Fátima: Milagro en Portugal
Fátima, la película
- Fatima aka
- Año
- 2020
- País
- Estados Unidos
- Dirección
- Guion
-
Valerio D'Annunzio, Barbara Nicolosi, Marco Pontecorvo
- Fotografía
-
Vincenzo Carpineta
- Reparto
-
Harvey Keitel, Lucia Moniz, Goran Visnjic, Sônia Braga, Joaquim de Almeida, Joana Ribeiro, Alba Baptista, Stephanie Gil, Ana Moreira, Dinarte de Freitas, João Maria Pinto, Marco D'Almeida, Ivo Alexandre, Miguel Frazão, João Arrais, Joana Pais de Brito, Simão Cayatte, Carla Chambel, Isabel Ruth, Iris Cayatte, Filipa Areosa, Filomena Gonçalves, José Eduardo, Fernando Rodrigues, Maria d'Aires, Paula Luiz, Elmano Sancho, Luísa Cruz, Margarida Cardeal, Ângela Pinto, Victor Emanuel, Carmen Santos, Luisa Ortigoso, João D'Ávila, Sofia Espírito Santo, Carla Bolito, João Harrington Sena, Manuel Moreira, Catarina Mira
- Productora
-
Coproducción Estados Unidos-Portugal; Origin Entertainment, Green Rose Pictures, Panorama Films
- Género
- Drama | Religión. Basado en hechos reales. Años 1910-1919
- Grupos
- Fátima
- Sinopsis
- Portugal, 1917. Tres niños afirman haber visto a la Virgen María en Fátima. Sus revelaciones enfurecen al Gobierno y a la Iglesia, que intentan obligarles a retractarse de su historia. Pero a medida que se extiende la noticia de su profecía, miles de peregrinos acuden a Fátima con la esperanza de presenciar un milagro. Lo que allí experimentarán cambiará sus vidas para siempre.
- Distribuidora: Diamond Films España
- CRÍTICA DE VICENTE I. SÁNCHEZ
“Fátima, la película” recoge el testigo del llamado cine religioso y de valores. Un género que no se prodiga demasiado en la actualidad, más allá de alguna rareza sobre la vida de Jesús de Nazareth o de algún acercamiento (muy extraño y artístico) al Vaticano como “The new pope”. En esta ocasión nos encontramos con una coproducción entre Estados Unidos y Portugal en la que se narra el milagro de Fátima. En 1917, tres niños, Lucia, Jacinto y Francisca, afirmaron que habían sido testigos de varias apariciones marianas. Sus revelaciones sacudieron el gobierno e iglesia de Portugal, que en un primer momento no se lo creyeron e intentaron que los niños se retractasen. Sin embargo, pronto se sucedieron algunos milagros y empezó una fuerte devoción.
En líneas generales “Fátima, la película” busca ser un producto sincero y honesto en relación a lo que cuenta. El director italiano Marco Pontecorvo (“Pa-ra-da”) edifica una cinta sobre los pilares de la fe y del sentimiento religioso, en la que se busca mandar un mensaje claramente positivo y edificante respecto a la iglesia católica. La cinta está especialmente dirigida hacia los más devotos y hacia todos aquellos espectadores cristianos que busquen entender que sucedió en Portugal. No se cuestiona el milagro, simplemente se relata la versión popular de lo que sucedió. Es una cinta que busca emocionar y en gran medida lo consigue gracias a un mensaje lleno de valores y amor. No es frecuente encontrar en la actualidad una historia en la que se defiendan la fe, la oración y la necesidad de penitencia.
El problema es que a nivel audiovisual no tiene demasiado que contar. La factura final de “Fátima, la película” se presenta demasiado amateur, llena de decisiones sonrojantes como todo lo relativo a las apariciones de la Virgen María o a los milagros. Elementos que deberían ser los pilares de la película pero que parecen rodados por un alumno de cine con poca creatividad. También se proponen algunas reflexiones interesantes sobre el anticlericalismo de Portugal a comienzos del siglo XX que no llegan a desarrollarse y solo son muy levemente apuntadas. Marco Pontecorvo demuestra tan poca audacia que hace que el resto de la cinta se tambalee, incluso contando con un buen reparto en el que aparece Harvey Keitel (“La juventud”), Joaquim de Almeida (“Che: Guerrilla”) o la española Stephanie Gill (“El mejor verano de mi vida”). Joven actriz sobre la que recae gran parte del peso de la cita y que defiende muy bien el papel de Lucia.
El espectador que se acerque hasta esta propuesta tendrá que decantarse entre fe o valores cinematográficos. Como película no pasará a la historia, pero su mensaje si tiene un gran valor a nivel religioso. Lo más probable es que la cinta termine siendo material didáctico para cursos de religión y seminarios, lo cual es una pena, ya que había historia suficiente para construir una gran película. Lo cual no evita que haya que reconocer la valentía de Pontecorvo al querer construir esta película con tan poco presupuesto. Supongo que fue un acto de fe.