King Ray: Ganar de cualquier manera
Imagina que has dedicado tu vida al baloncesto. Imagina que te seleccionan para representar a tu país en unos Juegos Olímpicos. Imagina que eres el capitán del equipo.
Imagina que ganas el oro.Y entonces vuelves a casa y descubres que todo es una mentira, un fraude que tú no fuiste capaz de descubrir.
Título: King Ray.
Título original: King Ray.
Director: Sergio Romero.
Guión: Sergio Romero
Intervienen: Ramon Torres, Quique Peinado, Carlos Ribagorda, Peter van de Vliet.
Estreno en España: 08/02/2019
Productora: Tourmalet Films.
Distribuidora: Filmin.
Sinopsis
El equipo español de baloncesto de discapacitados intelectuales (DI) arrasó a sus oponentes y poco después se descubrió que 10 de los 12 integrantes del equipo no sufrían ninguna discapacidad.
Un escándalo internacional de proporciones mayúsculas que acabó con el deporte inclusivo. 18 años después el baloncesto para DI sigue fuera de los Juegos Paralímpicos.
Crítica
Este viernes pasado llegaba a la cartelera el film francés Todos a una (Cacun pour tous, 2018), comedia con toques melodramáticos donde se explicaba un hecho sucedido en las Paraolimpiadas de Sidney 2000 que aún hoy en día, casi veinte años después, nos deja una sensación que transita entre lo boquiabierto y la indignación.
En este evento deportivo España tuvo los mejores Juegos Paralímpicos de la historia, ganó la friolera de ciento siete medallas y terminó tercero detrás de potencias como la amfitriona Australia y Gran Bretaña.
En este evento deportivo España tuvo los mejores Juegos Paralímpicos de la historia, ganó la friolera de ciento siete medallas y terminó tercero detrás de potencias como la amfitriona Australia y Gran Bretaña. Pero resultó que su equipo de baloncesto masculino integrado por deportistas con diferentes grados de discapacidad intelectual en realidad solo tenía dos de sus doce jugadores discapacitados. La sonrojante farsa se reveló un mes después, cuando un jugador infiltrado confesó que no tenía ninguna discapacidad, como muchos atletas (quince) que ni siquiera habían pasado las pruebas de antemano. A día de hoy el escándalo fue tan mayúsculo que todavía no se ha vuelto a ver un partido de baloncesto en unas Paraolimpiadas.
El documental King Ray nos viene a explicar la misma situación pero sin dramatización alguna. Aquí se trata de explorar que ocurrió partiendo de la base de uno de los dos integrantes de aquel nefasto equipo que sí cumplía las condiciones de participación. Mediante entrevistas y aportaciones puntuales de otros testigos directos de aquella farsa y de familiares del protagonista afectado, vamos ensamblando como si de un rompecabezas diabólico se tratara las piezas de un puzle vergonzante. Se trataba de embolsarse todo el dinero posible en teoria para que se revirtiera en mejoras para los discapacitados, y con ese pobre argumento convencieron a estudiantes, ingenieros y directivos de empresas (algunos de ellos deportistas de reconocida trayectoria) para que se hicieran pasar por baloncestistas con invalidez.
Que en España la picaresca sigue estando a la orden del día es algo que ya no nos debe sorprender. Lo que sí nos deja tocados es el hecho de que en aquel campeonato las triquiñuelas se extendieron a un montón de naciones más. Por lo que se deja entrever según unas y otras declaracions allí las comprobaciones y filtros para pillar a los tramposos brillaban por su ausencia, y así los adalides de la desfachatez pudieron campar a sus anchas.
Este valioso documento dirigido por Sergio Romero nos demuestra que ser honrado a veces no sirve para nada, Bueno sí, para pasarlas canutas. Al buenazo de Ramón Torres lo único que le entusiasma es jugar al baloncesto, y su màxima alegria fue colgarse la medalla de oro en unos Juegos representando a su país. Luego se demuestra que fue il·legal y tres el juicio le desposeen de la ansiada presea, lo que le lleva a una fuerte depresión en la que lindará con el suicidio. ¿Existe alguna posibilidad de reparar esos daños psicológicos?. Pues más bien al contrario. A día de hoy los responsables de tamaño desorden siguen ocupando puestos importantes y muchos de los implicados han desaparecido sin dejar huellas (no hay que perderse la llegada del equipo al aeropuerto de Barajas, con muchos de los integrantes disfrazados para no ser reconocidos).
De visionado obligatorio, estamos ante un trabajo ejemplar de investigación sobre las miserias de nuestro deporte; una mancha organizativa orquestrada por gente sin escrúpulos que deberían estar entre rejas. Nos jactamos de ser unos avanzados en muchas coses que tienen que ver con este mundillo, y en realidad existe una cara oculta todavía demasiado presente a la que se le debería dar toda la visibilidad posible.