Luca: En un pueblo italiano
Luca
Título original
- Luca
- Año
- 2021
- Duración
- 95 min.
- País
- Estados Unidos
- Dirección
- Guion
-
Jesse Andrews, Mike Jones
- Música
-
Dan Romer
- Fotografía
- Animación
- Reparto
- Animación
- Productora
-
Pixar Animation Studios, Walt Disney Pictures. Distribuidora: Disney+
- Género
- Animación. Comedia. Fantástico | Amistad. Cine familiar. Pixar
- Grupos
- Pixar (Películas)
- Sinopsis
- La historia se desarrolla en un hermoso pueblo al lado del mar en la Riviera Italiana. Es la del crecimiento de un niño que experimenta un verano inolvidable con helado, pasta e interminables viajes en scooter. Luca comparte estas aventuras con su nuevo mejor amigo, pero toda la diversión se ve amenazada por un gran secreto: es un monstruo marino de otro mundo ubicado justo debajo de la superficie del agua.
- CRÍTICA
Siempre es motivo de celebración cinematográfica un estreno animado de Disney, o más concretamente un nuevo filme de Disney-Pixar para este caso. La feliz asociación entre ambas compañías nos ha traído una colección de películas hoy icónicas que forman parte del imaginario colectivo infantil y también adulto.
Quizás, en este sentido, Luca no sea una de aquellas obras que resuenen en la historia, aunque, sin lugar a dudas, nos trae algo fresco e inspirador para este verano.
Su estreno, desde luego, no podría haber sido más calculado. Después de la maravillosa y trascendente Soul, y en plena recuperación paulatina de la cotidianidad postpandemia, nos llega un producto pensado para alegrar los corazones. Una suerte de antojo italiano a la vieja usanza que no precisa de enrevesados argumentos para provocar el goce, ni de complejos mundos a los que trasladarnos, ni de personajes extraños.
Se diría que Luca toma su base desde una perspectiva clásica. Se trata de un relato iniciático en el que nos lleva directamente a un pueblo pesquero de la Italia de los años 50, que se centra en el despertar a la vida de un joven muchacho que descubre un mundo nuevo.
Pero claro, estamos hablando de Disney-Pixar, así que la fantasía entra en escena por el hecho de que este muchacho es en realidad una criatura marina que adopta instantáneamente apariencia humana cuando no está tocado por el agua.
Luca es algo así como un pastor de peces prepúber que vive con su familia en el fondo del mar. Crece en su mundo marino a sabiendas de que hay otro mundo humano que le gustaría descubrir. Por supuesto, los seres marinos temen a los humanos mientras que también sucede a la inversa, esto es, los humanos temen a los llamados monstruos marinos. El joven se aficiona a coleccionar objetos de los humanos que han caído al agua desde alguna embarcación pesquera.
Un buen día, por accidente, conoce a Alberto, otra criatura marina con quien estrechará lazos rápidamente. Alberto carece de padres y se apaña a las mil maravillas en las inmediaciones de una playa de Portorosso, una pequeña localidad de la costa de Italia, aparentando ser humano. Juntos soñarán emprender un camino juntos para recorrer mundo mientras una fuerte amistad se irá forjando entre ellos. El tándem se ampliará cuando conozcan a Giulia, una chica humana de su edad.
Verano azul
Luca es lo más cercano que ha estado Disney-Pixar al estudio Ghibli. Se trata de una fábula tremendamente tierna y luminosa que está moldeada como si de un viaje vacacional de verano se tratara. Los chicos irán en bicicleta, competirán en un concurso de pruebas, comerán platos de pasta con pesto, descubrirán un sinfín de cosas nuevas y soñarán con conseguir tener una motocicleta Vespa. Mientras se divierten y hacen trastadas, crearán un vínculo que les determinará para siempre.
Ciertamente, también se trata de una amable comedia clásica que aprovecha los clichés de la Bella Italia de su tiempo. Tenemos la representación impagable del chuleta del pueblo, la encarnación de la mamma, los platos exquisitos de pasta, las gentes y sus costumbres…
Y en las antípodas de este retrato encontramos a los tres jóvenes con ansia de conocimiento, de ver mundo, de saber más del universo que nos rodea y del entorno al que estamos acostumbrados… En este sentido, y aunque esto sea más anecdótico argumentalmente hablando, nos centramos en esa época de transición entre las generaciones antiguas y las nuevas. Entre pasado y presente.
Luca, como festival de dicotomías que es, no sólo enfrenta a lo humano y lo fantástico, a lo viejo y lo nuevo, sino que también puede ser leída de maneras diversas, dependiendo del ojo de quién la mire. Si bien es una cinta eminentemente infantil, los más pequeños verán una película sobre la importancia de la amistad y la fraternidad, mientras que una lectura más adulta puede ver fácilmente que estamos delante de una parábola sobre la inmigración, la integración y la otroriedad.
En todo caso, se trata de una cinta aparentemente pequeña, ligera y divertida que va revelando un reguero de pequeños matices que hace que la película adquiera mucha más resonancia de la que a priori parece tener. Desde luego, Luca rezuma una modestia falaz que esconde su verdadero poder narrativo. No pretende que su historia tenga poso, porque el poso reside en el fondo de sus personajes y situaciones, en su nostalgia y en esa magia destilada a lo largo de la cinta.
Su empeño en demostrar que la superficie oculta mucho más de lo que pensamos es su mayor virtud.
Escribe Ferran Ramírez Revista Encadenados