SEFF Crónica del segundo día del Festival de Cine Europeo de Sevilla
El segundo día del festival ya ha dado muestras de los grandes títulos que nos tiene preparados con títulos que han recalcado la belleza y la libertad en el cine sobre todas las cosas y que son las cualidades más necesarias para asombrar.
SEFF - DÍA DOS
Comienza el segundo día del festival con la proyección de Le Fils de Joseph de Eugène Green en una revisitación en clave actual de la historia de Jesús, Maria, José y la paloma, aquí interpretada de forma algo grotesca por Matthieu Amalric como Oscar Pormenor, un ególatra editor que huyó tras dejar embarazada a Marie (Natasha Régnier), que poco después dará a luz a Vincent, el primer papel para la pantalla del actor Victor Ezenfis y que auguramos dará mucho que hablar en un futuro.
Cuando Vincent descubre quién es su verdadero padre comenzará un plan para vengarse de él y donde se encontrará con Joseph (Fabrizio Rongione), hermano de Oscar y con quien el muchacho comenzará una relación paterno-filial.
El trabajo actoral, como nos tiene acostumbrados Green se muestra muy contenido e intentado llegar a los sentimientos más realistas por parte de los actores, cosa que consigue en varios momentos y a los que ayuda unos primeros y primerísimos planos dónde los actores, infringiendo alguna que otra regla del cine (para eso están), parecen mirar fijamente a la cámara, provocando un intercambio y juego de miradas (muy importantes en el filme) entre estos y los propios espectadores.
También, y fiel a su estilo, la película vuelve a incluir diversas representaciones artísticas que se involucran en la propia película y que demuestran el buen gusto del director por la cultura, cosa que ya había demostrado con creces con La Sapienza.
Tras la película, pudimos estar un rato con el director y el actor protagonista, Victor Ezenfis en una auténtica masterclass sobre el cine y donde el director precisamente nos habló de su forma particular de dirigir a los actores, de esa inclusión de obras artísticas en sus películas, del subtexto religioso de la película que no impide a quién no lo conozca que disfrute de la película y el actor nos contó cómo fue su primera experiencia en el cine o cómo es trabajar con Green como director.
Al mediodía pudimos visionar Dogs de Bogdan Mirica, un título muy atmosférico ubicado en unos terrenos valdios y de lagunas de la región de Dobrogea y que comienza con ecos del Blue Velvet de David Lynch, con un seguimiento a raz del suelo hasta llegar a un pantano donde una cabeza aparece flotando.
Pero la historia, dónde un joven de ciudad (Dragos Bucur) hereda unos terrenos de su abuelo para más tarde descubrir que este era un mafioso y que sus anteriores empleados están usando el lugar para una serie de trapicheos, tiene poco del Lynch y algo más de Straw Dogs de Sam Peckinpah con la inclusión de la novia del protagonista avanzada la trama, aunque el director opta en último momento y sin razón aparente por no mostrar la explosión de violencia que se da en el clímax de la película y también cierto aire de western crepuscular que se acrecenta con un último plano de un peculiar llanero solitario huyendo hacia el horizonte.
En la primera sesión de tarde asistimos a la presentación de Liberami de Federica Di Giacomo en una experiencia documental que durante tres años estuvo grabando los exorcismos realizados por el padre Cataldo y los miembros de su iglesia.
Se podría considerar un trabajo desmitificador por parte de la directora al alejarse por completo de toda muestra anterior de posesión y exorcismo cinematográficos y mostrando con total realidad lo que podría ser el día a día de este ritual con algún que otro apunte de humor intencionado.
Sin embargo, la película se vuelve algo repetitiva al no mostrar más que una forma de realizar el exorcismo, la del padre Cataldo, y que por momentos esa sensación de realismo desaparece al intuir ciertos toques de manipulación y conveniencia de las situaciones para el transcurso de la historia así como una oportunidad perdida para indagar más en esos seminarios sobre exorcismos y de los que solo se nos muestra unos pocos minutos.
Llegamos al plato fuerte del día con Correspondências de Rita Azevedo Gomes, la directora que ya nos maravilló anteriormente con A Vingança de uma Mulher y que lo vuelve a hacer con esta obra donde la correspondencia de los poetas Jorge de Sena (en el exilio) y Sophia de Mello Breyner Andersen se narra a través de distintos tipos de imágenes, ensoñaciones, lecturas…en un juego entre las palabras y las imágenes muy original y singular y que genera una cantidad de sensaciones y emociones.
Junto a estas cartas dónde se plasman el amor, la cultura, la pérdida, el dolor o, en definitiva, lo que es la vida, también se dan trazas de política, de cómo se encontraba la sociedad en aquellos años convulsos y de dictaduras.
Quizás su mayor problema sea su duración, y no porque se haga larga, si no más bien porque son tantas las imágenes para el recuerdo, las frases para analizar y conmoverse, que resulta complicado desentrañar el puzle audiovisual que propone la Rita con solo un visionado y sin duda será de ese tipo de películas cuyos próximas visitas guardarán grandes y gratas sorpresas.
La jornada acaba con otra película esperada, Le Cancre de Paul Vecchiali al que ya se le hizo una (muy necesaria) retrospectiva el año pasado en el festival y que lo dio a conocer para muchos (entre los que me incluyo)
Como todo lo que hace Vecchiali. La película es una muestra de libertad creativa asombrosa desde sus primeros jocosos minutos hasta su melancólico final. Un juego con el digital como ya lo fue C’est L’Amour, dónde se dan cita el cine musical, la comedia o el melodrama y en el que el propio Vecchiali interpreta el papel protagonista de Rodolphe, al que vuelven a visitar todas las mujeres de su vida (auténtico compendio de grandes actrices del cine francés dónde podemos encontrar a Edith Scob de Les Yeux Sans Visage de George Franju o Catherine Denueve.
Una vez más el director trabaja con Pascal Cervó, en lo que ya puede considerarse una de esas uniones de director-actor para la historia del cine, en el papel del hijo de Rodolphe y que se enamora de un hombre heterosexual y reserva a Matthieu Amalric un papel que sorprenderá a todos.