Mi vida entre las hormigas: Regreso al punk
Cuando los hacedores de este muy recomendable documental expusieron su proyecto en Verkami con el objetivo de buscar apoyo económico para su singular empresa no se cortaron para nada a la hora de definir cuál iba a ser la meta de su trabajo: “contarle al mundo, con vuestra ayuda, la historia del mejor grupo de rock en español de todos los tiempos”.
Documental | 96 min. | España 2017
Título: Mi vida entre las hormigas.
Título original: Mi vida entre las hormigas.
Director: Chema Veiga, Juan Moya.
Guión: John Romano (Novela: Philip Roth).
Intervienen: Jorge Martínez (Jorge Ilegal), Jesús Ordovás, Jaime Urrutia, Pablo Carbonell.
Estreno en España: 23/06/2017
Productora: Altube Filmeak / Médula Producciones
Distribuidora:
Sinopsis
Documental que pretende comprender el universo musical del grupo de rock "Ilegales", y para ello es imprescindible conocer de cerca a su líder y vocalista Jorge Martínez; devorador de Nietzsche y Quevedo, coleccionista de soldados de plomo y guitarras eléctricas, aficionado a las inmersiones marinas y a las excursiones nocturnas, bien sea para observar animales en los bosques asturianos o para abrevar en los tugurios de Medellín.
Crítica
Cuando los hacedores de este muy recomendable documental expusieron su proyecto en Verkami con el objetivo de buscar apoyo económico para su singular empresa no se cortaron para nada a la hora de definir cuál iba a ser la meta de su trabajo: “contarle al mundo, con vuestra ayuda, la historia del mejor grupo de rock en español de todos los tiempos”. Si le preguntas a los menos duchos en la materia, seguramente el nombre de Ilegales no va a estar entre el puñado de grupos elegidos para ostentar esa corona de “los mejores”, pero una vez visto y disfrutado Mi vida entre las hormigas más de uno se va a frotar los ojos ante la que se rebela como perfecta reivindicación de una banda de rock que merece un reconocimiento inmediato.
Jorge Martínez, líder del grupo, nos agarra por la garganta para darnos un garbeo cargado de música, nostalgia, alcohol y anfetaminas por la historia más reciente de nuestro país.
Este documento de valor incuestionable tiene la virtud de explicar a pie juntillas una suerte de acertada metonimia en la que la figura insobornable del visceral Jorge Martínez, líder del grupo, nos agarra por la garganta para darnos un garbeo cargado de música, nostalgia, alcohol y anfetaminas por la historia de nuestro país desde finales de los setenta del siglo XX hasta nuestros días. Las letras de su música, tan irónicas como afiladas, actúan como verdaderos versos libres de una época de cambios como fue la de nuestra transición democrática que, aunque nos hayan querido hacer ver lo contrario, albergó más sombras que luces.
¿Por qué Ilegales no ha logrado el prestigio que se merece con el paso de los años?. Pues muy sencillo, por la insobornabilidad de una persona (personaje) como Jorge, auténtico alma matter que jamás se casó con nadie y actuó más como un grano en el culo del poder establecido y de las convenciones más recalcitrantes. La película viene trufada de sabrosas anécdotas en las que se nos explica como Ilegales fue saltando de compañía en compañía de discos ante lo molesto del mensaje destilado en sus canciones, o como cada concierto se convertía en una auténtica trifulca donde lo normal era que se acabara a guantazo limpio.
La violencia verbal y física se convirtieron en marca de la casa en una época en la que, paradójicamente, la propaganda que se intentaba imponer era la contraria. Veníamos de una época de posguerra y el aburguesamiento de las ideas en pos del progreso de un país con pies de barro chocaba frontalmente con una realidad que distaba mucho de ser pacífica.
En ese aspecto Ilegales no se casa con nadie y su compromiso con cantar las verdades del barquero se ven reflejadas en unas canciones cargadas de fuerza y de verdad, auténticos himnos generacionales a contracorriente que calaron hondo en una juventud necesitada de una sinceridad que rompiera moldes. Así, canciones con títulos tan estrambóticos y provocadores como Soy un macarra (que estuvo a punto de ser desechada por la banda y que se convirtió en un auténtico hit); Eres una puta; Heil Hitler; Bestia, bestia; Hola Mamoncete o Ella saltó por la ventana (censurada y condenada a su nula promoción por tocar un tema tan delicado como el del suicidio) lograron elevar a lo más alto a un conjunto políticamente incorrecto y sin pelos en la lengua. Y lo mejor de todo es que no han perdido ni un ápice de su potencia y contundencia con el paso de los años. Delincuentes juveniles ayer, hoy hombres peligrosos. Viejas caras, nuevas caras, pero las mismas cabezas…
A la riquísima narración de todo lo que tuvo que ver con estas composiciones hay que añadir la también valiosa aportación de un buen número de ilustres músicos que son historia viva de la música de nuestro país (entre otros, destaca la presencia de Víctor Manuel, Miguel Ríos, Pablo Carbonell o Diego Manrique), quienes van desgranando en formato entrevista vivencias generacionales compartidas con los protagonistas del documental que incluyen desde situaciones inverosímiles que sucedieron en muchos conciertos hasta alguna que otra trifulca casi cicatrizada entre ellos (impagable el momento en el bar donde Jorge y Jaime Urrutia rememoran con indisimulada acritud una pelea que tuvieron en una sala de conciertos madrileña).
La brillantez en su exposición de todos los elementos que componen el documental, y la capacidad de éste para diseccionar una época concreta de nuestra historia dando visibilidad a un grupo musical liderado por un auténtico “animal” de los escenarios convierten a Mi vida entre las hormigas en una filmación imprescindible que debería proyectarse en institutos y centros culturales de todo el país.