Lise, de 16 años, está acusada de haber asesinado a su mejor amiga. Durante el juicio, sus padres la defienden de manera inquebrantable. Sin embargo, a medida que su vida secreta comienza a desvelarse, la verdad se convierte en algo indiscutible.
Distribuidora: Surtsey Films
CRÍTICA DE VICENTE I. SÁNCHEZ
“La chica del brazalete” propone una reflexión muy interesante sobre los nuevos modelos de juventud y sobre cómo afrontan estos las relaciones sexuales y sentimentales. Stéphane Demoustier (Cléo & Paul) disecciona la sociedad para ofrecernos la historia de Lise, una chica de 18 años que está acusada de haber asesinado a su mejor amiga. El titulo hace referencia a la pulsera electrónica que debe lleva la protagonista mientras espera a la resolución del juicio por asesinato.
La cinta empieza de forma directa, con la detención de Lise, para centrarse en el juicio público en el que tratará de descubrirse quién mato a la adolescente. Se trata del remake de la cinta argentina, “Acusada”, de Gonzalo Tobal, en el que una chica tenía que hacer frente a todo tipo de preguntas para demostrar su inocencia. En este caso, Stéphane Demoustier vuelve ofrece un drama judicial en el que tratará de entenderse la mentalidad de a protagonista y su grado de culpabilidad.
“La chica del brazalete” busca analizar los nuevos comportamientos de la juventud, así como su forma de entender las relaciones sexuales y sentimentales. En este sentido, el juicio es un mero pretexto para abrir debate sobre una nueva generación que ha crecido con las redes sociales y que no concede ninguna importancia a las relaciones sexuales. Así quedará demostrado en el juicio cuando se pruebe que la acusada ya tenía vida sexual a los 16 años y que además grababa sus actos. ¿Es correcto este comportamiento? ¿Estamos ante una psicópata? ¿En qué fallaron los padres?
El realizador Stéphane Demoustier se limita a poner en escena todas las preguntas que irán surgiendo en la cinta, dejando en el aire la mayor parte de las respuestas. En definitiva, “La chica del brazalete” no habla sobre un asesinato, sino si es licito aceptar la independencia sexual y moral de una joven. La realidad es que iremos descubriendo que conocemos muy poco sobre los adolescentes, algo que por otra parte suele ser generacional y que se ha mantenido vigente durante toda la historia
En cualquier caso, nos encontramos ante un caso extremo de personalidad, ya que en ningún caso la protagonista puede ser ejemplo o modelo de nada, ya que su comportamiento es demasiado siniestro, frío y psicótico. Un tratamiento que la cinta potencia gracias al gran trabajo de la protagonista, Melissa Guers, que crea un personaje muy poco simpático y extraño. Eso sí, independientemente de que la cinta no busque dar respuestas, la mayor parte de los espectadores llegarán a la conclusión de que esa chica es carne de psiquiatra. También es muy interesante que la historia se enmarque dentro de una familia de clase alta, muy acomodada, que irá viendo como el juicio va destruyendo la confianza y la estabilidad del hogar. La protagonista, una chica fría, no contribuye en ningún caso a la confianza.
“La chica del brazalete” es una película misteriosa, elegante, que sabe mantener la tensión y que ofrece un juicio dinámico y lleno de interrogantes. Una muy buena película que nos sumerge en un laberinto de pasiones y testosterona de alta tensión. Estamos ante un espejo que nos enseña la sociedad en la que vivimos, nos guste o no.