Tori y Lokita
Tori y Lokita
Cartelera España 11 de noviembre
Título original
- Tori et Lokita
- Año
- 2022
- Duración
- 89 min.
- País
- Bélgica
- Dirección
- Guion
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Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
- Fotografía
-
Benoît Dervaux
- Reparto
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Mbundu Joely, Alban Ukaj, Tijmen Govaerts, Charlotte De Bruyne, Nadège Ouedraogo, Marc Zinga, Pablo Schils, Batiste Sornin, Annette Closset, Thomas Doret, Amel Benaïssa, Leonardo Raco
- Compañías
- Coproducción Bélgica-Francia;
Les Films du Fleuve, Archipel 35, Savage Film, France 2 Cinema. Productor: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
- Género
- Drama | Inmigración. Amistad
- Sinopsis
- En la Bélgica actual, un niño y una chica adolescente que llegaron solos de África enfrentan su invencible amistad contra las difíciles condiciones de su exilio.
- CRÍTICA
Los hermanos Dardenne, adscritos, parece ser, a un cine de fuerte compromiso social, alumbran Tori y Lokita, un drama sencillo y descorazonador, una película en la que los autores exhiben músculo narrativo y verdaderas facultades emotivas.
Este film cuenta la historia de una adolescente y de un niño pequeño al que protege, ambos, de origen africano. Viven en un orfanato y se ven relegados a la marginalidad social. Deben campar entre camellos y traficantes de personas para poder conseguir algo de dinero, lo suficiente para que Lokita procure una vida mejor a su familia, aún en África.
La película está tintada de una visión politizada, algo amanerada, una triquiñuela sensacionalista, que, por fortuna, se queda lejos del mensaje panfletario. Es un artefacto ideológico al servicio de un mensaje definido, pero derrocha humanidad a borbotones. Es verdaderamente bella. Y es porque alejado de las imposturas rezuma verismo narrativo maximizando una problemática real: la explotación de los inmigrantes ilegales, aquellos despojados de todo tipo de derechos, que son lanzados a las cloacas de las sociedades occidentales.
Una cámara temblorosa encuadra con más pragmatismo que gracia. Es el cine al servicio del relato, contado a través de unos códigos funcionales, que realzan la historia a primer plano. Es adecuado, dada la fuerza de aquello que cuenta. Es la autoría y virguería propia del narrador, no del cineasta que juega con la especificidad del cine. Aunque esto también es virtud, también es cine.
Debido a muchas miradas autorales austeras, son costumbre los grandes dramas sociales contados desde un marcado distanciamiento, una frialdad que hace el relato ciertamente impersonal. Tori y Lokita está impregnada de este aparente carácter objetivo-expositivo, pero que resulta conveniente. Hay una yuxtaposición entre la descarnada historia y la desmotivada mirada que añade crudeza. Una crudeza que desemboca en emoción, que azuza el relato y lleva al espectador a la lagrima, al convencimiento de que el mundo es implacable, a que solo queda dejarse llevar en este angosto mar de tristeza y desolación.
Tori y Lokita es una película moralizadora, bella y emotiva, que cuenta con destreza una historia humana, aquella que tienen los hermanos Dardenne para ampliar y desampliar el plano social del mundo en el que vivimos.