La decisión del Rey: El deber de la Corona
La película se desarrolla durante tres días en abril de 1940. Recrea un momento de desafío nacional para Noruega, y por ello presenta una perspectiva ennoblecedora.
Drama| 133 min. | Noruega 2016
Título: La decisión del Rey.
Título original: Kongens Nei (The King's Choice).
Director: Erik Poppe.
Guión: Katell Quillévéré, Gilles Taurand (Novela: Maylis De Kerangal).
Actores: Jesper Christensen, Anders Baasmo Christiansen, Tuva Novotny, Juliane Köhler.
Estreno en España: 04/08/2017
Productora: Film Väst / Newgrange Pictures / Paradox.
Distribuidora: Sherlock Films.
Sinopsis
El 9 de abril de 1940, la guerra y el ejército alemán llegan a la ciudad de Oslo. Ante tal acontecimiento, el Rey noruego Haakon VII se deberá enfrentar a la decisión que cambiará el curso de la historia de su país para siempre.
Crítica
La película se desarrolla durante tres días en abril de 1940. Recrea un momento de desafío nacional para Noruega, y por ello presenta una perspectiva ennoblecedora. El papel de este país en la Segunda Guerra Mundial no es muy conocido. El rey Haakon VII quiere mantener la neutralidad noruega, pero pronto se hace evidente que Hitler quiere ocupar el país. Disfrazándolo de protección, al gobierno nazi le interesaba Noruega, estratégicamente valiosa por su puerto y sus recursos en minerales. La Corona se enfrenta al dilema de entregar a su país, permitiendo que sea gobernando por Quisling o resistir, asegurando así que la guerra llegará a sus tierras.
El film funciona como la lección de historia ilustrada de unos acontecimientos poco conocidos, mejor que como un estudio exhaustivo de los personajes.
Cuando los barcos alemanes surcan las aguas noruegas, lo hacen bajo la apariencia de "salvar" a los noruegos neutrales de la interferencia de los británicos. El primer buque alemán es bombardeado y destruido, encendiendo aún más la voluntad de los nazis de conquistar, quienes avanzan tanto por tierra como por mar.
Aún con el peso de Noruega en sus hombros, se muestra la faceta más humana del Rey, como abuelo cariñoso, le vemos jugando y mimando a sus nietos, una perspectiva poco utilizada para definir a las familias reales, en las que parece que su frialdad y profesionalidad sea clave para ser un buen rey. El rey Haakon y su hijo Olav sienten un gran afecto y respeto mutuos a pesar de sus marcadas diferencias de carácter y opinión ante la situación del país. Juego disciplinado y pensativo, escenificado con gran efectividad.
Así, la figura del monarca se eleva de una manera idealizada. Erik Poppe, conocido por dirigir Mil veces buenas noches (2013), ha contado una historia cuidadosamente diseñada para alimentar la pasión patriótica de su audiencia nacional. Bajo el peso de la Corona, el personaje interpretado por Jesper Christensen transmite una angustiosa indefensión que traspasa la pantalla. Aunque el enfoque de la dirección peca de una perspectiva un poco ingenua, ya que el protagonista carece de defectos; hombre decente, rey responsable, padre comprensivo, abuelo cariñoso...
Al contrario de uno de los personajes más interesantes, el enviado alemán, el hombre encargado de tratar con su majestad. Excelentemente interpretado por Karl Markovics, el alemán es un hombre con la lealtad desgarrada, atormentado y preocupado por encontrar una solución pacífica y que a la vez permita al rey mantener su soberanía. Está claramente destinado a ser “el buen alemán” aunque no por ello deja de ser un hombre con un lado oscuro, dándole complejidad tanto al personaje como a la historia. El resto de personajes no están tan bien dibujados, con un resultado más plano. Para ampliar su alcance, la película introduce en la historia a un joven soldado en el campo de batalla, pero su carácter, como el de demasiados otros, es bastante común...
Como imagen final se informa al espectador de que la decisión del rey Haakon VII se convirtió en un momento determinante para el destino de Noruega durante la guerra. Sin embargo, lo más aterrador es pensar: ¿tuvo el Rey elección? ¿tuvo el país elección?.
El film funciona como la lección de historia ilustrada de unos acontecimientos poco conocidos, mejor que como un estudio exhaustivo de los personajes, recuperando una parte del pasado que merece ser recordada. Aunque pulida y meticulosamente acabada, esta reconstrucción histórica no renueva particularmente el género. Su cuidado estilo clásico la hizo llegar a ser la película seleccionada por Noruega para competir en los Óscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa.