Prisioneros de Ghostland: otra de Nicholas Cage
Prisioneros de Ghostland
Próximos estrenos España 28 de enero
Título original
- Prisoners of the Ghostland
- Año
- 2021
- Duración
- 103 min.
- País
- Japón
- Dirección
- Guion
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Aaron Hendry, Reza Sixo Safai
- Música
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Joseph Trapanese
- Fotografía
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Souhei Tanigawa
- Reparto
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Nicolas Cage, Sofia Boutella, Ed Skrein, Nick Cassavetes, Narisa Suzuki, Bill Moseley, Takato Yonemoto, Yurino, Shinichiro Shimizu, Grace Santos, Jeffrey Rowe, Saki Ohwada, Charles Glover, ver 4 más
- Productora
- Coproducción Japón-Estados Unidos;
Eleven Arts, Untitled Entertainment, XYZ Films, Patriot Pictures
- Género
- Ciencia ficción. Acción. Thriller | Secuestros / Desapariciones. Samuráis. Distopía
- Sinopsis
- En la traicionera frontera de la ciudad de Samurai Town, un ladrón de bancos sin escrúpulos (Nicolas Cage) es liberado de la cárcel por un pudiente señor de la guerra conocido como The Governor (Bill Moseley) para que encuentre a Bernice (Sofia Boutella), su nieta adoptiva, que desaparecido sin dejar rastro. Para garantizar que cumpla su palabra, el ladrón es obligado a llevar puesto un traje de cuero que se autodestruirá en un periodo de cinco días. En su aventura buscará no sólo encontrar a la chica, sino también redimirse de sus pecados.
- CRÍTICA
“Prisioneros de Ghostland” es una película muy difícil de clasificar con un montón de ideas y referencias de lo mas variopintas. Para empezar, la nueva propuesta de Nicolas Cage es una historia de samuráis en la que salen vaqueros y que se desarrolla en un ambiente directamente sacado de Blade Runner y Mad Max. Al mismo tiempo, la cinta es una especie de comic friki lleno de colores que no duda en plagiar elementos del Spaghetti Western, del cine B, y de cintas como “Posesión infernal”.
Todos estos elementos metidos en una coctelera dan como resultado una película absurda y violenta que es capaz de entusiasmar y aburrir en el mismo minuto. El veterano director japonés Sion Sino (“Antiporno”) nos presenta la historia de dos atracadores de bancos que son encarcelados en una extraña ciudad fronteriza con el nombre de Samurai Town. Tras un extraño prologo, el malísimo gobernador liberará a Nicolas Cage con el objetivo de que rescate a su nieta adoptiva, desaparecida en extrañas circunstancias. Para garantizar que cumpla su palabra, el ladrón es obligado a llevar puesto un traje de cuero que se autodestruirá en un periodo de cinco días, con cargas explosivas específicas en brazos, piernas y testículos.
Esta es la premisa con la que “Prisioneros de Ghostland” nos sumerge en un mundo surrealista y sangriento en el que cualquier cosa puede suceder, para bien y para mal. Esto se debe a que el guion de Aaron Hendry y Reza Sixo Safai no tiene ni pies ni cabeza, y simplemente es un pretexto continuo para poder disfrutar de Nicolas Cage dando leches a diestro y siniestro y haciendo todo tipo de barbaridades. Lo más curioso es que Sion Sino establece un estilo visual apabullante y colorista que podría haber dado como resultado una película muy distinta y superior. Desgraciadamente hay mucho talento al servicio de una historia plana y poco comprensible.
“Prisioneros de Ghostland” se incluye dentro de las películas recientes menos afortunadas de Nicolas Cage, actor que, no olvidemos, participa en una media de cuatro películas al año, ya sea por aburrimiento o por exceso de deudas. En este caso el resultado está lejos de la calidad de películas recientes como “Pig”, “Mandy” o “Color Out of space”, aunque también tiene un punto bizarro muy divertido.
En cualquier caso, Nicolás Cage ofrece exactamente lo que se espera de él al interpretar a este justiciero sobreactuado y violento. No faltan todo tipo de golpes, gestos y de frases lapidarias, al tiempo que mujeres bellas e indefensas caen, inevitablemente, en sus brazos.
“Prisioneros de Ghostland” es cine de serie B y en ningún momento Sion Sino trata de ocultarlo. El problema es que nos encontramos ante una historia que no acaba de centrarse en ningún tema y que no para de mezclar flashbacks e historias dentro de historias. En definitiva, estamos ante una película que pudiendo ser interesante prefiere perderse en los excesos y en la sangre a borbotones, dando como resultado una historia inclasificable con un Nicolas Cage que no teme hacer el ridículo y simplemente busca divertirse. La pregunta es si el espectador también pasa un rato agradable.