La Historia De Mi Mujer: Eterno (des)amor
La historia de mi mujer
Próximos estrenos España 17 de diciembre
Título original
- The Story of My Wife aka
- Año
- 2021
- Duración
- 169 min.
- País
- Hungría
- Dirección
- Guion
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Ildikó Enyedi. Novela: Milán Füst
- Música
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Adam Balazs
- Fotografía
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Marcell Rév
- Reparto
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Léa Seydoux, Gijs Naber, Louis Garrel, Jasmine Trinca, Josef Hader, Udo Samel, Sergio Rubini, Luna Wedler, Ulrich Matthes, Romane Bohringer, Simone Coppo, Beniamino Brogi, Árpád Antolik, ver 8 más
- Productora
- Coproducción Hungría-Alemania-Italia-Francia;
Inforg-M&M Film Kft, arte France Cinéma, Dorje Film, Komplizen Film, Moliwood Films srl, Pyramide Productions, Maximus Distribution
- Género
- Romance. Drama | Drama romántico. Celos
- Sinopsis
- Jacob es capitán de largas travesías. Un día, hace una apuesta con un amigo en una cafetería: se casará con la primera mujer que cruce la puerta. Es entonces cuando entra Lizzy...
- CRÍTICA
Después de saltar a la fama internacional en los circuitos cinéfilos con el melodrama romántico En cuerpo y alma (2017) -con el que se hizo con el Oso de Oro en Berlín y se quedó a las puertas del Oscar-, la húngara Ildikó Eneydi indaga nuevamente en el amor y el desamor en un giro considerable en su filmografía con la presente La historia de mi mujer. Como suele ser habitual después de años de duro trabajo local, la cineasta da el salto a su primer film políglota -mayoritariamente en inglés-, en una producción de mayor escala a todos los niveles.
Tomando la novela homónima de Milán Füst, Eneydi filma una pieza de época ambientada a inicios del siglo XX, resiguiendo el romance entre el capitán holandés Storr y su mujer francesa Lizzy con una pulcritud formal exquisita, llena de encuadres manieristas sobrecogedores y virtuosos planos sostenidos. La intimidad en la puesta en escena por la que observamos la crónica de esta pareja (y otros vértices) es digna de autores como Terence Davies, mimando los ojos del espectador constantemente ya sea por la calidez de sus imágenes, la elegante dirección artística, una banda sonora acompañante o la sensualidad que desprenden tanto Gijs Naber como Léa Seydoux aun estando recubiertos por abrigos. Si el film de Eneydi reúne todas estas virtudes, entonces ¿por qué resulta tan frío?
La respuesta a esta fatídica pregunta se encuentra en que pone todos estos valores al servicio de un guion endeble y desnortado, que de fiar demasiado el contenido al espectro sentimental acaba confundiendo la profundidad y la sugestión con un vacío un tanto pretencioso. Varias de sus escenas resultan inertes al sostenerse en acciones y diálogos poco orgánicos, lo que sume la película en un compendio de viñetas a medio gas enlazadas por un hilo fino a lo largo de un metraje tan excesivo como sus ambiciones grandilocuentes, para acabar contando algo más tópico que revelador.
En medio de las casi 3 horas de duración de este panorama aletargado innegablemente bonito hay momentos inspirados y secuencias que funcionan (es cuestión de probabilidades), pero se hace complicado implicarse emocionalmente en algo construido con poca garra y con personajes de difícil empatía. Eneydi hubiera necesitado una balanza para compensar el conjunto y evitar que la avaricia rompiera este precioso saco.