Los consejos de Alice: Hablar por hablar
Título: Los consejos de Alice.
Título original: Alice et le maire.
.Dirección: Nicolas Pariser.
Guión: Nicolas Pariser.
Intérpretes: Fabrice Luchini, Anaïs Demoustier, Nora Hamzawi, Léonie Simaga.
Estreno: 17/01/2020
Productora: Bizibi / Scope Pictures.
Distribuidora: Alfa Pictures.
Sinopsis
El alcalde de Lyon, Paul Théraneau (Fabrice Luchini), vive una situación delicada: después de 30 años de carrera política, cada vez le resulta más difícil proponer nuevas ideas o alternativas, encontrándose en medio de un vacío existencial. Para superar este bache, Paul contrata a una joven y brillante filósofa, Alice Heimann (Anaïs Demoustier). Sus personalidades, totalmente opuestas, tambalearán sus respectivos mundos.
Crítica de Vicente Ignacio Sánchez:
Podría empezar esta crítica hablando de la Nouvelle vague, del cine de izquierdas, del compromiso socialista que podemos apreciar en las películas de Chabrol, Rohmer o Godard. Pero no, no merece mucho la pena para hablar de una cinta tan mediocre como “Los consejos de Alice”. Porque sí, Nicolas Pariser busca construir una cinta de debate político y de concienciación socialista, pero lo hace de una manera tan aburrida, evidente y pedante, que situarlo a la altura de otros directores sería menospreciar al cine.
La realidad es que “Los consejos de Alice” busca ser una cinta intelectual, incluso didáctica, pero termina convirtiéndose en un pesado viaje de hora y media. Nos encontramos ante una fabula política que busca reflexionar sobre el papel que deben tener los políticos y hacia dónde debe dirigirse el bien común. El problema es que tiene demasiados diálogos, algunos brillantes, pero en conjunto resultan pesados y pedantes.
“Hay muchos diálogos y mucha teoría, pero poco ejercicio práctico o situaciones que ayuden a simplificar la trama".
El realizador francés Nicolas Pariser escribe y dirige una cinta con vocación política, pero que acaba pecando de orgullo y de falsa intelectualidad. Una historia en el fondo sencilla sobre un político que se queda sin ideas y decide contratar a una filósofa para que le estimule y aporte creatividad. Un punto de partida con el que Nicolas Pariser construye una cinta excesivamente intelectual. Hay muchos diálogos y mucha teoría, pero poco ejercicio práctico o situaciones que ayuden a simplificar la trama.
La realidad es que nos encontramos ante una cinta fría que no logra conectar ni transmitir emociones al público. Como comedia no funciona, y como sátira política no es interesante. El resultado es una aburrida película que busca la excelencia pero que termina resultando anodina.
Pariser se recrea excesivamente en sus diálogos. Se gusta demasiado a la hora de construir las escenas y personajes. Tiene demasiadas ideas pero ninguna llega a destacar o a importar. Nos presenta una Francia aristocrática que poco tiene que ver con la imagen real de nuestros vecinos del norte. Con ello no quiero decir que la auténtica Francia sea la mostrada en cintas como la reciente “Los miserables”, pero desde luego está mucho más cercana a lo que presenta Pariser.
Lo único destacable es el siempre correcto Fabrice Luchini, en esta ocasión acompañado de Anaïs Demoustie. Dos actores que logran transmitir algo de pasión entre tanto diálogo aburrido. En definitiva, hablar por hablar.