SEFF Crónica del séptimo día del Festival de Cine Europeo de Sevilla
Jornada muy heterogénea la de hoy con propuestas para todos los gustos. Hemos tenido drama, metacine, terror de autor y comedia que nos han dejado un buen sabor de boca en su conjunto.
SEFF – DIA 7
El festival se va acercando a su fin y ya se respira por las salas de cine y los espacios habilitados para la prensa esas quinielas sobre quiénes ganarán los premios.
La primera película programada para hoy ha sido United States of Love de Tomasz Wasilewski y que cuenta las relaciones que comienzan a tener cuatro mujeres tras la caída del muro de Berlin en Polonia y el capitalismo entre de lleno en el país con todas sus consecuencias.
La propuesta nos ha dejado más bien fríos después de un comienzo muy interesante, con una estética muy particular y en una cena familiar donde comienzan a ponerse sobre la mesa alimentos traídos de fuera como un refresco de fanta,
Pero la trama general de la película no nos llega a emocionar en ningún momento a pesar de que hay problemas de todo tipo con las mujeres protagonistas. Tenemos una versión de The Thorn Birds, una historia de atracción por el mismo sexo, una de salto a la fama y una de relación profesor/madre de alumno que se van entremezclando con los toques sociales de la época, los prejuicios, las dudas y malestares.
Una película fallida que no obstante tiene algunos aciertos. Nos parece que esas videocartas en vhs entre países podrían dar pie a una gran película.
La rueda de prensa de después no tuvo al director de la película si no a Bertrand Bonello que vino a presentar Nocturama y hablar un poco de toda su filmografía. Para no sacudir a nuestros lectores con spoilers de la película (cosa que no hemos podido evitar nosotros), hablaremos de la misma cuando la visionemos este sábado.
Al mediodía hemos visto La Película de Nuestra Vida del debutante Enrique Baró y que es una reflexión la familia, el tiempo y el propio cine, donde cobran una vital importante esos vídeos caseros en Super 8 o los álbumes familiares, estos últimos protagonistas de una de las mejores escenas, a saber, el miembro más joven de esta familia de veraneo compuesta por el abuelo, el padre y él mismo, encuentra unos álbumes de recortes de su bisabuelo. Con esto comienza una discusión de todos ellos por dar un significado al por qué de estos recortes y si es cierto que tienen una intención clara.
A su vez, la película se guarda unos momentos dónde se (de) construyen en el presente escenas de fotografías antiguas familiares hablando del propio tiempo entre ambas.
Como bien dice la sinopsis, esta es una película que comenzó a hacerse en el años 53 y acaba ahora.
El pase de la tarde fue el torno de Personal Shopper de Oliver Assayas, y la película que tras Nocturama, es la que más estábamos esperando del festival.
Y no hemos salido decepcionados. El filme es la vuelta del Assayas de Demonlover, con sus entornos de diseño, asépticos y de oficina, su uso activo de los dispositivos digitales y el aislamiento de sus personajes protagonistas, esta vez, una increíble Kristen Stewart que se está convirtiendo en una de las actrices esenciales de nuestro tiempo.
Hay también un diálogo de influencias con Passion de Brian de Palma, que no en vano también se influenció de Demonlover para su magistral thriller, con una primera parte que recuerda irremediablemente a la película, con ese desdoblamiento que se produce en el personaje de Stewart, con el uso de los no-lugares tan propios de De Palma, con unos zapatos de tacón siendo un objeto de deseo y poder y que la locura comienza un poco antes de que se produzca un asesinato.
Quizás su final se alargue demasiado y en el último tercio parece que estemos ante el último Assayas de Sils Maria
Pero este thriller de tintes paranormales tiene presencia propia para mantenerse por si solo en esa primera parte donde sus imágenes y ese juego de gato y ratón, del deseo y lo prohibido entre la protagonista y lo que sea que le está hablando por mensajes a su móvil, consigue dejar hipnotizado e inquietado también gracias a esa huida de clichés y planteamientos mil veces visto en el cine sobre fantasmas.
La última película del día es In Bed With Victoria dirigida por Justine Triet . Una comedia heredera de la screwball americana protagonizada por Virginie Efira, recientemente vista en Elle de Paul Verhoeven, donde interpreta a una joven abogada, madre de dos hijos que se enfrenta a demasiados problemas en esos momentos con un ex usando su nombre para una novela donde no la deja en buen lugar o un amigo que es denunciado por toda mujer que conoce por acoso. El único apoyo que tendrá será un antiguo cliente joven, interpretado por Vincent Lacoste, que se ofrece a ayudarle con la casa y los niños a cambio de unas prácticas trabajando para ella.
De diálogo ágil e ingenioso, la película se va construyendo gracias a todos los obstáculos que se le van presentando a la protagonista y a ese malestar emocional que parece someter su vida y por el cual necesita la ayuda de un psicólogo y una vidente (entre otros), relegando la trama romántica en un segundo plano al principio y poco a poco haciéndola cobrar importancia.