Dos padres por desigual: La comedia vuelve por Navidad
Dos padres por desigual pretende seguir el camino que marcó su primera parte y repite reparto, estilo y conflictos entre personajes. Una comedia blanca que intenta radicalizar el planteamiento originario como forma de seguir subiendo el tono, intentando asegurar nuevas risas sobre un espectador que ya ha experimentado su primer despropósito.
Comedia | 100 min. | USA 2017
Título: Indestructible. Dos padres por desigual.
Título original: Daddy's Home 2.
Director: Sean Anders.
Guión: Sean Anders, John Morris (Personaje: Brian Burns).
Intérpretes: Will Ferrell, Mark Wahlberg, Linda Cardellini, Mel Gibson.
Estreno en España: 01/12/2017
Productora: Gary Sanchez Productions / Paramount Pictures / Huahua Media
Distribuidora: Paramount Pictures Spain.
Sinopsis
Dusty (Mark Wahlberg) y Brad (Will Ferrell) se han unido para ofrecerle a sus hijos la Navidad perfecta. Esta nuevo equipo se pone a prueba cuando el papá gruñón de Dusty (Mel Gibson) y el papá ultra cariñoso y tierno de Brad (John Lithgow) llegan para convertir a las vacaciones decembrinas en un completo caos.
Crítica
Se acerca la Navidad, esas fechas señaladas, especialmente por las productoras y distribuidoras en su calendario de estrenos. Para estas semanas hay guardada toda una batería de productos destinados a un público fundamentalmente familiar (es decir, para los más pequeños a los que sus padres deben acompañar a la sala) y fundamentalmente en dos géneros: aventura y comedia. Y como si de una comida familiar que se repite cada año se tratara, tenemos una nueva película ambientada en la época navideña que cumple todas estas normas.
El film pretende seguir el camino que marcó su primera parte y repite reparto, estilo y conflictos entre personajes.
Dos padres por desigual pretende seguir el camino que marcó su primera parte y repite reparto, estilo y conflictos entre personajes. Una comedia blanca que intenta radicalizar el planteamiento originario como forma de seguir subiendo el tono, intentando asegurar nuevas risas sobre un espectador que ya ha experimentado su primer despropósito.
Personajes en el extremo
La premisa de esta segunda parte consiste en llevar aquellas características de sus dos protagonistas (interpretados por Will Ferrer y Mark Wahlberg) al extremo absoluto, creando de esta manera situaciones insólitas y conflictos asegurados al ser estereotipos completamente opuestos. Sin embargo, no lo hace a través de estos mismos personajes (que comienzan la película con una gran relación entre ambos) sino con sus padres, a los que dan vida John Lithgow y Mel Gibson. Éstos llevan todos los rasgos de sus respectivos hijos (pasivo, miedoso y sentimental el primero, rudo y poco empático el segundo) a niveles que provocan auténticos momentos de incredulidad e incluso, fuera de lugar.
Un reparto comprometido
El guión es una sencilla propuesta mil veces vista y aun así poco trabajada de una estructura de tres actos: puntos de giro muy marcados, etapas de tranquilidad y de discordia, con un clímax y un final por todos sabido antes de entrar en la sala. Eso no importa, pues es lo que su público busca. Lo que salva o destruye este tipo de comedias nunca serán sus páginas mejor o peor escritas, sino sus actores. Debido a esto la película no pierde nunca su ritmo a pesar de ser una sucesión de escenas más que simples y predefinidas. Wahlberg y Ferrer (trasunto de aquel Tim Allen navideño) afianza su buena química de opuestos, mientras que Mel Gibson hace un importante esfuerzo bien recompensado por encajar dentro de todo este asunto. Esfuerzo que resulta mucho menor para Lithgow, que se mueve cómodamente en el género.
Mientras que ambos binomios están muy equilibrados y se complementan, el problema fundamental viene con las esposas de los protagonistas, interpretadas por Alessandra Ambrosio y Linda Cardellini. La primera parece completamente perdida (o más bien vendida por su propio papel) con un personaje sin acciones ni objetivos más allá de llenar el hueco narrativo que era necesario como mujer de Wahlberg. Ocurre todo lo contrario con Cardellini, cuyo personaje, aún sin acciones importantes ni iniciativa propia, funciona perfectamente gracias al trabajo de la actriz por componer algo más intenso y ajustado al listón de tono alto que marca su esposo (Ferrer).
En definitiva, una película con la que Paramount prepara su cuenta de ingresos para obtener ese regalo navideño que le harán todas las familias en busca de un momento divertido y desenfadado con sus hijos, los cuales quizás se sorprendan de algunos de los gags contenidos en la historia, que parecen dirigidos a sacar alguna sonrisa de sus cautivos padres.