La Reina de España: Oda al cine clásico
El metacine es un tema que, obviamente, ha interesado mucho a lo largo de la historia del medio. Hablar del propio proceso de creación de las películas, mostrar los trucos y, a menudo, la suciedad escondida bajo la deslumbrante alfombra que se despliega en la gran pantalla, y hacerlo precisamente en el medio cinematográfico.
Comedia | 100 min. | España 2016
Título: La Reina de España.
Título original: La Reina de España.
Director: Fernando Trueba.
Guión: Fernando Trueba.
Actores: Penélope Cruz, Antonio Resines, Neus Asensi, Ana Belén.
Estreno en España: 25/11/2016
Productora: Fernando Trueba P.C. / Atresmedia Cine.
Distribuidora: Universal Pictures Spain.
Sinopsis
España, años 50. Macarena Granada (Penélope Cruz), la gran estrella “americana” de origen español, retorna a su tierra para encarnar a Isabel la Católica. Al enterarse de la noticia, Blas Fontiveros (Antonio Resines), que no había vuelto a España desde que se fuera a dirigir "La niña de tus ojos" a la Alemania nazi 18 años atrás, decide regresar y reencontrarse con algunos de sus viejos amigos. Su llegada desata una serie de acontecimientos que pondrán a prueba el rodaje de la superproducción...
Crítica
El metacine es un tema que, obviamente, ha interesado mucho a lo largo de la historia del medio. Hablar del propio proceso de creación de las películas, mostrar los trucos y, a menudo, la suciedad escondida bajo la deslumbrante alfombra que se despliega en la gran pantalla, y hacerlo precisamente en el medio cinematográfico.
Así encontramos un bagaje al que nos recuerda la última película de Trueba, en la que se muestran los entresijos de una producción española de los años 50 como ya se hizo con otros ambientes y épocas en películas como “Ed Wood”, “La noche americana” o “El crepúsculo de los Dioses”.
Aquí se plantea una continuación de “La niña de tus ojos”, trayendo de vuelta aquellos personajes de Penélope Cruz, Antonio Resines y compañía. Una superproducción americana en la España franquista será el telón de fondo para una película cuyo propósito no parece más ambicioso que el de ser un canto de alabanza al cine clásico, aquél más artesano. Frente a esto, un serie de pequeños entresijos y conflictos entre los diferentes personajes, y una importante crítica en el subtexto que asoma a través del humor más desenfadado.
Resines, el hombre McGuffin
Hitchcock configuró el McGuffin como un objeto o elemento de la trama que parece tener una gran importancia en un primer momento a ojos del espectador, pero que al final perdía todo valor por sí mismo y para el argumento, siendo su propósito el de desencadenar una serie de situaciones en la narración y unas interrelaciones entre los personajes de la misma. Éste es el papel del malogrado director Fontiveros, con una caprichosa reaparición en su país natal y un reencuentro progresivo con los demás personajes.
El personaje de Resines actúa por tanto como catalizador de una serie de situaciones, iniciador de subtramas que añaden cierto interés al relato. Esto disimula una realidad apabullante, de la que uno se da cuenta al terminar la película, y que en absoluto es molesta: durante las dos horas de metraje no se cuenta una gran historia, ni existe un cambio de los personajes que, de principio a fin, se mantienen carentes de arco evolutivo. Una de las reglas más importantes de cualquier guionista se rompe y, aún así, nos deja una película realmente disfrutable gracias a los enredos entre personajes y, por supuesto, el homenaje al proceso de hacer cine de una forma más tradicional, con negativo en vez de tarjetas de memoria, con paisajes hechos en matte-painting (fondos dibujados) en lugar de pantallas verdes sustituidas por efectos digitales.
El humor en la realdad.
La Reina de España ha sido etiquetada como comedia, y aunque no es una película que mantenga la carcajada continua y bobalicona en el espectador, disfruta de puntos destacados, pequeñas conversaciones y situaciones que sacan esa risa inesperada y sincera, a pesar de pecar en ocasiones de tratar de forma anticuada algunos temas (salvable únicamente recordándonos cada poco tiempo que es una historia ambientada en los 50 de nuestro país). A pesar de ese pequeño esfuerzo de traslación temporal del sentido del humor que se debe realizar, demuestra su efectividad en los momentos adecuados, culminando en la sorprendente escena de Carlos Areces, minutos que dejan boquiabierto a cualquiera.
La esencia de todo reside en esta oda al cine clásico, y al contraste entre aquel Hollywood del Star System y la organización más casera del cine español. Conocer aquellos directores y actores no es en absoluto necesario, pero sí ayuda a completar en la mente del espectador la obra que Trueba pretende presentar con La Reina de España.