Veloz como el viento: Carrera con obstáculos
Veloz como el viento (2016) es otra de las producciones italianas elegidas para formar parte de la Semana del Cine Italiano y toma como punto de partida el reencuentro de dos hermanos, Giulia y Loris, tras diez años de ausencia, motivado por la reciente muerte de su padre, en el trasfondo del mundillo automovilístico.
Drama | 119 min. | Italia | 2016
Título: Veloz como el Viento.
Título original: Veloce come il vento.
Director: Matteo Rovere.
Guión: Filippo Gravino, Francesca Manieri, Matteo Rovere.
Actores: Stefano Accorsi, Matilda De Angelis, Roberta Mattei, Paolo Graziosi.
Estreno en España: 30/03/2018
Productora: Fandango / Rai Cinema
Distribuidora: Cinemaran.
Sinopsis
Giula De Martino (Matilda De Angelis) es una joven que ha estado toda su vida rodeada por el mundo del motor hasta llegar a participar profesionalmente en carreras de coches, gracias a la ayuda y guía de su padre. Tras la pérdida de éste, aparecerá Loris (Stefano Accorsi), el hermano mayor, que tras lo excesos durante su época de piloto le llevó a caer en la adicción por las drogas.
Ahora vuelve a casa para querer ayudar a su hermana y reemplazar a su padre en el aprendizaje de la joven, pero su estilo de vida y la convivencia con su pareja, no facilitará las cosas. Juntos atravesarán un largo camino en el que tendrán que hacer frente a los obstáculos que irán apareciendo, como la posible pérdida de su casa, y también enfrentarse a ellos mismos y a su idea de familia.
Crítica
Veloz como el viento (2016) es otra de las producciones italianas elegidas para formar parte de la Semana del Cine Italiano y toma como punto de partida el reencuentro de dos hermanos, Giulia y Loris, tras diez años de ausencia, motivado por la reciente muerte de su padre, en el trasfondo del mundillo automovilístico.
En su tercer opus, Matteo Rovere dosifica el drama familiar con escenas deportivas vistosas, aunque no espectaculares.
Lo que podría definirse como una carrera con obstáculos para la protagonista, no obedece solamente a la pista de carreras en la que ella busca reivindicar el nombre de una familia de corredores y mecánicos, sino a la extraña convivencia con su hermano mayor. En el pasado, temerario corredor de carreras, Loris -Stefano Accorsi- luego de su periodo de fama optó por alejarse, tanto de los circuitos como de su padre y hermanos.
Giulia (Matilda De Angelis), con apenas 17 años, se perfila como una promesa de la Fórmula GT de competición automovilística, pero el repentino fallecimiento de su entrenador y padre tuercen el rumbo de su futuro. Y además, los apremios económicos la ubican en una situación extrema para la cual deberá contar con la ayuda de su hermano mayor.
Las diferencias entre ambos son notables, aunque la mayor complicación es la inestabilidad de Loris, sus antecedentes de adicciones, una novia en las mismas condiciones y la falta de experiencia en la crianza de un niño pequeño junto a Giulia.
Sin embargo, hay una historia y un pasado en común que pesa sobre ambos; un sentido para encontrarle la vuelta a la salida del pozo: volver a las pistas, saldar una deuda y así recuperar la dignidad.
En su tercer opus, Matteo Rovere dosifica el drama familiar con escenas deportivas vistosas, aunque no espectaculares, y logra a fuerza de la correcta
No estamos ante una película que pueda calificarse como imprescindible, entretiene pese a sus carencias narrativas y asombra en sus mejores momentos. Los aficionados a los deportes de motor sin duda disfrutarán con las escenas rodadas en el Campionato Italiano Gran Turismo; el resto puede que no salgan tan convencidos de la sala de cine pues es fácil adscribirse al discurso de que Veloz como el viento circula por una carretera con una trazada que ya hemos recorrido en multitud de ocasiones.
A pesar de estas virtudes, la repetición de ciertos lugares comunes y estereotipos condicionan las posibilidades para que la historia crezca y exceda la anécdota familiar, elementos que hacen de Veloz como el viento un film de rápido consumo y olvido.