CRÍTICA DE CINE

Operación Anthropoid: La guerra dentro de la guerra

El género thriller, la ambientación de Segunda Guerra Mundial, los actores intensos y de calidad y, en un plano más técnico, una fotografía y ambientación muy cuidadas son elementos que forman una de estas conocidas recetas, y Operación Anthropoid los tiene todos. Y además, en un gran nivel.

Bélico | 120 min. | Reino Unido 2016

Título: Operación Anthropoid.
Título original: Anthropoid.
Director: Sean Ellis.
Guión: Sean Ellis, Anthony Frewin.
Actores: Cilian Murphy, Jamie Dornan, Charlotte Le Bon, Toby Jones. 

Estreno en España: 16/12/2016 
Productora: LD Entertainment / 22h22 / Lucky Man Films.

Distribuidora: Alfa Pictures.

 

 

Sinopsis

Thriller político que narra el atentado contra el líder nazi Reinhard Heidrich, General de las SS. Basada en la historia de la Operación Antropoide, la misión de la Segunda Guerra Mundial para asesinar a Heidrich, tercero en la línea de mando y artífice intelectual de la Solución Final. 

Crítica

Existen fórmulas en el cine cuya mezcla suele acabar dando resultados aceptables, buenos, y muy buenos cuando algunos de sus ingredientes, además, destacan y se juegan de forma inteligente. El género thriller, la ambientación de Segunda Guerra Mundial, los actores intensos y de calidad y, en un plano más técnico, una fotografía y ambientación muy cuidadas son elementos que forman una de estas conocidas recetas, y Operación Anthropoid los tiene todos. Y además, en un gran nivel.

Partiendo de dicha base la película gana enteros en la parte visual, y es en la historia que cuenta donde debe librar el combate más duro, sobre todo para diferenciarse de las decenas de revisiones de los cientos de conflictos de una de las épocas más oscuras de la humanidad. En este caso la trama escogida ayuda, y mucho, al plantear como objetivo un alto mando nazi, dejando a un lado figuras con bigote.

Esto le da un aire fresco, pues si bien el antagonista principal puede considerarse como una masa indiferenciada (al menos así lo plantea en este caso, con lo que conlleva unificar de tal forma a los nazis) olvidamos como centro de la diana al propio Hitler, escuchando de nuevo la misma historia y, sin embargo, percibiéndola como algo que no se nos había contado antes.

Dos caras de una rebelión

Jamie Dornan y Cillian Murphy son los protagonistas que centrarán nuestro punto de vista desde el comienzo, con su aterrizaje en la Checoslovaquia ocupada para combatir a los alemanes junto a otros miembros allí presentes de la rebelión. Dos guerreros, dos extranjeros, dos extraños, y el riesgo de que ambos personajes, al tener tantas similitudes y presentarse directamente entrando en acción, fueran demasiado similares entre ellos, aportando poco o nada el uno sobre el otro.

Esto, sin embargo, no sucede, pues desde este frenético inicio quedan claras las diferencias entre ellos (el primero más temeroso, retraído, y mucho más distante con la violencia que implica el conflicto, y el segundo como su contrario). De esta forma, no quedan empastados en lo que podría haberse simplificado con un único personaje.

Ambos aportan, ambos se complementan y ambos evolucionan, irónica pero lógicamente, hacia el contrario: el personaje de Dornan ganará una seguridad ante el combate que era inexistente en su planteamiento, y uno de los giros de la trama humanizará a Murphy, arrebatándole el frío escudo a través del que veía la guerra, y haciendo que exteriorice el miedo que siente ante esta barbarie

Maniqueísmo… ¿o no?

Cualquier historia de la Segunda Guerra Mundial corre el riesgo de convertirse en una fábula maniquea de buenos contra malos, y en Operación Anthropoid vemos algo de esto en el mencionado trato de los alemanes como seres indiferenciados, masa que sigue órdenes y que destila crueldad en todas sus acciones. Sin embargo, la película también consigue un gran equilibrio al presentar a unos protagonistas profundamente patriotas (por necesidad) y no terminar siendo una obra panfletaria.

Lo cierto es que la atmósfera creada refuerza enormemente el relato y la inmersión en el mismo, utilizando ciertos recursos en momentos puntuales con gran maestría, como las escenas en las que la música desaparece, y el sonido ambiente se torna en un asfixiante silencio en el que emergen las figuras de los actores y su gran trabajo.

Un producto muy reseñable que se centra, incluso en las escenas de acción más crudas, en los personajes, y no en la espectacularidad, haciendo que la conexión sea increíblemente fuerte en todo momento y se mantenga hasta el último de los créditos.