Loving Pablo: Una mala telenovela
No hay química. Por sorprendente que pueda resultar, en la pantalla no existe ni un miligramo de química entre Penélope Cruz y Javier Bardem en la producción “Loving Pablo”, de Fernando León de Aranoa (“Los lunes al sol”, “A perfect day”), quien parece haber perdido la mano de sus anteriores películas.
Drama | 123 min. | España-Bulgaria 2017
Título: Loving Pablo.
Título original: Loving Pablo.
Director: Fernando León de Aranoa.
Guión: Fernando Léon de Aranoa (Libro: Virginia Vallejo).
Actores: Javier Bardem, Penélope Cruz, David Ojalvo, Diego Landaeta.
Estreno en España: 09/03/2018
Productora: Escobar Films / B2Y EOOD.
Distribuidora: Fílmax.
Sinopsis: Ascenso y caída de uno de los mayores narcotraficantes de la historia, Pablo Escobar (Javier Bardem), fundador y líder del Cartel de Medellín, que se convirtió en el capo más importante de la mafia colombiana. El filme narra su apasionada y tormentosa aventura amorosa con la periodista colombiana más famosa del momento, Virginia Vallejo (Penélope Cruz), a través de su reinado del terror que destrozó un país entero.
Crítica
No hay química. Por sorprendente que pueda resultar, en la pantalla no existe ni un miligramo de química entre Penélope Cruz y Javier Bardem en la producción “Loving Pablo”, de Fernando León de Aranoa (“Los lunes al sol”, “A perfect day”), quien parece haber perdido la mano de sus anteriores películas, inspirada en el libro autobiográfico “Amando a Pablo, odiando a Escobar” de la periodista colombiana Virginia Vallejo, quien fuera amante de Pablo Escobar (1949-1993), el narcotraficante y político colombiano fundador del Cartel de Medellín a quien, en una venganza servida en caliente, ayudó a “cazar” echando una mano a los agentes de la DEA estadounidense.
El guión es malo y el hecho de estar rodada en un inglés muy suigeneris tampoco ayuda mucho.
Hay que añadir que el guión es malo y el hecho de estar rodada en un inglés muy suigeneris tampoco ayuda mucho.
No hay química entre ellos pero tampoco estamos ante unas buenas interpretaciones. Todo lo contrario. Ambos parecen disfrazados de ellos mismos y de caricaturas de los personajes que interpretan: la estrella de la televisión es una barbie hortera hasta decir basta y el poderoso narco que, dicen las crónicas “cambió el panorama del crimen internacional”, es un tipo adiposo con una peluca pringosa.
Como la referencia es el libro, esta historia kitsch, decepcionante y hasta ridícula, se cuenta desde el punto de vista de la señorita Vallejo, de la que lo menos que puede decirse es que es anodina además de caprichosa y egocéntrica, y de llevar en la cara más pintura que una puerta, sin ningún carisma ni el más mínimo ascendente sobre uno de los barones de la droga más famosos del siglo XX –multimillonario, dueño de mansiones, personas, un club de fútbol y una cuadrilla de aviones que de día trasladaban políticos en campaña y de noche llevaban cocaína a Estados Unidos-por lo que resulta difícil comprender la relación que tuvieron, si dejamos a un lado que él la exhibiera como un trofeo más.
No he leído el libro de Vallejo, ni tampoco he visto las dos series de televisión que se han emitido sobre el personaje de Escobar, así que no establezco comparaciones, no estoy ante un dejà vu como muchos de mis colegas, pero sí he recibido –como todo el mundo y durante muchos años- información más que suficiente sobre ese personaje excesivo que fue Pablo Escobar, el “señor de la droga colombina”, uno de los narcotraficantes más poderosos del siglo XX -quien llegó a diputado y a punto estuvo de presentarse como candidato a la presidencia de Colombia-, y de los más buscados por las policías y los servicios secretos de distintos países.
Suficiente información como para esperar más de este último biopic fallido.