Money Monster: Bailando sobre el canto de un duro
Hacía ya más de un lustro que Jodie Foster no se ponia tres las cámaras. Ahora Foster vuelve a darle otra vuelta de tuerca al mismo temade la crisis emocional derivada de la financiera en Money Monster, la historia de un presentador de televisión de un programa de economía que ve su vida amenazada de muerte.
Título: Money Monster.
Título original: Money Monster.
Directora: Jodie Foster.
Guión: Alan DiFiore, Jim Kouf, Jamie Linden.
Actores: George Clooney, Julia Roberts, Dominic West, Jack O´Connell.
Estreno en España: 08/07/2016
Productora: Smokehouse Pictures / Sony Pictures.
Distribuidora: Sony Pictures Spain.
Sinopsis
Lee Gates (George Clooney), un famoso presentador de televisión, es conocido por ser uno de los gurús de Wall Street. Pero cuando el joven Kyle Budwell (Jack O'Connell) pierde todo el dinero de su familia en una mala inversión por consejo de Gates, decide secuestrar al periodista durante su emisión en directo del programa.
Crítica
Hacía ya más de un lustro que Jodie Foster no se ponia tres las cámaras. Fue con El Castor, donde un muy deprimido Mel Gibson intentaba levantar cabeza tras haberse dado cuenta de que el poder económico no traía precisamente la felicidad. Ahora Foster vuelve a darle otra vuelta de tuerca al mismo tema en Money Monster, la historia de un presentador de televisión de un programa de economia que ve amenazada su vida cuando un pequeño inversor engañado irrumpe en el plató de televisión pistola en mano para pedir cuentas de quien piensa ha arruinado su vida.
Desde un principio se nos quiere dejar claro que no estamos ante una película donde prime la reflexión y el análisis, tal u como sí hacía el año pasado la multipremiada La gran apuesta, de Adam McKay. Aquí la crítica soslayada se ha de atisbar dentro de los férreos marcajes impuestos por el género del thriller, primando la acción antes que la meditación. El problema es que en ocasiones el frenetismo pretendido necessita de unos mimbres que cumplan a la perfección su cometido, y al final de la peripecia te queda una ligera sensación de quiero y no puedo que no debería acompañar una propuesta encabezada por nombres tan ilustres como el de George Clooney (aquí en una doble faceta de productor y atribulado protagonista); la ya citada Jodie Foster o la siempre efectiva aunque poco lúcida participación de Julia Roberts.
No estamos ante una película donde prime la reflexión y el análisis.
Con todo y con eso Money Monster tiene algunos atractivos (a parte de Clooney y el emergente Jack O´Connell, claro) a tener en cuenta: la directora demuestra oficio para saber administrar de manera coherente los dos o tres ases que tiene en la manga. Atendemos a la explicación desde abajo de una estructura piramidal que se nos escapa pero de la que somos últimas víctimas. A los tiburones financieros no les duelen prendas arruinar al prójimo con tal de asegurarse lucrativos beneficios, y no es hasta que se llega a una situación extrema como la que refleja la trama que no se empiezan a buscar culpables. Se trataría de una apologia de la acción-reacción muy en la tradición de ese cine norteamericano en el que un solo hombre puede conseguir hacer temblar los cimientos de la especulación. Es una película, claro.
Los momentos de mayor tensión se vivan en los sitios de menor intimidad.
También se acierta a la hora de proponer un tercio final del film en el que se abandona el escenario único para pasar a espacios más abiertos. Puede llegar a resultar paradójico que los momentos de mayor tensión se vivan en los sitios de menor intimidad, pero tal y como ocurriera en otras propuestas similares de situaciones límite en la gran ciudad como pudieran ser Última llamada (2012) de Joel Schumacher, Plan Oculto (2006) de Spike Lee o 16 calles (2006) de Richard Donner el interés se acrecienta cuando el suceso trasciende a la interacción de otros agentes urbanos (esa población que se mofa en la cara del gurú de los consejos monetarios o la policía intentando aprovechar cualquier distracción del asaltante para poder abatirlo en la vía pública).
En el debe de Money Monster hay que apuntar la endeblez de un guion (uno de los talones de Aquiles de la industria cinematogràfica yanqui de los últimos años, que no es capaz de dar con la tecla que trascienda el cliché visto una y mil veces) que hace aguas en cuanto intenta ponerse un poco serio. Ver a George Clooney al principio del film haciendo el payasete bailando de forma desvergonzada ante las cámaras de su programa puede resultar gracioso y hasta un punto entrañable, pero cuando la trama se vuelve aleccionadora o quiere ser reflejo de la realidad más pura y dura, al producto se le ven los flecos de la incapacidad de quienes a seis manos (tres guionistas para una historia mínima como esta se nos antojan demasiados) no llegan a aportar al conjunto ni un ápice de originalidad.
En definitiva, después de ver esta Money Monster en la que se intenta dar vueltas sobre algo tan básico como que” el dinero es del mundo el gran agitador” (no lo decimos nosotros, que ya lo escribió Quevedo en su día) nos asalta la duda de que hubiera ocurrido si al tandem Clonney-Foster se le hubiera ocurrido un cambio de roles (el primero de director y la segunda de actriz principal). Quizás estaríamos hablando de una película mucho mejor...