Malditos vecinos 2: Las chicas son guerreras
Cuando una secuela se estrena tan solo un año después de la original hay algo que no acaba de encajar. Malditos vecinos tampoco es que resultara un alarde de virtudes aunque funcionó en taquilla de forma correcta.
Título: Malditos vecinos 2.
Título original: Neighbors 2: Sorority Rising.
Director: Nicholas Stoller.
Guión: Evan Goldberg, Brendan O'Brien, Seth Rogen, Nicholas Stoller.
Actores: Seth Rogen, Zac Efron, Rose Byrne, Chloe Grace Moretz.
Estreno en España: 22/06/2016
Productora: Universal Pictures / Good Universe
Distribuidora: Universal Pictures Spain.
Sinopsis
Secuela de Malditos vecinos (2014). En esta ocasión, Mac y Kelly Radner (Seth Rogen & Rose Byrne) tratan de vender su casa, pero al estar al lado de una casa de fraternidad universitaria de chicas, donde se hacen fiestas continuamente, se dan cuenta de que no será tan fácil venderla. Para enfrentarse a las descontroladas estudiantes contarán con la ayuda de Teddy (Zac Efron) y Pete (Dave Franco).
Crítica
Cuando una secuela se estrena tan solo un año después de la original hay algo que no acaba de encajar. Malditos vecinos tampoco es que resultara un alarde de virtudes aunque funcionó en taquilla de forma correcta. Aquella era una comedia del montón con dos o tres gags salvables que al menos garantizaba pasar un buen rato. Por lo que se ve, todos los que tuvieron que ver algo en la película también se lo debieron pasar bien, porque han tardado muy poco en reunirse para volver a incidir en las intrigas intergeneracionales que siguen siendo la base de Malditos vecinos 2.
Ahora resulta que unas chicas recién llegadas a la universidad no acaban de encontrar su sitio en el campus y deciden buscarse un lugar donde vivir juntas y poder organizar las fiestas que se les prohíben. Y como el mundo es un pañuelo van a parar a la misma casa en la que los protagonistas de la primera entrega se las vieron y se las desearon para armonizar una convivencia en teoría imposible. El matrimonio formado por Seth Rogen y Ross Byrne tan solo busca paz y armonía y para ello intentan vender su casa, aunque para completar la venta deben pasar un periodo de prueba llamado fidecomiso.
El matrimonio formado por Seth Rogen y Ross Byrne tan solo busca paz y armonía y para ello intentan vender su casa.
Si algo pasa en esa etapa que haga sospechar a los futuros compradores que no es un barrio tranquilo verán sus ilusiones de traslado amenazadas. Y por supuesto, las chicas, que son guerreras, en cuanto pongan los pies en el lugar la empezarán a montar de todos los colores, ayudadas, como no, por el personaje de Zac Efron, tan pendenciero como siempre pero con unos cuantos años más encima.
Él actuará como puente entre unos y otros, aunque en lugar de abogar por la concordia no haga más que meter más leña al fuego. La trama comienza arrolladora. El ritmo es bueno y las carcajadas están aseguradas, gracias sobre todo a un planteamiento en el que los gagas se van encadenando uno detrás de otro a cual más efectivo. Existen momentos sublimes como la secuencia triplicada del asalto de los policías negros en casa de unos traficantes. Puro deleite desternillante con una pizca de crítica social incluida. Todos los personajes principales parecen sembrados y cómodos en sus respectivos y muy alocados roles.
Las directoras meten a sus conejillos de india en una casa de la Costa Brava y en la convivencia acaba por explotar el conflicto
Pero resulta que poco a poco todo se va desinflando, como si se fuera perdiendo un interés progresivo en lo que se nos va contando. El mismo desarrollo argumental augura momentos de diversión “in crescendo” que nunca llegan a producirse. Todo lo que al principio hacía gracia ahora se vuelve previsible y anodino. Uno de los males que suele aquejar a la comedia norteamericana actual hace entonces acto de presencia para acabar de confundir al espectador. Nos referimos a ese mensaje bienintencionado que acaba con lo corrosivo y lo gamberro para aleccionarnos sobre la importancia del orden establecido, el amor de la familia e incluso la importancia de reivindicarse como mujer en un mundo donde impera lo masculino.
Es ahí donde la propuesta acaba fracasando. Cuando te esperas que la peripecia derive en un auténtico alarde de exageración y despiporre, todo se vuelve de color de rosa y cae en los mismos errores de siempre. Es una pena, porque el director del film, Nick Stoller, un auténtico especialista en la escritura de guiones de comedia (suyos son los libretos entre otras de Dick y Jane, ladrones de risa, Dí que sí o Todo sobre mi desmadre) no acaba de dar con la tecla que le lleve a considerarse a la altura del venerado Judd Apatow.
En cuanto al elenco actoral, las féminas se llevarán una alegría al saber que el cachas de Zac Efron se pasa media película enseñando sus portentosos músculos, que pegan muy bien con la barriga cervecera de un Seth Rogen que sin duda es lo mejor de la función. En cuanto a las chicas que deberían actuar como reclamo para que los más jóvenes acudieran a ver el film, destaca la presencia de una desenfadada Cloe Grace Moretz, aunque tanto ella como sus jóvenes compañeras de fatiga nos recuerden demasiado al grupo de exitosas chicas protagonistas de la mucho más descerebrada saga Ritmo perfecto, de la que por cierto ya se prepara la tercera entrega.
Mucho nos tememos que no ocurrirá lo mismo con la franquicia de Malditos vecinos, que parece bastante agotada de ideas e ingenio en esta desfallecida segunda parte, aparte de que la crítica no ha acabado de tratarla muy bien.