First Love: Maestro, no te retires nunca
First Love
- Hatsukoi
- Año
- 2019
- Duración
- 108 min.
- País
- Japón
- Dirección
- Guion
-
Masa Nakamura
- Música
-
Kôji Endô
- Fotografía
-
Nobuyasu Kita
- Reparto
- Productora
-
Coproducción Japón-Reino Unido; Recorded Picture Company (RPC), Oriental Light and Magic (OLM), Toei
- Género
- Thriller. Acción. Comedia. Romance | Yakuza & Triada. Comedia negra. Drogas. Crimen. Boxeo
- Sinopsis
- Leo es un joven boxeador que atraviesa una mala racha. Durante el transcurso de una noche en la ciudad de Tokyo (Japón) se encuentra con el primer gran amor de su vida, Mónica, una prostituta adicta a la droga que pese a sus circunstancias personales sigue siendo una joven inocente. Aunque Leo no lo sabe, la chica se encuentra inmersa en una compleja trama relacionada con el tráfico de droga que la convierte en el objetivo de varias personas: un yakuza, un policía corrupto y una asesina enviada por la tríadas chinas.
- Distribuidora: Barton Films
- CRÍTICA DE DANIEL BERNAL
El mítico director japonés Takashi Miike, con 103 películas a sus espaldas, nada más y nada menos, sigue sin perder su magia y su chispa. Después de pasar por la quincena de realizadores en el Festival de San Sebastián y por el festival más prestigioso del cine fantástico (Sitges) llega por fin a nuestras pantallas First Love, una cinta que el público no debería perderse bajo ningún concepto.
El legendario cineasta nipón nos da lecciones de cine en todos los aspectos: en montaje, sabiendo mantener el ritmo que requiere una película de acción de este calibre; en la creación de personajes; en el guion, donde Takashi nos presenta una relación entre chico y chica totalmente alejada del convencionalismo; en la escenografía, en la dirección… y es que en esta obra se maneja el tempo al antojo de Miike. Como si de un plato de comida se tratase, va cocinando a fuego lento su conjunto, le va añadiendo ingredientes de primera clase, mezcla las mejores salsas a su gusto… para finalmente preparar un plato de tres estrellas michelín.
Al comienzo, uno de los personajes protagonistas dice lo siguiente: “Se masca la tragedia”; y vamos que si se masca… Aquí no se salva ni el apuntador. Pero no se preocupen, esto no es ningún spoiler; aquí lo importante no es quién o cuántos mueren, lo relevante es el cómo, y eso lo descubriréis cuando toméis una de las mejores elecciones de vuestra vida, que no es otra que la de ir a ver la última masterpiece que nos regala el séptimo arte. El cine suele ser caprichoso y, de cuando en cuando, nos deja por el camino alguna obra maestra. First Love es una de estas sin ninguna duda.
No se recuerda una película tan plausible en mucho tiempo. Cuando piensas que no puede suceder una genialidad mayor, la siguiente secuencia te tumba tu pensamiento, claro está, equivoco. Cabezas rodando por los suelos, un japonés que delira hasta la extenuación y que no consigue fallecer ni aunque le disparen veinte mil balas, una persona imaginaria bailando en pañales por el metro, un perro de juguete provocando un incendio a la par que una explosión que hará que una mujer salga volando por la ventana… Estas son únicamente una de las pocas genialidades presentes en el film.
"La luz del día no está hecha para los malvados" ¡Cuánta razón! Bajo la oscuridad de la noche se presenciará la guerra desenfrenada entre los japoneses, chinos, mafiosos y narcotraficantes. La primera mitad funciona como reposo para finalmente concluir en un clímax explosivo. Puede que el respetable piense que Takashi abusa en demasía de sus florituras, puede cansarle su pretenciosidad… pero eso sería no saber apreciar la magnitud de la obra. Para este servidor su exceso se convierte en acierto. En gloria bendita para nuestros ojos.
En definitiva, para el que escribe estas líneas, First Love se ha convertido en una de los estrenos del año sin ninguna duda. Como diría uno de los personajes de la obra: ¡Es una p*** locura! Deseo que tenga gran acogida a nivel mundial, y que después del fenómeno Parasite, el cine asiático llegue a un mayor abanico de espectadores. Esperemos que no se quede en una moda pasajera. Pedir una última cosa a Takashi Miike: Por favor, maestro, no te retires nunca.