, Philippe Piazzo.
Actores: Marine Vacth, Jérémie Renier, Jacqueline Bisset.

Estreno en España: 08/09/2017 
Productora: Mandarin Films, FOZ, Mars Films, Films Distribution, France 2 Cinéma, Scope Pictures, Canal+, Ciné+, France Télévisions.

Distribuidora: Golem

Sinopsis

Chloé es una joven frágil y deprimida. Realizando terapia, se enamora de su psiquiatra, Paul. Unos meses más tarde, la relación va viento en popa, pero ella descubre que su amante ha ocultado algo de su identidad.  

Crítica

 Chloé es una antigua modelo que sufre unos misteriosos e intermitentes dolores. Como ningún médico ha conseguido encontrar la causa, su ginecóloga, le recomienda buscar ayuda en un psicólogo y le pregunta ante la lista de profesionales, ¿qué prefieres, una mujer o un hombre? Sus problemas se esconden en la profundidad de su mente. La psique será el principio y el fin de Chloé. Freud estaría orgulloso. Mucho.

Sólo Ozon podría presentar el film con algo tan provocador y poco convencional. Después de un corte de pelo radical, acompañamos a la protagonista a la visita con su ginecóloga. Con todo detalle, con un punto de vista en el que se eleva al máximo la intimidad, nos adentramos en el simbolismo de la película. El sexo da la clave de lectura. Todo será un juego de secretos y obsesiones. 

El sexo da la clave de lectura. Todo será un juego de secretos y obsesiones. 

En las sesiones de terapia con su atento psicólogo, la atormentada Chloé se confiesa, hablando con sinceridad de sus miedos y de sus fantasmas mientras la elegante fotografía de Manuel Dacosse muestra en primer plano, con pantalla divida, a los dos protagonistas de manera que parecen el reflejo de uno con el otro, jugando en todo momento con la dualidad de los personajes. ¿Es Paul su alma gemela? Un día Paul le dice que no puede seguir siendo su psicólogo, ya que sus sentimientos por ella no son compatibles con su ética profesional. Pero Chloé se siente halagada, y lo es el fin de su relación profesional se convierte, antes de lo que se puede decir “mala praxis”, en el principio de una (cada vez más) complicada relación personal.

Gajes de convivir con su confesor, Chloé se da cuenta de que la relación de secretos no es recíproca. Paul le esconde algo y está decidida a averiguarlo. Su obsesión va in crescendo, acorde con la tensión del film y las impacientes ganas del espectador por saber la verdad. Basado en la novela de Joyce Carol Oates Lives of the Twins (1987), la trama se va complicando, mientras la narrativa va dejando muchas más pistas de lo que parece. Para ello es clave que el espectador entre en el juego, en el que cada vez estará más impaciente por conocer el desenlace, sensación parecida a la Dans la maison (2012), del mismo Orzon.

En un mundo muy masculinizado, con un valor sensual y sexual, centrado en la perspectiva del hombre como el elemento activo, es curioso ver el juego de roles que se realizan en el film, donde es la protagonista femenina quien toma el rol activo, mientras persigue la verdad a la vez que proyecta sus deseos en el terapeuta Paul y… ¿su gemelo? Todo esto sería imposible sin las excelentes interpretaciones de Marine Vacth, a quien el director descubrió en Jeune & Jolie (2013) y Jérémie Renier. Jacqueline Bisset brilla en una breve pero magnifica aparición.

Estos roles, con dominantes y dominados, junto con la complejidad y competitividad de los protagonistas son trazos que podrían recordar al maestro Fassbinder. Pero las inspiraciones de Orzon también beben de otros grandes, sobre todo al principio de la película, siendo Brian de Palma una obvia influencia en esta clase maestra de poderosa fotografía y montaje, realizado por Laure Gardette. Fan declarado de Buñuel, Ozon no solo juega con realidad y sueños, además le hace un guiño al corte de ojo de El perro andaluz (1929) en la comentada escena de la visita al ginecólogo. 

Sexo y miradas se entremezclan en esta película de una manera fascinante y muy perversa, incluyendo detalles de las teorías freudianas y provocando como en el también perturbador thriller erótico Elle (2016) de Paul Verhoeven, con gato voyeur incluido. Presentada en el Festival de Cannes de este año, no tuvo éxito debido a la complicación de la trama exageradamente excéntrica, aunque muy fiel al estilo de Ozon, la película muestra lo mejor y a la vez peor de su creador.