El Hotel A Orillas Del Río: La anatomía de la melancolía
Drama| 96 min. | Corea del Sur| 2018
Título: El hotel a orillas del río.
Título original: Gangbyun Hotel.
Dirección: Hong Sang-soo.
Guión: LHong Sang-soo.
Intérpretes: Ki Joo-Bong, Kim Min-Hee, Kwon Hae-hyo, Song Seon-mi.
Estreno: 30/08/2019
Productora: Jeonwonsa Film.
Distribuidora: La Aventura
Sinopsis
Un veterano y reconocido poeta reúne a sus dos hijos adultos, y bastante distanciados entre sí, en un hotel tratando de vivir los últimos momentos de su vida junto a ellos. En el mismo lugar, una joven, acompañada de una amiga, intenta superar un desengaño amoroso. Esta estancia en el hotel hará que estas dos historias paralelas conecten entre sí y se entrelacen, aunque parezca que pertenecen a dos mundos distintos.
Crítica
Estamos ante una película que puede hacer salivar a todos los críticos con pedigrí. Aparecen los títulos de crédito finales y lo único que te apetece es ir corriendo al ordenador para recrearte en lo que tienes que decir sobre este gran trabajo de Hong Sang.soo (y van...). Luego claro, empiezas a leer y encuentras artículos que han sabido captar el estado de la cuestión y otros que parecen de ciencia ficción. Los hay que dicen que estamos ante su obra más accesible para el espectador. Pues que la proyecten en algún multicines a ver que tal funciona. No, esto es cine de calidad para paladares exquisitos. Un homenaje a la pausa, al sosiego filmado, al slow cinema, algo con lo que, por desgracia, la amplia mayoría de público no va a conectar. A hora se trata de correr como pollos sin cabeza, mientras que este artesano del celuloide nos invita a percibir lo sensorial desde la calma chicha.
Sin alardeos pero con una contundencia irrebatible Hong descubre nuevos caminos desde la desorientación física y psíquica que enriquecen, y de qué manera, su ya de por sí atrayente universo.
No nos extraña que haya arrasado, en cuanto a premios se refiere, por todos los festivales por donde se ha ido exhibiendo. Con un puñado de intérpretes (cinco +una coleccionista de autógrafos); diálogos impagables trufados de sinceridad (alguno, como no podía ser de otra manera, bajo los efectos de una clarividente melopea a base de licores asiáticos), y un surtido de bellas imágenes de las que quitan el hipo, el amigo Hong se marca un triple salto mortal con tirabuzón y doble pirueta con un final más clavado que el salto que le dio el oro a Gervasio Deferr en salto de potro en las Olimpiadas de Sidney 2000.
Aunque a partir de su visionado se pueda llegar a la conclusión de que estamos ante un ejercicio simple y sencillo en su desarrollo, la maravillosa realidad es la de que la complicación para lograr la cuadratura del círculo es supina. Existen algunos pasajes (y paisajes) ante los que solo nos queda el recurso de la genuflexión y el aplauso unánime. Cada frase de guion ( y de improvisación, porque de todos es sabido que el cineasta coreano no empieza a filmar hasta que sus actores han pillado el puntillo etílico) de la escena que tiene lugar en el restaurante que hay en las afueras del pueblo es para enmarcar, repletas de lineas maestras paridas con el esmero al que solo pueden llegar algunos elegidos. Dos mesas separadas en las que afloran los (re)sentimientos a flor de piel y en donde todos nos podemos ver reflejados en esos espejos cóncavos y convexos unamunianos en los que se reflejan tantas verdades del barquero como puños.
Para todos aquéllos que siempre han utilizado el injustificado reproche de la facturación cíclica y de servirnos el mismo perro con distintos collares aquí se les demuestra con creces que no pueden estar más equivocados. Sin alardeos pero con una contundencia irrebatible Hong descubre nuevos caminos desde la desorientación física y psíquica que enriquecen, y de qué manera, su ya de por sí atrayente universo plagado de paseos por la naturaleza, encuentros y desencuentros, humor soterrado y muuuucha melancolia machadiana de monotonia de nieve tres los cristales. Y ese gato suelto captado por la cámara en un momento mágico...
Ojalá que los que no conocían al creador de títulos tan imprescindibles como En otro país (2012) En la playa sola de noche (2017) o La cámara de Claire (2017) se empiecen a interessar por su vasta obra. No se arrepentirán. Nosotros, desde nuestra modesta posición, recomendamos dos acercamientos a su figura que pueden servir de faro para empezar a conocer o complementar su figura: una entrevista firmada por Fernando Ganzo en SoFilm: http://www.sofilm.es/el-sabor-del-soju-entrevista-hong-sang-soo y el libro El cine de Hong Sang-soo, escrito por el equipo de CineAsia.