The Beatles: Get Back: En los buenos y en los malos momentos
The Beatles: Get Back (Miniserie de TV)
Título original
- The Beatles: Get Back
- Año
- 2021
- Duración
- 157 min.
- País
- Reino Unido
- Dirección
- Música
-
The Beatles
- Reparto
-
Documental, intervenciones de: The Beatles, John Lennon, Paul McCartney, George Harrison, Ringo Starr, Yoko Ono
- Productora
- Coproducción Reino Unido-Nueva Zelanda;
Polygram Entertainment, Walt Disney Pictures, Apple Corps, Wingnut Films. Distribuidora: Disney+
- Género
- Serie de TV. Documental | Documental sobre música. Miniserie de TV
- Sinopsis
- Documental sobre The Beatles con numeroso material inédito que muestra la cordialidad, la camaradería y el humor que reinaban durante la realización de "Let It Be", el legendario álbum de estudio de los Beatles, y su último concierto en directo como grupo, la inolvidable actuación en la azotea de la calle Savile Row en Londres. Se han recopilado más de 55 horas de material inédito, filmado por Michael Lindsay-Hogg en 1969, y 140 horas de grabaciones de audio de las sesiones de grabación del álbum "Let It Be" que se han escuchado en muy pocas ocasiones. Además, Peter Jackson ha trabajado de acuerdo con los beatles vivos y las viudas de los fallecidos, teniendo acceso a numeroso material que ve la luz por primera vez.
- CRÍTICA
1969
En enero de 1969 The Beatles se encuentran en un punto crucial de su carrera. Todavía no se han cumplido seis años de su primer número uno en el Reino Unido y en ese periodo relativamente corto de tiempo el grupo de Liverpool ha protagonizado una revolución musical y social protagonizando la banda sonora de los cambios ocurridos durante la década de los 60 del pasado siglo.
Convertidos en el centro de todas las miradas, la calidad musical de The Beatles no se resiente, pero la fortaleza de la unión afectiva de sus cuatro componentes —fundamental para resistir toda la presión mediática— se resquebraja por el choque de egos, la renuncia a realizar directos, la desaparición de la figura de Brian Epstein y la transformación de su música en un conglomerado cultural (Apple Corps.) que diversificaba sus esfuerzos entre el mundo empresarial y musical.
La idea original de The Beatles era grabar un disco que significara una vuelta a sus orígenes, grabado prácticamente en directo, sin toda la serie de arreglos, trabajos orquestales y efectos musicales que habían ido incorporando disco tras disco y que tendrían su culminación en Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (1967).
Este objetivo inicial se completaría con la realización de una película que recogiera el proceso de elaboración del nuevo disco y debía terminar con la grabación de un concierto en directo en el que se barajaron diferentes escenarios de todo el mundo. Todo ello en el plazo escaso de un mes.
Para la dirección del filme se escogió al director británico Michael Lindsay-Hogg, que ya había trabajado con The Beatles en algunos de sus filmes promocionales de los singles y acababa de rodar el documental Rock And Roll Circus, de los Rolling Stones.
Todo el proyecto estaba circunscrito temporalmente a enero de 1969 en unas veintidós sesiones. The Beatles se reunieron en los Twickenham Studios y pronto comprobaron que el espacio era deslucido y frío para trabajar. Durante los días que permanecieron allí se hicieron más evidentes las tensiones creativas y la competitividad que surge entre ellos.
Conscientes del callejón sin salida en el que estaban metidos decidieron volver al estudio situado en el bajo de sus oficinas, aprovechando que Magic Alex —Alexis Mardas, un ingeniero e inventor que les prometió el mejor estudio pero que no era más que un charlatán— había terminado sus trabajos. Rápidamente comprueban que el trabajo realizado no tiene el suficiente rigor técnico para efectuar una grabación por lo que se decide traer la unidad móvil de Abbey Road para continuar con las canciones.
Ya en ese estudio, más cálido y cómodo para trabajar, elaboran la mayor parte del disco y, tras considerar diferentes propuestas, el concierto en directo se realizó en la azotea de sus oficinas en el que interpretaron varios temas en lo que finalmente fue la última vez que tocaron en concierto todos juntos.
