Lo dejo cuando quiera: Todo es fórmula
Comedia que dirige Carlos Therón (Es por tu bien, Fuga de cerebros 2) y que protagonizan David Verdaguer (Tierra firme), Carlos Santos (Villaviciosa de al lado), Ernesto Sevilla (Tenemos que hablar), Miren Ibarguren (La que se avecina), Amaia Salamanca (Nuestros amantes) y Cristina Castaño (Nacida para ganar).
Título: Lo dejo cuando quiera.
Título original: Lo dejo cuando quiera.
Director: Carlos Therón.
Guión: Cristóbal Garrido, Adolfo Valor.
Intérpretes: David Verdaguer, Ernesto Sevilla, Carlos Santos, Ernesto Alterio.
Estreno: 12 de abril.
Productora: Telecinco Cinema / Mod Producciones / Mediaset España / Movistar+ / Sony Pictures España
Distribuidora: Sony Pictures España.
Sinopsis
Pedro (David Verdaguer), Arturo (Ernesto Sevilla) y Eligio (Carlos Santos) son amigos desde la facultad. Son profesores universitarios, pero con la crisis se han quedado sin trabajo. Cansados y sin dinero, encuentran accidentalmente la solución a sus problemas gracias al proyecto de investigación en que Pedro lleva años trabajando: un complejo vitamínico que ofrece desfase a tope sin efectos secundarios. Los tres profesores se lanzarán al mundo de la noche y al de los negocios turbios, con el fin de comercializar la mercancía. Claro que, parece que no están tan preparados para ello como creían.
Crítica
Siguiendo una de sus líneas maestras cuanto a producción cinematográfica, Mediaset apuesta sobre seguro remakeando en clave ibérica el bombazo italiano Lo dejo cuando quiero (Sydney Sibilia, 2014), peripecia de tres profesores en paro que entran en el mundo del trapicheo para subsistir. Fagocitada por la influencia de la buddy movie americana y con algún repunte de screwball, detrás de su propuesta de puro entretenimiento hay un amargo retrato de la precariedad laboral o de un masivo sistema universitario lleno de irregularidades, cuyo colapso fuerza a los protagonistas a emprender estas hiperbólicas vías para obtener ingresos.
No hay lugar para el aburrimiento en la propuesta de Carlos Theron gracias a su ritmo ágil, demasiado deudor del timing televisivo.
No hay lugar para el aburrimiento en la propuesta de Carlos Theron gracias a su ritmo ágil, demasiado deudor del timing televisivo, pero su solvencia es más cuestionable. Los gags basculan entre puntuales momentos agudos y una brocha gorda fundamentada en el slapstick mal ejecutado y algo de escatología.
Trazo grueso que sumado a la americanización antes mencionada, hacen restar valor al trasfondo crítico para entregárselo al mero efectismo de la acción. Así pues, Lo dejo cuando quiera se encuentra más cerca del disparate de Es por tu bien (2017), también de Theron, que de la lucidez de Perfectos desconocidos (Álex de la Iglesia, 2018), anteponiendo una tópica pero eficaz acción basada en el enredo al desarrollo de sus personajes, encerrándolos en el estereotipo.
Una alocada premisa que, si hubiera confiado más en el espíritu europeo, habría afinado su conjunto y realzado su mordacidad, convirtiéndola en una obra más adulta y justa con la problemática que trata, además de alejarse de unos cuantos lugares comunes. Por no mencionar que compensaría a su plantel de cómicos, empezando por sus tres capitanes, muy por encima del material que defienden. Pero, como les ocurre a los tres protagonistas, si esta fórmula de comedia popular sigue dando frutos, ¿para qué dejarla?.