CRÍTICA DE CINE

Piratas del Caribe. La venganza de Salazar: No inventemos nada nuevo

La venganza de Salazar aúna elementos como los actores principales de anteriores partes (con mayor o menor protagonismo) y una pugna constante de géneros como la aventura, la acción y la comedia (con un desequilibrio importante hacia ésta última). 

Aventuras | 129 min. | USA 2017

Título: Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar.
Título original: Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales.
Director: Joachim Rønning, Espen Sandberg.
Guión: Jeff Nathanson (Personajes: Ted Elliott, Terry Rossio Stuart Beattie, Jay Wolpert).
Intérpretes: Johnny Depp, Javier Bardem, Orlando Bloom, Keira Knightley.

Estreno en España: 25/05/2017 
Productora: Walt Disney Pictures / Jerry Bruckheimer Films / Infinitum Nihil.

Distribuidora: Walt Disney Spain

Sinopsis

El capitán Jack Sparrow se enfrentará a un grupo de piratas-fantasma comandados por una de sus viejas némesis, el terrorífico capitán Salazar, recién escapado del Triángulo de las Bermudas. La única posibilidad de Sparrow para salir con vida es encontrar el legendario Tridente de Poseidón, un poderoso artefacto que le da a su poseedor el control de los mares.

Crítica

A pesar de lo que un aventurado lector pudiera pensar del título de esta crítica, no existe connotación negativa en el hecho de acusar de falta de originalidad a la nueva entrega del pirata más famoso y rentable de Disney. Tras una última experiencia poco agradable, la decisión obvia y, sin embargo, más acertada, era hacer un esfuerzo por reunir todas las piezas que les dieron el éxito a sus primeras películas.

La ambientación y trasfondo fantástico cierran este cofre de un tesoro que aún parece poder seguir siendo aprovechado.

La venganza de Salazar aúna elementos como los actores principales de anteriores partes (con mayor o menor protagonismo) y una pugna constante de géneros como la aventura, la acción y la comedia (con un desequilibrio importante hacia ésta última). La ambientación y trasfondo fantástico cierran este cofre de un tesoro que aún parece poder seguir siendo aprovechado.

Dame un McGuffin, y deja a los personajes.

Una vez decidido que la película contaría con la mayoría de intérpretes originales, además de un flamante antagonista encarnado por Javier Bardem, había que encontrar una premisa que reuniera a éstos y los recién estrenados personajes en otra gran aventura. La solución: un legendario objeto que, por diversos motivos, todos y cada uno de ellos acabarán buscando. Efectivamente, la respuesta aportada por el guión es tan simple y antigua como efectiva: un McGuffin (aquél elemento de la trama, definido por Hitchcock, sin mayor relevancia o utilidad que hacer que dicha trama avance). 

De esta forma, los objetivos y motivaciones de cada personaje quedan claros para el espectador durante los primeros 20 minutos, y se puede dejar que los personajes hagan el resto durante el tiempo restante. Esta fórmula encuentra sus únicas fallas en aquellos protagonistas menos carismáticos, o cuyo objetivo no parece justificar del todo que continúe montado en este barco que es la película.

Ocurre fundamentalmente con Henry Turner, interpretado por Brenton Thwaites, que en ningún momento llega a erigirse como el pretendido sustituto de Orlando Bloom en la saga. Kaya Scoledario, contrapartida de Keira Knightley, aporta algo más de capacidad y esfuerzo en un personaje excesivamente plano. Ambos forman una pareja de química prácticamente nula, lo cual lleva a un inexplicable e ilógico final. Esta fallida sustitución de roles originales acaba siendo la nota más desafinada en esta reinterpretación de la melodía por todos conocida.

Hans Zimmer hizo Piratas del Caribe

No, no es del todo cierto, pero hablar de esta saga es hablar, como sucede en pocas películas, de su banda sonora. Si bien aquél primer largometraje basado en una atracción de parque temático sorprendió a muchos con un subgénero marino casi abandonado, lo que más llegó a los sentidos de los espectadores fue la inconfundible melodía que Zimmer compuso para el blockbuster. A ella se debe en muchas ocasiones el ritmo y el impacto de sus escenas, y la emoción que transmite sólo se ve ensombrecida por su reiterado y (ahora) predecible uso. Esta banda sonora es parte inseparable del universo pirata, pero en su última entrega acaba siendo un elemento que demanda un inexistente racionamiento.

En definitiva, Disney ha apostado sobre seguro, confiando en que los astros se alinearan de nuevo (el futuro espectador de la película entenderá mejor esta referencia). Así ha sido, consiguiendo el planteado objetivo de entretener y transportarnos a un mundo de aventuras donde poco importan la profundidad de la trama o los arcos evolutivos de los personajes.