SEFF 2021 - DÍA DOS
Seguimos un día más en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y empezamos la mañana con ¿Qué Hicimos Mal?, nuevo largometraje de Liliana Torres que haciendo uso de la autoficción se desdobla en un personaje que está planificando y rodando su siguiente película donde intenta indagar qué fue lo que salió mal en sus anteriores relaciones en un intento por comprender quizás qué es lo que está saliendo mal en su actual relación.
Se agradece que Torres huya del sensacionalismo y la moda imperante de culpar al hombre y que en sus conversaciones con sus ex-parejas sea un cúmulo de cosas entre ambos los motivos por los que por una razón u otra la relación se terminó.
Sin embargo, son precisamente éstas conversaciones de plano/contraplano el peor obstáculo formal y narrativo de la película pues parecen demasiado dirigidas y planificadas para resultar naturales a ojo del espectador.
Preferimos en ese sentido todos los apartes entre estos como la noche de juerga junto a una pandilla de italianas o el escarceo sexual en México donde la directora parece sentirse más libre.
En 1970 del polaco Tomasz Wolski asistimos a la recreación de los terribles sucesos que ocurrieron en Polonia en las revueltas obreras de diciembre de 1970, uno de los episodios más cruentos del país cuando apenas llevaba 15 años de gobierno comunista, provocadas en su inicio por las subidas de precio de los alimentos y que atestiguaron un gobierno dictatorial y represor con su pueblo.
Wolski se sirve para ello del stop-motion para recrear a los principales culpables del asesinato de 39 obreros en estas revueltas y de las conversaciones reales y filtradas entre ellos a la vez que usa imágenes de archivo de todo el suceso.
Todo el conjunto llega a asfixiar e incluso aterrar al espectador en una atmósfera opresiva y de pesadilla que en ciertos momentos parece hacernos recordar al uso de la técnica del stop-motion por parte de Jan Svankmajer.
El principal problema es que pasada la media hora del asombro y el terror, la película parece no ofrecer más sorpresas y volverse reiterativa hasta su final (y eso que dura 70 minutos) dando la sensación que hubiera funcionado mejor como cortometraje.
La tarde comienza recuperando un clásico de nuestro cine español y que debería empezar a reivindicar, Centinela Alerta de Jean Grémillon, aunque la leyenda y alguna anécdota polémica le da la autoría a Luis Buñuel, que en el contexto donde se ubica la película hacia la labor de supervisor de ciertas películas comerciales en la Segunda República, esta de hecho es la cuarta y última de la productora Filmófono.
Lo que sí queda bastante patente viendo la película es que si bien con la dirección del largometraje puede existir la duda de la autoría de Buñuel, en lo que respecta a su edición está bastante claro que él es el responsable, por ejemplo en el perfecto uso que Buñuel hacia de la elipsis, constante en toda la película pero sobre todo en su primer acto donde el espectador tiene que ir atando los cabos de esta historia donde una joven es ultrajada y luego abandonada junto a su hija recién nacida por el agresor, un tunante mujeriego para luego ser recatada por un cortés soldado que se dedica a cantar e interpretado por uno de los cantaores de moda de la época: Angelillo.
La película se reserva además alguna que otra sorpresa formal y rara vez en el cine de la época en España, como unos números musicales muy deudores del formalismo ruso y la aparición de un secundario robaescenas como el personaje de Tiburcio (Luis Heredia), soldado amigo del protagonista y que con sus ocurrencias hasta llega a generar en la película un cambio de registro hacia la parodia de detectives.
El día acaba con Futura, proyecto colaborativo entre los directores Pietro Marcello, Francesco Munzi, Alice Rohrwacher, directores de las magníficas Lazzaro Felice o Martín Eden entre otras y que parece tomar el pulso y el diálogo a la juventud italiana actual de la misma manera que este mismo año Jonas Trueba lo ha hecho con la juventud española en ¿Quién lo Impide?.
Es de admirar el valioso y caleidoscópico relato que nos brindan estos directores mostrándonos sin artificios ni tapujos a estos jóvenes que según el texto caminan en un limbo entre la niñez y la madurez. Una época que aquí se muestra llena de dudas sobre el futuro, con la necesidad imperante de salir del lugar de origen y confort y enfrentarse a la aventura de la vida.