El inventor de juegos: La gran evasión
Cuesta creer que un argentino como Juan Pablo Buscarini realizara una película de esta magnitud, pero la co-producción con otros países, como Italia, España y Canadá, fue crucial para ello.
Aventuras | 111 min. | Argentina-Italia 2014
Título: El inventor de juegos.
Título original: The Ganes Maker.
Director: Juan Pablo Buscarini.
Guión: Juan Pablo Buscarini, Pablo De Santis.
Actores: David Mazouz, Edward Asner, Joseph Fiennes, Alejandro Awada.
Estreno en España: 01/04/2016
Productora: Pampa Films.
Distribuidora: European Dreams Factory.
Sinopsis
Cuenta la historia de la familia Drago, una dinastía de inventores de juegos de la ciudad de Zyl, la cuna de los juegos de mesa. La familia Drago ha entrado en conflicto con Morodian, el villano que de niño trabajaba mano a mano con Nicholas Drago, pero que creaba juegos oscuros, juegos que nacían de sus pesadillas y que la gente del pueblo no llegaba a entender. Por este motivo, Morodian es expulsado de Zyl y funda su propia empresa al tiempo que jura vengarse.
Crítica
Cuesta creer que un argentino como Juan Pablo Buscarini realizara una película de esta magnitud, pero la co-producción con otros países, como Italia, España y Canadá, fue crucial para ello.
No es que desperdicie esta película, sino todo lo contrario, ya que la misma logró tener un estilo propio, por empezar, la escenografía hace recordar a las obras del Dr. Seuss por su gran colorido o el hecho que el protagonista tras la desaparición de sus padres pasa por diferentes lugares, hecho similar a Una serie de eventos desafortunados.
La realidad es que esta historia está basada en el libro de Pablo de Santis, que cuenta cómo el pequeño Iván Drago (quien nada tiene que ver con el emblemático personaje de Rocky IV), encuentra su pasión inventando juegos de mesa, pero las cosas se vuelven más oscuras cuando sus padres desaparecen.
El joven se embarcará en una aventura que incluirán una niña invisible, una extraña escuela y una ciudad fantasma
Desde ahí, el joven se embarcará en una aventura que incluirán una niña invisible, una escuela ubicada sobre un pantano y una ciudad fantasma para llegar al siniestro responsable de esa oscuridad. Tanto el escritor (de Santis) como el director ya habían participado en adaptar una historia literaria, previamente lo hicieron con El ratón Pérez en 2006 y mal no les fue, Buscarini sabe cómo entretener al público infantil y preadolescente, porque no toma a su público por tontos como muchas propuestas infantiles que hoy en día se estrenan.
Es sorprendente como con un corto presupuesto de seis millones de dólares hayan podido sacar provecho
Es sorprendente como con un corto presupuesto de seis millones de dólares hayan podido sacar provecho y hacer una delicada escenografía como la Ciudad de los niños transforma en Zyl, el lugar de origen de los inventores de juegos.
Como parte del elenco, destaca el protagonista David Mazouz, quien transmite un excelente mensaje en el film sobre cómo enfrentar la vida. Este joven tuvo una excelente performance con la serie Touch, pronto lo veremos encarnando a un joven Bruce Wayne en la serie Gotham, así que habrá Mazouz para rato. Tom Cavanagh, Ed Asner y Alejandro Awada acompañan al protagonista. Mientras tanto, Joseph Fiennes logra un villano infantil muy entretenido, algo así como un Willy Wonka malvado.
Por momentos, las transiciones entre los distintos aspectos de la historia parecen un poco abruptas o forzadas, en un montaje donde los personajes hablan demasiado rápido, aportando mucha información. Tampoco ayuda que no haya un considerable momento de distensión a lo largo del desarrollo de la trama donde no caben respiros para explayar sentimientos, más allá de la curiosidad ante las llamativas peripecias del joven protagonista.
A pesar del imponente trabajo escenográfico y un diseño de lujo, realzados por la atractiva fotografía, la película luce estilizada pero sin una impronta autoral fuerte: se parece un poco a la saga de Harry Potter, otro poco a la fantástica fábrica de chocolates de Tim Burton y hasta a La invención de Hugo de Martin Scorsese.
El inventor de juegos es otro gol de la producción argentina con el respaldo internacional, con una duración justa y un universo paralelo, pero a su vez no muy distinto al que vivimos nosotros. Es una excelente propuesta para ir a ver en compañía de esos locos bajitos que ya empiezan a hacer sus pinitos leyendo libros de aventuras, lejos de videoconsolas y demás artilugios tecnológicos alienantes.
Alan Prince