CRÍTICA DE CINE

Los Japón: Salmorejo o sushi

Álvaro Díaz Lorenzo (Señor dame paciencia, La despedida) es el encargado de dirigir esta comedia que cuenta con guión de Cristóbal Garrido (El club de los incomprendidos, Promoción fantasma) y Adolfo Valor (Cuerpo de élite, Velvet). La película la protagonizan Dani Rovira (Taxi a Gibraltar), María León (El autor), Antonio Dechent (El mejor verano de mi vida), Cinta Ramírez (Síndrome Valyrio), Iker Castiñeira (Los futbolísimos), Maya Murofushi (Transience) y Ryo Matsumoto (Dinner).

Comedia| 91 min. | España | 2019

Título: Los Japón.
Título original: Los Japón.
Dirección: Álvaro Díaz Lorenzo.
Guión: Álvaro Díaz Lorenzo (Idea: Cristóbal Garrido, Adolfo Valor).
Actores: Dani Rovira, María León, Antonio Dechent, Cinta Ramírez.

Estreno: 28/06/2019 
Productora: Atresmedia Cine / DLO Producciones / Suroeste Films / Movistar+ / 13 TV.

Distribuidora: Warner Bros Spain.

 

Sinopsis

Japón vive el momento más dramático de su historia. Su emperador acaba de fallecer sin dejar descendencia. Comienza la carrera por buscar en el árbol genealógico algún posible heredero. Es entonces cuando descubren que en el Siglo XVII, en Sevilla, hubo una expedición de japoneses que llegó hasta un bello pueblo a la orilla de un río, su nombre: Coria del río. En aquel lugar el descendiente del emperador se asentó y formó una familia. Todos los hijos que tuvo el samurái fueron varones. Esto provocará que el destino de la familia de Paco Japón, vecinos de toda la vida de Coria del Río, cambie de la noche a la mañana, cuando sean los elegidos para ocupar el lugar del fallecido emperador en Tokio. Junto con su familia, Paco se trasladará al Palacio Imperial donde deberá aprender a vivir como el nuevo emperador del país nipón, con los choques culturales y lingüísticos que conllevará la experiencia.

Crítica de Vicente I. Sánchez

 “Los Japón” parte de un hecho histórico muy interesante: En 1614 una expedición japonesa encabezada por un nieto del emperador de Japón desembarcó en Coria del Río (Sevilla). El objetivo era conseguir apoyo financiero y militar del Papa Paulo V y del Rey Felipe III. La misión fracasó y muchos de los tripulantes del barco decidieron quedarse en Sevilla. Con el tiempo muchos de los descendientes de estos japoneses decidieron cambiarse los nombres, que para muchos era impronunciable, por el apellido Japón. Motivo por el que en Andalucía hay algunos ciudadanos emparentados lejanamente con el país asiático.

Una premisa que con un buen guion podría haber sido muy divertida, pero que termina siendo un despropósito en todos los sentidos.

El director y guionista Álvarez Díaz de Lorenzo (“Señor, dame paciencia”) busca darle una vuelta de tuerca a este hecho histórico y nos presenta una comedia que surge cuando cuatrocientos años después el emperador de Japón muere sin descendencia. La historia comienza cuando una familia de Coria del Río descubre que son los herederos al trono, tendiendo que trasladarse al palacio imperial y aceptando su nueva misión.

Una premisa que con un buen guion podría haber sido muy divertida, pero que termina siendo un despropósito en todos los sentidos. “Los Japón”, digámoslo claramente, es una muy mala película que además nos sugiere algunas preguntas muy interesantes.

¿Cuál es el concepto que tenemos de nosotros mismos?  Estamos ante una de esas películas en la que se nos presenta como unos catetos incapaces de entender el funcionamiento del mundo. Esto parece ser una especie de tendencia en nuestro cine, puesto que no son pocas las propuestas que parten de esta visión: “Perdiendo el norte”, “Perdiendo el este”, “Thi Mai, Rumbo a Vietnam”. Cintas que muestran a unos personajes que ya no solo no hablan inglés, sino que se muestran incapaces de entender culturalmente a otras personas. Películas que, en cualquier caso, tienen un gran éxito en nuestra cartelera y que se sitúan entre las más taquilleras. Es decir, parece que nos gusta esa visión de nosotros mismos.

Resulta curioso que está tendencia no esté presente de forma tan clara en el cine de nuestros países fronterizos, que siempre presenta a unos personajes mucho más internacionales; véase por ejemplo “Bienvenidos al norte”. Una mentalidad que en definitiva nos vuelve a sumergir en el cine de Antonio Ozores y Paco Martínez Soria pero con peor resultados. Ya que en el caso de estos se trataba de comedias sin pretensiones, que no ocultaban su mensaje y eran francamente divertidas.

En “Los Japón” encontraremos todos los tópicos posibles sobre los andaluces y los españoles. Además presenta a los japoneses como un pueblo excesivamente servil, incapaz de tomar sus decisiones y un poco atontado. No obstante acepto que esto puede dar pié a divertidos chistes y situaciones, pero ni siquiera esto funciona. Y es que nos encontramos ante una película sin ideas, con un guión muy flojo y sin momentos realmente memorables.

Prácticamente la totalidad de la película se basa en las dificultades de entender el idioma japonés, pero sin ningún chiste ni situación a destacar.  En ocasiones da la sensación de que ya no saben como continuar la historia, creando situaciones que solo buscan dilatar el metraje, como todo lo referente al viaje en paralelo del abuelo (Antonio Dechent). Totalmente metido con calzador.

Otra pregunta que nos suscita la película es sobre hasta qué punto necesitamos ser políticamente correctos. Toda la película está escrita en mayúsculas y con subrayado gordo. En este caso todo gira en defensa de los derechos de la mujer y su empoderamiento, mensaje muy positivo siempre. Pero lo hace de una manera demasiado burda, tratando al espectador como si fuera incapaz de razonar.

A nivel interpretativo Dani Rovira y María León hacen el mismo papel de siempre. El comportamiento de sus personajes es intercambiable por el de las últimas tres o cuatro películas que han rodado. Es decir, funciona bien. Lo que no se entiende muy bien que hace Antonio Dechent en esta historia. Más curioso resulta el papel del debutante Ryo Matsumoto, un bailaor de flamenco afincado en Triana desde hace treinta años.

Dicho esto poco se puede decir positivo de “Los Japón”. Basta decir que al final de la película convierten el palacio imperial de Japón en un tablao flamenco. Y lo peor es que si tiene éxito puede tener continuación.