El Último Rey: Días de nieve y sangre
Año 1206. Noruega ha sido arrasada por una guerra civil. El Rey está muriendo, y mientras su hijo no reconocido nace en secreto. La mitad del reino quiere acabar con el bebé, pero dos hombres, Torstein Skevla y Skjervald Skrukka, lo defenderán hasta la muerte en una huida que cambiará para siempre la historia del país. El niño se llamaba Håkon Håkonsen y sería rey de Noruega.
Aventuras | 95 min. | Noruega 2016
Título: El último Rey.
Título original: Birkebeinerne.
Director: Nils Gaup.
Guión: Ravn Lanesskog.
Actores: Kristofer Hivju, Jakob Oftebro, Nikolaj Lie Kaas, Thorbjørn Harr.
Estreno en España: 27/01/2017
Productora: Paradox Film 3.
Distribuidora: Emon.
Sinopsis
Año 1206. Noruega ha sido arrasada por una guerra civil. El Rey está muriendo, y mientras su hijo no reconocido nace en secreto. La mitad del reino quiere acabar con el bebé, pero dos hombres, Torstein Skevla y Skjervald Skrukka, lo defenderán hasta la muerte en una huida que cambiará para siempre la historia del país. El niño se llamaba Håkon Håkonsen y sería rey de Noruega.
Crítica
Año 1206. Noruega ha sido arrasada por una guerra civil. El Rey está muriendo, y mientras su hijo no reconocido nace en secreto. La mitad del reino quiere acabar con el bebé, pero dos hombres, Torstein Skevla y Skjervald Skrukka, lo defenderán hasta la muerte en una huida que cambiará para siempre la historia del país. El niño se llamaba Håkon Håkonsen y sería rey de Noruega.
Tener un conocimiento de la historia de Noruega sin duda haría la experiencia de El Último Rey (título original: Birkebeinerne) muchísimo más rica en cuanto a la comprensión de su conjunto, habida cuenta de que las escenas de acción e intrigas palaciegas se suceden ya desde los primeros fotogramas del film. Pero incluso sin eses conocimiento, no hay muchos problemas para seguir su entretenida trama. Es una historia compleja con un número de personajes con nombres imposibles de recordar pero de caras muy reconocibles (aunque las pobladas barbas de los guerreros y la cantidad de prendas de abrigo que llevan encima puedan llevarnos a pensar lo contrario. El último Reyes un cuento épico, bello y fascinante que te agarra a los parajes nevados y no te suelta en todo el metraje.
Si sigues con interés la mítica serie Vikingos (drama histórico con cantidad de mitología nórdica incluida en cada uno de sus episodios), aquí vas a encontrar más de una similitud que garantizará tu disfrute del visionado: vástagos con derecho a trono que son perseguidos por aquellos que quieren alcanzar el poder a toda costa; valerosos guerreros que harán lo indecible por mantener la paz y el orden reinante aunque sea costa de sacrificar a sus seres queridos; historias de venganzas de esas que cuando se cumplen te dejan un muy buen sabor de boca; y por supuesto, batallas (sencillitas, más de estratagemas que de grandes conflictos) coreografiadas donde el cuerpo a cuerpo y la utilización de la logística armamentística de la época cobran una gran importancia.
La puesta en escena es su punto fuerte, con un diseño de producción encomiable (del que se encarga Karl Juliusson, (todo un veterano en la materia que ya dio muestras de maestría en films como Bailando en la oscuridad o En Tierra Hostil) donde se percibe un cuidado exquisito a la hora de ambientar de manera pormenorizada aquella lejana época. A su magnífica labor se une la no menos destacable fotografía de Peter Mokrosinski, quien sabe captar de manera espectacular y muy bella toda esa gelidez y desamparo de unos espacios naturales tan hostiles como inabarcables (el rodaje tuvo lugar en los alrededores de Lilehammer, un lugar donde es muy fácil que el termómetro no suba de los cero grados en casi todo el día.
Los amantes del deporte de riesgo también hallarán algunas escenas que seguro serán de su agrado, como aquellas persecuciones en las que tanto víctimas como verdugos se calzarán unos primitivos esquís y emularán a James Bond y los espías que lo acuciaban en la divertida Solo para sus ojos, o aquella otra en la que a uno de los protagonistas no le quedará otra que agarrarse a unos caballos salvajes y practicar una versión bastante “sui generis” de la disciplina de esquí acuático (sustituyendo el agua por la nieve, claro).
Quizás el guion pase por ser el punto menos fuerte de este recomendable ejercicio de épica histórica. Ravn Lanesskog, debutante en la materia aunque ya tiene el encargo de escribir el libreto del biopic del mítico explorador noruego Roald Amundesen, no acaba de insuflar todo el brío necesario para que la producción suba enteros a partir de los diálogos y frases lapidarias que se echan bastante en falta. El texto nunca acaba de encontrar una personalidad propia, estando siempre al servicio de los momentos de máxima acción; así, los escasos instantes del descanso del guerrero, se desaprovechan en conversaciones estériles que no tienen otro objetivo que ir engarzando secuencia de acción con secuencia de acción.
Una pena, porque con un poco más de pretensión por parte de los hacedores del film, podríamos estar hablando de una de las mejores aventuras épicas rodas en los últimos años. Suponemos que no habrá sido así por ajustes de presupuesto, aunque la película ha funcionado de forma fenomenal en la taquilla de su país de origen.