CRÍTICA DE CINE

Los últimos años del artista. Afterimage: El arte versus el sistema

Historia de los últimos años del importante pintor vanguardista polaco Wladyslaw Strzeminski y su enfrentamiento y oposición al realismo social impuesto por el régimen comunista en Polonia. Luchará por la libertad de su arte, arriesgándose a ser eliminado de la memoria de la historia del arte y del país. 

Drama | 98 min. | Polonia 2016

Título: Los últimos años del artista: Afterimage. 
Título original: Powidoki (Afterimage).
Director: Andrzej Wajda.
Guión: Andrzej Mularczyk.
Actores: Boguslaw Linda, Aleksandra Justa, Bronislawa Zamachowska, Jacek Beler.

Estreno en España: 30/06/2017 
Productora: Akson Studio.

Distribuidora: Sherlock Films.

Sinopsis

El sistema comunista, con Stalin, se hace con el control de Polonia en 1948. El famoso pintor Wladyslaw Strzeminski (Boguslaw Linda) se niega a comprometer su arte con las doctrinas del realismo social. Por esa causa es expulsado de su puesto en la universidad, y su obra borrada de los museos. Esta es la historia de su lucha contra el Partido, que lo convertirá en símbolo de la resistencia artística contra la tiranía intelectual.

Crítica

El último film del maestro Wajda nos presenta el pintor vanguardista Wladyslaw Strzeminski para reflexionar sobre la libertad de expresión en la Polonia ocupada por la Unión Soviética. Strzeminski no solo luchó contra sus propios obstáculos físicos, ya que la pérdida de un brazo y una pierna, no le impidieron convertirse en uno de los campeones del arte abstracto en Polonia, sino que además se enfrentó a la ortodoxia estalinista. 

El director, que vivió en su propia carne la censura durante la Polonia comunista, nos muestra su visión de la lucha de un hombre contra el sistema autoritario.

Después de una presentación del protagonista, feliz por no decir radiante, como querido maestro en la Escuela Superior de Artes Visuales en Lodz, la narración se va haciendo cada vez más intensa al ver su pérdida de honor. Es el precio de su integridad y el castigo del gobierno durante el surgimiento del comunismo y la imposición del Realismo Social en la Polonia de posguerra, para avanzar en sus ideas progresistas, aunque impuestas, a través del arte.

El director, que vivió en su propia carne la censura durante la Polonia comunista, nos muestra su visión de la lucha de un hombre contra el sistema autoritario, al tiempo que define como el arte puede reflejar esa lucha contra el sistema. Acompañados por la música de Andrzej Panufnik, un compositor que también fue censurado a principios de los años 50 y terminó desertando a Occidente, la fotografía panorámica de Pawel Edelman y el diseño de Marek Warszewski disminuyen progresivamente el color del marco en el que discurre la historia.

Una de las escenas más brillantes del film, llena de simbolismo, en la que Strzeminski está pintando en su piso, cuando un enorme cartel de Stalin se alza sobre el edificio, tiñendo de un rojo sangre el lienzo el artista. El impacto visual es poderoso y mordaz, ya que muestra la metáfora de la muerte de la libertad artística bajo un régimen autoritario. ¿Cómo puede el pintor expresarse en tal ambiente represivo? Este incidente es una prisión para el pintor, quien ante la imposibilidad de seguir creando, muleta en mano, rasga con ira el retrato, para que entre la luz.

La intención ya se declara con el título Afterimage; según el pintor, el ojo retiene en la memoria una imagen posterior de lo que ha visto, nunca una duplicación exacta de la realidad física (como pretende el Realismo Social). De ahí la importancia del individuo. Afterimage puede considerarse una llamada de atención de cómo un sistema o ciertas ideas políticas pueden ahogar la libertad y como la alargada sombra de las dictaduras oscurece el arte. 

En paralelo con el declive del protagonista, somos testigos de la transformación de Polonia, donde la propaganda política aparece por todas partes. En el reparto destacan de manera sobresaliente por su fuerte presencia el protagonista, Boguslaw Linda y la joven Bronislawa Zamachowska, quien interpreta a la hija de Strzeminski. 

Con un final directo, sin heroicidades ni discursos inspiradores, Wajda firma esta obra maestra, oda a la libertad y al arte. Siempre fue fiel a sí mismo y será recordado sobre todo por su épica trilogía de posguerra, formada por A Generation (1955), Kanal (1957) y Ashes and Diamonds (1958). Pero este fascinante film es una última imagen que nos deja como legado artístico.