El 32 Festival de Cine de l’Alfàs organiza una exposición homenaje a Chicho Ibáñez Serrador
La Casa de Cultura acoge desde ayer una exposición homenaje a Chicho Ibáñez Serrador, que se enmarca en los actos paralelos del 32 Festival de Cine de l’Alfàs del Pi. Bajo el nombre de ‘Historias para no dormir’ se presenta esta muestra en la que se repasa la trayectoria del gran maestro del terror y la televisión, desde su enorme éxito con el mítico programa ‘Un, dos tres’ hasta sus películas, obras de arte del cine fantástico internacional, como ‘La Residencia’ y ‘Quién puede matar a un niño’, o sus magníficas ‘Historias para no dormir’.
“Un repaso a la trayectoria de uno de los grandes genios del cine y la televisión que tanto hizo disfrutar a varias generaciones, al que rinde homenaje este año el Festival de Cine de l’Alfàs”, destacó el concejal de Cultura, Manuel Casado, durante el acto de inauguración celebrado anoche, al que también asistieron las concejalas de Presidencia, Mayte García; Residentes, Martine Mertens, e Igualdad, Rocío Guijarro.
En esta breve exhibición de la interminable obra de Chicho Ibáñez Serrador se puede disfrutar de objetos curiosos sobre su vida, como el original de su primera obra, ‘Obsesión’, que estaba desaparecida. También hay guiones originales con acotaciones de su puño y letra, figurines de su película ‘La Residencia’, merchandising del ‘Un, Dos, Tres’, así como algunos figurines del vestuario del programa. La muestra acerca, además, algunos de los premios que recibió, como el Feroz de Honor en 2017.
Chicho, en la memoria y en el corazón
Nacido en Uruguay de padres actores, el que parecía destinado a ser una figura más de la escena se afincó en España y llegó mucho más lejos: todos aquellos ámbitos en los que colaboró, se transformaron a su paso. Fue dramaturgo esporádico en los escenarios, pero siempre destacado (‘Aprobado en inocencia’, ‘El águila y la niebla’…), aunque en realidad no dejó de escribir ni un solo día ni una sola noche: para televisión, para cine, para revistas… Leyó más que nadie, realizó más que nadie, y siempre transmitía la sensación de que aún quedaba mucho más por hacer, de que tenía todavía mucho más que aportarnos.
Trajo la fantasía más elevada (Poe, Bradbury, Twilight Zone) a la televisión con sus ‘Historias para no dormir’, impulsando de paso a toda una generación de jóvenes escritores de género en nuestro país (Buiza, Garci, Tébar, Plans) que encontraron en él el apoyo para darse a conocer. Indagó en el terror en la gran pantalla, y de manera ecléctica nos aportó algunas de las obras maestras del cine en español, como ‘La residencia’ y ‘¿Quién puede matar a un niño?’.
Y supo mostrarnos que la pequeña pantalla era el lugar ideal para la experimentación y la diversión, cogidas de la mano, y para la formación del mismo espectador. Programas pioneros como ‘Waku Waku’ o ‘Hablemos de sexo’ se concibieron para divertir e informar a pequeños y adultos; ‘El semáforo’ exploró con humor las posibilidades del show en vivo de nuevos talentos. Y ‘Un, Dos, Tres’ fue la opera omnia en la que todo podía caber y cabía (concurso, comedia, musical, interacción), una cita ineludible para toda España, que veía en aquel mítico programa depositados el suspense, la diversión y la esperanza.
Son solo algunos de los casos más señeros de toda una existencia entregada al espectador, a la invención, al servicio de la sociedad y de su mejora, al vuelo de la imaginación creativa y de la autoría en su mejor expresión. L’Alfàs del Pi y su Festival de Cine, por ello, quieren tributar y dar este homenaje a uno de los nombres insoslayables de la historia de la cultura española en democracia.