Tras las tormentosas sesiones de Let it be, en lugar de editar el disco, The Beatles postergó el lanzamiento de Get back —el título original— por discrepancias con la mezcla final, guardando las cintas y comprometiéndose con George Martin para la grabación de un disco elaborado y trabajado según el método habitual (cuidando la producción, los arreglos y bajo la dirección de Martin). Grabado en el verano de 1969, el resultado fue Abbey Road, el que a la postre sería el último disco del grupo, uno de los mejores de su carrera.
1970
En pleno proceso de separación, tras la declaración del 10 de abril en la que McCartney anunció que abandonaba The Beatles, y con la necesidad de entregar un disco para cumplir con su contrato, John Lennon facilitó las cintas al famoso productor Phil Spector. El resultado final disgustó a Paul McCartney por las orquestaciones que introdujo Spector en sus canciones, pero el autor de Yesterday no pudo impedir la publicación del disco a principios de mayo de 1970 con el nombre definitivo de Let it be. De esta forma, aunque Let it be se grabó antes que Abbey Road, finalmente el disco producido por Spector fue el último disco publicado de The Beatles.
La película Let it be se estrenó el 30 de mayo de 1970 y sus imágenes sirvieron para que el mundo viera el proceso de descomposición del grupo, pues la película dejaba ver las diferencias artísticas y personales que se plasmaron durante el mes de enero del año anterior.
El documental, para el que Michael Lindsay-Hogg filmó más de 55 horas de imágenes en 16mm —que posteriormente se hincharon a 35mm para su exhibición en salas de cines— y 150 horas de sonido, quedó reducido a 80 minutos y obtuvo el Oscar a la mejor banda sonora.
Sin explicaciones ni entrevistas ni hilo conductor, el espectador asistía a la elaboración del disco con las discrepancias entre McCartney y George Harrison por la forma de tocar la guitarra de este último, las diferencias creativas entre Lennon y McCartney, las sesiones sin identificar y el histórico concierto de la azotea. Un triste final para la mítica banda.
2021
El 25 de noviembre de 2021 la plataforma Disney Plus estrena el documental The Beatles: Get Back. Un nuevo montaje del material que filmó Lindsay-Hogg y que a lo largo de casi ocho horas y media, divididas en tres capítulos, pretende aportar una nueva visión frente al montaje exhibido hace más de 50 años.
El origen del proyecto se inicia cuando Apple Corps contacta con el cineasta Peter Jackson para testear si estaba interesado en realizar un documental con todo el material disponible de las sesiones originales. El nombre de Jackson surge gracias a la rigurosa restauración que el director neozelandés había realizado en su documental de 2018 They Shall Not Grow Old, sobre la I Guerra Mundial.
Jackson expresó sus dudas pues no quería profundizar en la imagen deprimente de la separación traumática del cuarteto británico y solicitó revisar el material antes de tomar una decisión. La duda inicial desapareció conforme Jackson iba accediendo a este material y comprobaba que en realidad esos veintitantos días reflejaba un periodo creativo fértil en el que The Beatles compusieron y grabaron algunas de los temas más importantes de su carrera.
De esta forma el enfoque propuesto por Peter Jackson va encaminado a mostrar cómo durante ese mes de enero de 1969, a pesar de los nubarrones que se cernían sobre el futuro de The Beatles, el buen proceso creativo y la camaradería continuaban existiendo. No es una línea nueva pues desde mediados de los años 90, con el proyecto The Beatles Anthology —en el que los tres Beatles vivos se reunieron— ya se reenfocó la imagen del grupo más allá de las turbulencias provocadas en los años inmediatos a la separación.
La clave del documental está en una escena situada hacia el final del primer capítulo. George Harrison ha abandonado los Twickenham Studios con el firme propósito de no regresar —en su diario escribe que deja The Beatles—. El resto del grupo acude el domingo a casa de Harrison para mantener una reunión e intentar reconducir la postura de este, pero el encuentro no termina de forma fructífera. McCartney y Lennon mantienen diferencias creativas y la presencia constante de Yoko Ono, junto con todas las cámaras y micrófonos que recogen sus movimientos, provoca un aumento de la tensión.
En este marco en el que parece que todo se viene abajo, McCartney reflexiona sobre la situación del grupo, sobre la presencia de Yoko Ono y su influencia en Lennon, y concluye poniendo el acento sobre lo importante que eso parece en ese momento y la poca transcendencia que tendrá cuando pasen los años: «Pero va a ser algo increíblemente gracioso dentro de 50 años. Se separaron porque Yoko se sentó en un amplificador».
