Masacre: Ven y mira: Una desconocida obra maestra
Masacre: Ven y mira
Título original
- Idi i smotri (Come and See) aka
- Año
- 1985
- Duración
- 136 min.
- País
- Unión Soviética (URSS)
- Dirección
- Guion
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Elem Klimov, Ales Adamovich
- Música
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Oleg Yanchenko
- Fotografía
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Aleksei Rodionov
- Reparto
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Alexei Kravchenko, Olga Mironova, Liubomiras Laucevicius, Vladas Bagdonas, Victor Lorents
- Productora
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Mosfilm, Belarusfilm
- Género
- Bélico. Drama | II Guerra Mundial. Nazismo. Holocausto. Drama psicológico. Basado en hechos reales
- Sinopsis
- Película de encargo para celebrar el 40 aniversario de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial. Relata, a través de los ojos de un niño progresivamente endurecido por el sufrimiento, la matanza sistemática de los habitantes de las aldeas bielorrusas, más de 600, durante la guerra.
- CRÍTICA DE VICENTE I. SÁNCHEZ
Se han rodado muchas películas sobre la II Guerra Mundial pero muy pocas con la fuerza y lirismo de “Masacre: Ven y mira” (Idi i smotri), del director ruso Elem Klimov. La cinta fue un encargo de la Unión Soviética para conmemorar el 40 aniversario de la victoria aliada sobre los nazis, al tiempo que una crónica sobre la masacre que perpetraron las SS en su avance por Rusia, donde fueron aniquilando de forma sistemática todos los pueblos por los que pasaban. Un ejemplo fue el pueblo donde se desarrolla la acción, Kathyn, donde solo sobrevivieron 8 ciudadanos de los 150 que tenía censados.
Tres décadas más tarde se reestrena esta obra maestra con una copia restaurada y en alta definición que permite acercarnos a una de las creaciones más fascinantes y sorprendentes del cine ruso. Una película inexplicablemente olvidada que nos recuerda la fuerza y magia que puede llegar a tener el séptimo arte.
“Masacre: Ven y mira” nos presenta a Florya, un niño bielorruso que sueña con entrar en el ejercito soviético para frenar el avance alemán. Su entusiasmo irá desapareciendo poco a poco ante los horrores y violencia que irá presenciando en el campo de batalla, viéndose finalmente sumergido en un mundo absurdo donde la muerte y la angustia están presente en cada esquina. De esta forma Florya irá perdiendo su niñez y acabará la película con un rostro demacrado, anciano, lleno de arrugas y heridas, como resultado de terrible viaje emocional al que ha sido sometido. En definitiva, una especie de descenso a los infiernos del que es imposible salir cuerdo.
“Masacre: Ven y mira” rompe de forma clara con los fundamentos del cine clásico y nos ofrece una película llena de símbolos y surrealismo. Elem Klimov construye una película extremadamente violenta en la que prácticamente no hay una gota de sangre. Se trata de una historia llena de furia que busca ahondar en los traumas y miedos de la guerra, donde se puede perder la cabeza mucho antes de recibir un balazo. El director sorprende con un estilo onírico que está muy cerca del estilo trascendental de Tarkoski y de algunas de sus películas como “La infancia de Iván” o “El espejo”. La cinta también se emparenta de forma clara con el surrealismo de Buñuel e incluso con el famoso montaje de atracciones de Eisenstein. El resultado es una película articulada mediante pequeñas escenas poéticas y surrealistas que acaban dando la sensación de sueño e irrealidad.
En este punto hay que reconocer que “Masacre: Ven y mira” no es una película sencilla y que en ningún momento busca serlo. Elem Klimov crea un universo devastado lleno de símbolos, metáforas y poesía, en el que para entrar se necesita de un esfuerzo y motivación. Este “Apocalipsis now” ruso no duda en usar todas las herramientas cinematográficas existentes para crear una película inmensa que busca impactar y revolucionar el lenguaje ofreciendo algunos planteamientos sorprendentes. Por ejemplo, los protagonistas de “Masacre: Ven y mira” rompen constantemente con la cuarta pared mirando deliberadamente a cámara, como si solo el espectador pudiera ayudarles a superar sus traumas. Además, en numerosas ocasiones la cámara se transforma en un personaje más y sus movimientos permitirán el desarrollo de la acción. Es curioso descubrir que todos los elementos estéticos y técnicos de “1917”, de San Mendes, están ya presentes en esta película.
“Masacre: Ven y mira” es una película antibelicista pero los caminos que nos propone la alejan del cine convencional. Tampoco puede ser considerada una película de propaganda rusa al uso, más allá de presentar al pueblo ruso como héroes que tuvieron que hacer frente al horror nazi. No obstante, es evidente que estamos ante una gran producción en la que no falta de nada, con cientos de extras y una gran ambientación.
En su recta final la cinta utiliza imágenes de archivo de las matanzas reales que se realizaron durante la II Guerra Mundial, creando una atmosfera de terror real y angustia vital. En conclusión, nos encontramos ante una obra maestra que había quedado relegada al olvido y que ahora tenemos la ocasión de descubrir. Su fuerza y lirismo la sitúan como uno de los grandes relatos sobre la guerra.