CRÍTICA DE CINE

Memoria: Yo no duermo

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Memoria

Próximos estrenos España 27 de mayo  

Título original

Memoria
Año
Duración
136 min.
País
 Colombia
Dirección

Apichatpong Weerasethakul

Guion

Apichatpong Weerasethakul

Música

César López

Fotografía

Sayombhu Mukdeeprom

Reparto

Tilda SwintonDaniel Giménez CachoJeanne BalibarJuan Pablo UrregoElkin DíazDaniel ToroAgnes BrekkeJerónimo BarónConstanza Gutiérrez

Productora
Coproducción Colombia-Tailandia-Francia-México-Reino Unido-Alemania; 

Kick the Machine, Burning Blue, Piano Producciones, Illuminations Films, Anna Sanders Films

Género
Drama
Sinopsis
A Jessica (Tilda Swinton), botánica británica establecida en Colombia, la despierta una noche un sonido como de otro mundo. La protagonista emprende un viaje hasta el corazón de la selva en busca del origen de este ruido que solo ella parece oír.
 
CRÍTICA

Un sonido estruendoso despierta a Tilda Swinton a primera hora de la mañana. Esta interrupción del sueño constituye un inicio irónico para una película que es concebida como una experiencia onírica, en la que el desconcierto y los interrogantes pueblan una atmosfera distante e inquietante. El tailandés Apichatpong Weerasethakul sigue exponiendo su inconfundible estilo contemplativo en una película que bascula entre el misterio y la paz, sin llegar nunca a separar lo real de la proyección mental.

Memoria se erige como una experiencia extrasensorial con la que el cineasta mira en sus temáticas habituales de una manera más madura y bañada por un cierto aroma crepuscular. Desde una forma alejada –rara vez Swinton, que nunca ha estado más aséptica, goza de un primer plano- y reposada mediante el plano fijo largo, Weerasethakul potencia la extrañeza de un personaje forastero consumido en una tierra ancestral.

No obstante, el tailandés consigue a la vez imprimir intimidad en su retrato al acompañar a su protagonista por esta búsqueda de un sonido, llevándola a despojarse de la artificialidad de la urbe y a mirarse a sí misma. La eclosión llega con el hipnótico encuentro con un limpiador de pescados en medio de la selva colombiana, donde se ponen de relieve las múltiples distracciones de nuestro entorno que impiden conectar profundamente con uno mismo y, austeramente, valorar lo que se ha vivido.

En una solemnidad que fluye como el agua del riachuelo de donde no se quiere mover el pescador, Weerasethakul introduce breves pinceladas de humor negro que aportan humanidad y un cauce terrenal a un conjunto marcadamente espiritual e introspectivo. Memoria exige paciencia por su naturaleza cinematográfica, aun tratándose de la obra más accesible de su director, pero si se logra despojarse de interferencias y mirarla con ojos limpios, uno puede adentrarse en una fascinante y frondosa experiencia, únicamente lastrada por un elemento final que saca al espectador del film.

No esperen respuestas, déjense llevar por un estado de incomprensión ante un sonido que lo inunda todo e imperceptiblemente guía hasta las esencias que rigen la existencia.