El montaje de The Beatles: Get Back, con la distancia que favorece el medio siglo desde que se grabaron las imágenes originales —y desprovisto del choque emocional de la separación que impregnaba la película de Lindsay-Hogg— aporta una visión más positiva del proyecto en el que, sin eludir los malos momentos, se pone el acento en el resultado musical de esos veintitantos días de trabajo.
A lo largo de las más de ocho horas asistimos al nacimiento de las melodías que posteriormente germinarán en canciones como Get back, Don’t let me down, The long and winding road o Across the universe. Y no solo temas del disco Let it be sino también de Abbey Road (Maxwell's silver hammer, Golden slambers, Carry that weight, She came in through the bathroom window, etc.) o canciones que formarán parte de los discos en solitario de McCartney (Another day) o Harrison (All things must pass).
A diferencia de la película de 1970, para facilitar la comprensión del espectador, Jackson incorpora el calendario de la grabación con las fechas, los títulos de las canciones y los nombres de las diferentes personas que aparecen (familiares, técnicos, personal del estudio) situando las grabaciones en sus correspondientes espacios físicos. También podemos ver fotografías e imágenes que ambientan las conversaciones. Todo ello contribuye a visualizar de una forma más correcta el entramado que giraba alrededor del grupo.
Se enriquece el contenido del documental aportando información sobre la realidad del momento o las actividades de The Beatles; por ejemplo, cuando los cuatro músicos comienzan a recordar el viaje a la India que hicieron todos juntos en el año 1968, Jackson alterna la conversación que los músicos tienen en el estudio con las imágenes de las películas que grabaron en la India, facilitando una mayor comprensión del ambiente de la época (el retiro espiritual, las filosofías orientales, sus ropas, las personas que los acompañaban, etc.).
No es el único momento en el que Peter Jackson consigue personalizar la película a través del montaje. Cuando las imágenes muestran a Linda Eastman tomando fotografías del grupo, Jackson detiene la imagen creando el efecto de instantánea o toda la parte en la que irrumpe la policía para detener el concierto de The Beatles en la azotea está planteado mediante un tono de suspense y humor, en el que se alarga el tiempo, con un montaje paralelo que incluye la actuación del grupo, las opiniones de las personas que están por la calle en pleno Londres sorprendidas por la música y la insistencia de la policía en subir a la azotea para detener el concierto.
El formato adaptado a la emisión en plataformas, frente a la limitación de la duración estándar de la exhibición cinematográfica, le permite a Jackson extenderse más allá de las ocho horas, dejando patente el proceso de creación de gran parte de los temas, incluyendo el trabajo, los tiempos muertos, las bromas, las inseguridades o las conversaciones con el equipo técnico.
Es en este afán pedagógico donde el documental brilla, pero también muestra sus debilidades pues algunos momentos son excesivamente reiterativos siendo de utilidad únicamente para los seguidores más acérrimos de The Beatles; el valor testimonial de las imágenes es innegable y justifica ese metraje que saca a la luz contenido inédito, pero puede resultar tedioso para quien se acerque esperando un documental al uso.
Con todo, The Beatles: Get Back contiene escenas impagables en las que podemos observar el nacimiento de temas legendarios cuando apenas están perfilados, la familiaridad de las personas cercanas o las conversaciones aclaratorias sobre el futuro del grupo en ese momento —destaca el audio de la conversación de Lennon y McCartney grabada a escondidas, en la que ambos reflexionan sobre su papel como líderes del cuarteto.
El documental amplifica la visión sobre un periodo crítico de la historia de The Beatles, establece un análisis desde la distancia de los hechos ocurridos y pone en valor el trabajo original realizado por Michael Lindsay-Hogg en 1970 mediante el proceso de restauración de las imágenes y el uso de un montaje que modifica el punto de vista original.
Escribe Luis Tormo | Fotos Walt Disney Studios Revista Encadenados
Recomendamos la lectura de Eso no estaba en mi libro de los Beatles, de Francisco Castro, publicado por la Editorial Almuzara. Más información en: http://www.cinenuevatribuna.es/articulo/magazine/estaba-libro-beatles/20220712194426017134.html