La verdadera historia de la banda de Kelly: Bienvenidos al bizarro western
La verdadera historia de la banda de Kelly
Título original
- True History of the Kelly Gang aka
- Año
- 2019
- Duración
- 124 min.
- País
- Australia
- Dirección
- Guion
-
Shaun Grant (Novela: Peter Carey)
- Música
-
Jed Kurzel
- Fotografía
-
Ari Wegner
- Reparto
-
George MacKay, Charlie Hunnam, Russell Crowe, Nicholas Hoult, Essie Davis, Claudia Karvan, Thomasin McKenzie, Harry Greenwood, Jacob Collins-Levy, Sean Keenan, Earl Cave, Amy Christian, Markella Kavenagh, Orlando Schwerdt, Marlon Williams, Louis Hewison
- Productora
-
Daybreak Pictures, Film Victoria, Porchlight Films, Screen Australia, Film4 Productions, La Cinéfacture
- Género
- Western. Acción | Crimen. Siglo XIX
- Grupos
- Adaptaciones de Peter Carey
- Sinopsis
- Basada en la novela de Peter Carey, ganadora del Premio Booker, narra la vida del bandido australiano Ned Kelly. Tras la muerte de su padre, el joven Ned tuvo que tratar de hacer lo posible para asegurarse de que su madre sobreviviera. Sin embargo, esta no era una tarea fácil en la Australia de 1870, asolada por la pobreza y por el hambre. Ned comenzará, entonces, un viaje que le convertirá en una leyenda.
CRÍTICA DE DANIEL BERNAL
Amantes de la novela de Peter Carey, estáis de enhorabuena. Llega a la gran pantalla la adaptación más macarra, intrépida y memorable de La verdadera historia de la banda de Kelly. Justin Kurzel, el que fuese director de Macbeth, da en el clavo al mostrar con pericia y audacia la historia del famoso bandido australiano. Se perciben atisbos de maestría y unas elecciones de cámara arriesgadas a la par que efectivas por parte del cineasta australiano.
La obra se divide en dos partes: La primera, donde se ve reflejada la niñez del protagonista; y la segunda, donde se nos muestra su etapa adulta. En su primer tercio, la ironía, la tensión y la perplejidad imperan bajo las actuaciones de la jovencísima promesa Orlando Schwerdt, quien nos regala un momento de tensión muy satisfactorio, y de Russel Crowe, que nos ofrece ese toque irónico y grotesco característico del filme, siendo su participación breve pero extraordinaria; sin duda, una de las figuras más destacables del título que nos ocupa. Ya desde el comienzo se te introduce en esa atmósfera sórdida e impura, y es que la primera mitad del conjunto es exquisita en todos los aspectos. Una vez que llegamos a la segunda parte, palpamos ese tono rockanrolero/punk placentero que hará deleitar al espectador. Y si el planteamiento contaba con actores e interpretaciones portentosas, la continuación no iba ser menos.
Cambiamos el rostro de Orlando Schwerdt por el de George Mackay, que será el que encarne a Ned Kelly en su etapa madura. El actor británico de ascendencia australiana es uno de los intérpretes de moda en el panorama cinematográfico actual, al que un servidor le augura un promisorio futuro. Se podría decir que es una joven promesa, pero a estas alturas ese término se le queda corto. No sé qué tienen los personajes de Mackay con los besos dentro de su filmografía, pues aquí, como en Captain Fantastic, no termina de cuajar de manera lisonjera su acto amoroso con el personaje interpretado por Thomasin McKenzie, otra actriz a la que hay que seguir la pista, pues desde que la vimos en Jojo Rabbit sabíamos que no iba a ser una aparición espontánea detrás de las pantallas. Con una primera parte placentera y un sonoro y estruendoso nudo, el no del todo correcto nexo de unión con su desenlace puede causar cierta desconexión por parte del respetable, y es por ello que el conjunto no resultará sobresaliente. Aun así, la obra desembocará en un clímax arrebatador y explosivo.
Estamos ante un neo-western atípico, violento y sangriento, más cerca de un thriller siniestro que de un western de John Ford. Si te gusta la violencia que impregnan Sam Peckinpah o los Coen, este es tu título. La banda sonora no es de Morricone, pero este filme baila a un ritmo cañero con cierto toque punk que hará mantener expectante e hipnótico al que se precie sentado en la butaca.