CRÍTICA DE CINE

Para Sama: Más allá de los límites del cine documental

El próximo 13 de noviembre se proyectará en las salas de cine de España, el impactante documental For Sama (Para Sama-2019) realizado por la periodista siria Waad al Kateab y co-dirigido por Edward Watts.

Para Sama

Próximos estrenos España 13 de noviembre

Título original

For Sama
Año
Duración
93 min.
País
 Reino Unido
Dirección

Waad al-KateabEdward Watts

Música

Nainita Desai

Fotografía

Waad al-Kateab

Reparto

Documental

Productora

Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; ITN Productions, Channel 4. Distribuida por PBS Home Video

Género
Documental | Guerra de SiriaFamilia
Sinopsis
Una mujer joven lucha por unir el amor, la guerra y su papel como madre durante cinco años en el contexto de la guerra de Siria.
Distribuidora: Surtsey Films
 
CRÍTICA DE SANDRA P. MEDINA
 

El documental relata la desgarradora historia que se vivió en Alepo, la inmolada ciudad de Siria, que se convirtió en el epicentro del enfrentamiento de fuerzas armadas del país, apoyadas por el partido político Hezbolá, militares Chiíes y Rusia, contra diversos grupos rebeldes islamistas, entre 2012 y 2016, presididos por el tempestuoso régimen de Bashar al-Assad, que se mantiene vigente.

Waad al Kateab y su esposo, el doctor Hamza, junto a una familia cercana a ellos, hicieron parte del grupo de rebeldes activistas, que lucharon en contra de los ataques del régimen y justo por aquello época, Waad dio a luz a su primera hija Sama; en medio del conflicto, el miedo y las inquietudes, la joven periodista quiso hacer un registro fílmico desde una óptica subjetiva, narrado en primera persona para que Sama comprenda, en un futuro, las razones que motivaron a Waad y Hazam para permanecer en Alepo, durante esos aterradores episodios donde los bombardeos eran el pan de cada día.

Al Kateab se encargó de recopilar cada detalle, desde el más crudo y doloroso hasta instantes íntimos como su boda con Hazam, el nacimiento de Sama, bromas entre ella y sus amigos que alivianan un poco la tensión generada por el sonido ambiente de las bombas, las ambulancias, los helicópteros y los llantos de aflicción.

Con una narrativa que se desarrolla entre el presente y el pasado, nos convertimos en testigos de cruentos y atroces momentos, cargados de angustia y suplicio que nos sustraen de nuestro acomodado mundo, como un bofetón para hacernos reaccionar y salir de la indiferencia, a través de la verdadera cara de una pugna que dejó en ruinas a una ciudad, y donde la realizadora nos muestra los despiadados testimonios de los niños que se convirtieron en el blanco de los ataques y los asedios, algo que hasta al ser más gélido y racional, le destroza el corazón.

Torturas a civiles, ataques a hospitales (uno de ellos en el que trabajaba Hazam) edificios destruidos, ventanas rotas cubiertas con sábanas, imágenes contundentes, que no tienen límite para expresar el infierno vivido por los habitantes de Alepo.

Waad no tuvo ningún reparo en filmar situaciones en extremo explícitas, con primeros planos del sufrimiento de los niños, la sangre en el piso del hospital y la muerte tan cercana que se ve interrumpida por el auxilio de los médicos al intentar revivir a un bebé recién nacido, tal vez porque Waad más allá de ser una madre, se vio contagiada por su instinto periodístico (que en ocasiones parece cegado por una frialdad cuyo único fin, es buscar un impetuoso impacto en el espectador) y que la llevó a documentar experiencias que sobrepasan el respeto al dolor ajeno, como la escena en que una mujer en medio del llanto porque perdió a su hijo, le pide que deje de filmar pero ella no lo hace, algo que, evidentemente inquieta, perturba y molesta al espectador.

Sin embargo, resulta meritorio el empeño de la directora para que tomemos conciencia de algo que ocurre en un país ajeno a nuestras costumbres y cotidianeidad. Un potente y estremecedor manifiesto (que genera una serie de sensaciones ambiguas) y que fue nominado a varios premios, y ganador del BAFTA (Reino Unido) a mejor documental.

Se requieren nervios de acero para comprender el punto de vista y la intención de Waad porque deja un nudo en la garganta y unas incontrolables ganas de llorar, a causa de un conflicto que no ha tenido inconveniente en sacrificar vidas como si de una fumigación se tratara.

Un fuerte relato que nos despierta, nos hace caer en cuenta de cuán valiosa es la vida, pues es necesario algo de conmiseración y empatía hacia el prójimo, en medio de todas las monstruosidades que se viven en este mancillado planeta.