CRÍTICA DE CINE

Rabbit School: los guardianes del huevo de oro: Haciéndole la Pascua a los zorros.

En Alemania el libro para niños "Die Häschenschule", escrito en 1924 por Albert Sixtus y con ilustraciones de Fritz Koch-Gotha pasa por ser uno de los clásicos infantiles más leídos de todos los tiempos.

Animación | 79 min. | Alemania | 2017

Título: Rabbit School.
Título original: Die Häschenschule.
Director: Ute von Münchow-Pohl
Guión: Katja Grübel, Dagmar Rehbinder
Actores:

Estreno en España: 13/04/2018 
Productora: Akkord Film Produktion GmbH / Virgin Lands Animated Pictures.

Distribuidora: Paycom Multimedia.

 

Sinopsis

Max es un travieso conejo de la ciudad que, tras un pequeño juego con sus amigos, acaba en los bosques de las afueras. Allí encontrará por sorpresa una antigua escuela, un peculiar lugar, el tiempo parece haberse detenido y sus habitantes llevan una tradicional y divertida vida rural. Junto con la misteriosa experta en artes marciales Madame Hermione y la ayuda de la dulce conejita Emmy, Max no solo aprenderá las técnicas secretas sobre la magia propia de los conejos de Pascua, sino también una faceta que desconocía de sí mismo. Y es que durante su estancia en la divertida escuela tendrá que enfrentarse con la colaboración del resto de compañeros a una astuta familia de zorros que quieren hacerse con el milenario huevo de oro.

Crítica

En Alemania el libro para niños "Die Häschenschule", escrito en 1924 por Albert Sixtus y con ilustraciones de Fritz Koch-Gotha pasa por ser uno de los clásicos infantiles más leídos de todos los tiempos. 'Die Häschenschule' tiene como protagonistes a una sèrie de jóvenes conejos que están en formación en una esculea especial con el objetivo de convertirse en conejitos de Pascua. En tan solo un año desde su publicación, el libro ya había vendido más de 250,000 ejemplares, cifras espectaculares si tenemos en cuenta la época en la que se publicó. El éxito de la obra entre los lectores se puede explicar por el hecho  de que logró dotar de un ambiente cotidiano a la escuela primaria, una interpretación completamente nueva, con animales que se comportan igual que los humanos, lo que no se había visto hasta entonces en la literatura germana. 

La figura de Max es completamente contemporánea y, al igual que ocurre con el hombre moderno, es individualista.

Koch-Gotha, originalmente un artista gráfico, se concentro a partir de entonces en ilustrar libros para niños, notablemente a menudo con liebres y conejos en los papeles principales. Aunque la obra hoy en día se halla bastante  desactualizada, sin alguna edición modernizada que haya salido a la venta en los últimos años, sigue siendo muy aconsejable por su alta dosis imaginativa. El productor de cine alemán Dirk Beinhold, a través de su agencia Sola Media, aprovechó la historia de estos niños de casi 95 años como base para su pel·lícula que fue presentada el pasado mes de febrero durante el Festival de cine de Berlín y en calidad de estreno mundial en la sección "Generation K +", dedicada al público infantil. Naturalmente, la historia original fue completamente pulida y modernizada. El resultado es 'Die Häschenschule - Jagd nach dem Goldenen Ei' (2017), una encantadora película animada que ahora aparece en los cines españoles bajo el título Rabbit School: Los guardianes del huevo de oro.

El héroe de la función es Max, un chaval solitario sin padres que se mueve con muchas soltura por la gran ciudad. En principio su universo y el de sus colegas, centrado sobre todo en la lucha diària por su supervivencia no tiene nada que ver ni con el jugo de zanahorias ni con la tradición de los huevos de Pascua. El es más de refrescos y pizza. Max sueña con unirse a la pandilla juvenil más cool de la ciudad, la llamada  “Banda de los conejos demolidores”. Pero resulta que un dia en el que està haciendo payasadas en un avión teledirigido tratando de impresionar a los miembros de la pandilla, acaba con sus huesos en medio de un bosque de las afueras de la ciudad. Sin comerlo ni beberlo se darà de bruces con la mítica escuela de conejos, unos conejos que, por cierto, parecen vivir en otro siglo, dades sus ropas y sus costumbres algo anticuadas y sus . Allí el tiempo parece haberse detenido. El contraste con la Ciudad es enorme en este entorno tipo comunidad. 

Pero no todo es alegria en este idílico emplazamiento: la escuela está sellada herméticamente. Para Max, está claro que necesita alejarse de allí lo más rápido que pueda. Pero eso es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pues resulta que una desagradable familia de zorros intentará hacer la vida imposible  a los pobres conejos,  con el oscuro propósito de apoderarse del lucrativo negocio de la Pascua. 

Y para eso necesitan el legendario huevo de oro, que está escondido en la escuela. Max no tiene más remedio que convertirse en un conejito de Pascua, lo que acabarà consiguiendo tras un peculiar entrenamiento en una pista americana que haría las delicias de El sargento de Hierro y una inusitada diligencia a la hora de recibir lecciones por parte de sus expertos maestros. Con ayuda de sus recién estrenados amigos y sobre todo con mucho ingenio se las apañará para que la tradición no se vea resquebrajada y los niños puedan seguir disfrutando de la búsqueda de huevos de Pascua.

La gracia del asunto está en la capacidad de los hacedores de la película en conectar ingeniosamente la historia clásica de Sixtus y Koch-Gotha con los tiempos modernos. La figura de Max es completamente contemporánea y, al igual que ocurre con el hombre moderno, es individualista. Por otra parte, el director Ute von Münchow-Pohl y los guionistas Dagmar Grübel y Dagmar Rehbinder nos llevan a una escuela donde las liebres aún forman una sola unidad. El contraste va más allá: la ciudad es gris y la vida es dura; en el bosque, sin embargo, Max termina en un baño verde cálido y fresco, aunque no lo vea de inmediato.