Munich en vísperas de una guerra
Múnich en vísperas de una guerra
Netflix (estrenos destacados) 21 de enero
Título original
- Munich: The Edge of War
- Año
- 2021
- Duración
- 123 min.
- País
- Reino Unido
- Dirección
- Guion
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Robert Harris, Ben Power
- Música
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Isobel Waller-Bridge
- Fotografía
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Frank Lamm
- Reparto
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George MacKay, Jannis Niewöhner, Jeremy Irons, Alex Jennings, Martin Wuttke, Ulrich Matthes, August Diehl, Robert Bathurst, Marc Limpach, Martin Kiefer, Sandra Hüller, Liv Lisa Fries, Pierre Bergman, ver 11 más
- Productora
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Turbine Studios, Netflix. Distribuidora: Netflix
- Género
- Thriller. Drama | Años 30. Espionaje
- Sinopsis
- Otoño de 1938. Europa se encuentra al borde de la guerra. Mientras Hilter se prepara para invadir Checoslovaquia, el primer ministro británico Neville Chamberlain (Jeremy Irons) busca desesperadamente una solución pacífica. El joven funcionario británico Hugh Legat (George McKay) viaja a Munich para una conferencia de emergencia, adonde también se dirige el diplomático alemán Paul von Hartmann (Jannis Niehwöhner). Paul es un ex compañero de clase de Hugh de su época en Oxford. Mientras ambos ven si se puede evitar la guerra, y a qué coste, los dos amigos se encuentran en el centro de un complot político, en el que quizá sus propias vidas estén en peligro.
- CRÍTICA
Los paralelismos aquí se imponen desde el primer momento. Con una puesta en escena clásica y sobria y con actores que funcionan muy bien, la importancia de la película se me hizo evidente mientras la veía y me dejó realmente muy preocupada. A ver si me explico. El resumen argumental de Munich en vísperas de una guerra dice. “Otoño de 1938. Europa se encuentra al borde de la guerra. Mientras Hilter se prepara para invadir Checoslovaquia, el primer ministro británico Neville Chamberlain busca desesperadamente una solución pacífica reuniéndose con Hitler en Munich en una conferencia de emergencia destinada a conseguir parar la invasión a los Sudetes y firmar un compromiso de paz con Hitler.”
La historia está contada desde el punto de vista de dos amigos, un diplomático inglés y otro alemán, que intentan hacer llegar a Chamberlain un documento donde se demuestra claramente las intenciones de Hitler para Europa, intenciones muy alejadas de cualquier tratado de paz que pueda firmar el Fürher. Lo que sucedió un año después todos lo sabemos.
La reunión no sirvió para detener a Hitler en su ansia expansionista pero si para que los aliados ganaran algo de tiempo y pudieran prepararse mejor para la guerra. Los paralelismos con la situación que está viviendo el mundo en estos días, son tan evidentes que da miedo. Si cambiamos Hitler por Putin, Chamberlain por Biden, Munich por Ginebra, los sudetes checos por el Donbás ucraniano, tenemos un paisaje muy parecido al que estamos viendo esta semana. Incluso todos los discursos estériles a favor de la paz por parte de distintas fuerzas pacifistas, se parecen en sus argumentos a los que hay ahora. No me gusta nada la idea de una guerra, creo que sería una catástrofe para todos incluso aunque fuera una guerra híbrida.
Tampoco creo que la situación internacional ahora mismo sea la de los años 30, China juega un papel que aun no se ha acabado de definir. Pero el peligro está ahí, muy presente y aquí estamos, en vísperas de no se sabe bien el qué. Mientras tanto vale la pena ver Munich en vísperas de una guerra, un estupendo film de Christian Schwochow con Jeremy Irons y dos espléndidos actores, uno inglés, George MacKay y otro alemán, Jannis Niewöhner.
Dos frases como complemento: En un momento del film, Paul, el diplomático alemán le dice a Chamberlain: “No puede creer en la palabra de alguien que detesta y odia todo lo que usted representa”. Ese es otro paralelismo, Putin no está enfrentado a Europa solo políticamente, Putin combate a Europa por sus libertades y por sus hábitos democráticos, por muy imperfectos que éstos sean.
Otra frase, ésta atribuida a Franklin D. Roosevelt en Atlantic Crossing, una interesante serie que se puede ver en Movistar ambientada en Washington entre 1940 y 1945. En un momento del año 1940, el presidente, consciente de que no podrá mantener la neutralidad de Estados Unidos, reflexiona: “Como tanta gente de mi edad, había hecho planes para mi, planes para una vida privada escogida por mí. Estos planes, como tantos otros, tenían que pasar en un mundo que ahora queda tan lejos como otro planeta.” Entre el bicho y Putin, todos podemos pensar algo parecido.