Concierto de Nacho Vegas en La Riviera, Madrid (Inverfest): El racismo mata, la música de Nacho Vegas no.
Se podrá estar más o menos de acuerdo con el activismo social y político de Nacho Vegas, pero a estas alturas ya nadie puede dudar de la honestidad de sus letras y de que su música forma parte de nuestra cultura popular y sentimental. Durante toda la gira de su último disco, Mundos Inmóviles Derrumbándose, el cantante asturiano (como ya es habitual por otra parte) ha tratado de convertir sus conciertos en un pequeño espacio para la disidencia y la discrepancia política, algo muy necesario en la actualidad, pero con muy pocos valientes que se atrevan. Suele repetirlo en cada concierto, “el racismo mata, la música no”.
Sobre las 21:00 horas salía al escenario de La Riviera con motivo del grupo de conciertos que ha organizado el festival de invierno de Madrid, Inverfest. Lo hacia de la mano de su banda habitual compuesta por Manu Molina, Hans Laguna, Ferrán Resines, Juliane Heinemann y Joseba Irazoki. Una puesta en escena muy sencilla compuesta por tres lunas era suficiente para que empezaran a sonar los primeros acordes de Belart, pieza con la que últimamente arranca los conciertos y que es una dolorosa canción sobre un amigo que con tan solo 34 años acabó con su vida. Tampoco hacía falta mucho más, ya que la presencia física del compositor es lo suficientemente fuerte y emblemática como para llenar el escenario.
Comienzo intenso para casi dos horas de concierto en el que Nacho Vegas repasó gran parte de su repertorio más clásico, con una mirada especial para los temas de su último disco. Así fueron sonando canciones como El don de la ternura, Big Crunch o Ramón In, esta última para el que suscribe la canción más bonita e intensa de Mundos Inmóviles Derrumbándose.
Por supuesto no faltaron grandes clásicos como Ciudad Vampira, Lo que comen las brujas o La pena o La nada. Temas que nunca fallan y que el público adora cantar. Una euforia que acabó transmitiéndose por todo el recinto, dejando claro que estábamos en otra noche de esas noches para el recuerdo. Y así, tema tras tema, fue concluyendo un concierto muy especial en la una de las salas más emblemáticas de Madrid. Era el momento de brindar, recapitular y de esperar que el hombre que conoció casi a Michi Panero vuelva pronto a la capital.
Las fotos que acompañan el texto son obra de Jon Roda.