Company: Sabor a Broadway
- Dirección:
Antonio Banderas - Autoría:
George Furth
Stephen Sondheim - Traducción:
Ignacio García May
Roser Batalla - Libreto:
Ignacio García May - Ayudantía de dirección:
Yolanda Jiménez Polonio
Stella Banderas
Hay muchos motivos para celebrar que una obra como Company se estrene en Madrid. Primero porque supone la vuelta de Antonio Banderas a los escenarios, en este caso dirigiendo y protagonizando una de las grandes obras de Stephen Sondheim. Segundo porque el estreno de Company ha supuesto la reapertura tras casi veinte años cerrados del Teatro Albéniz, uno de los escenarios con más solera de la capital y que tuvo que cerrar sus puertas en 2008 por diversos problemas legales.
Stephen Sondheim estrenó Company en 1970 contando con libreto de George Furth y con la dirección de Harold Prince. La obra, ambientada en el Nueva York de los años 70, es un conjunto de sketches que buscan hablar sobre las relaciones de pareja y sobre las dificultades y retos de encontrar a tu media naranja. La historia original toma como punto de partida el treinta y cinco cumpleaños de su protagonista Robert, aunque en esta nueva versión de Antonio Banderas el protagonista celebra (de manera mucho más realista) su cincuenta aniversario. Un cumpleaños que sirve como pretexto narrativo para ir viendo una serie de escenas (más bien cuadros) sin clara conexión que buscan crear un inmenso retrato colectivo sobre las relaciones humanas y la dificultad de encontrar la felicidad plena.
Es una obra narrativamente muy vigente, incluso con su moraleja final (algo forzada) de que la mejor forma de vivir la vida es siempre en compañía. Me recuerda un poco a aquella canción que dice: “si hubiera dicho sí, habría sido infeliz pero a tu lado”.
A nivel narrativo Company es una auténtica delicia, uno de eso clásicos instantáneos de la comedia musical que en Broadway ha sido representado miles de veces y que supone una garantía de éxito en cualquier teatro. Esta nueva versión dirigida por Antonio Banderas cuenta con el gran aliciente de ver al actor malagueño en el papel de Robert. Es un papel para lucirse y es evidente que Banderas lo consigue desde los primeros minutos, demostrando el gran talento que posee para cantar, bailar y controlar el escenario. Hay que reconocer que su presencia y carisma impregnan todo el escenario desde que sale en escena.
Company es una obra colosal, espectacular, que traslada a Madrid toda la esencia y magia de Broadway. Cuenta con 26 músicos, distribuidos tanto en el foso como por el escenario, bajo la dirección y batuta de Arturo Díez-Boscovich. La traducción de las letras que ha llevado a cabo Ignacio García May mantiene la calidad y sentido original de las letras, de modo que temas como Sentirse vivo, Barcelona o su famosa obertura no han perdido para nada su ritmo e ironía inicial. No, no es una obra especialmente económica, pero sí puedo asegurar que es un musical muy cuidado y que juega en otra división en cuanto a calidad y producción.
Company es una obra profundamente coral, hasta el punto que sería muy discutible decir que Antonio Banderas es el protagonista absoluto. Como decía anteriormente, este musical de Stephen Sondheim está compuesto por una serie de escenas que nos van hablando de la vida en pareja y de las dificultades de vivir solo en una gran ciudad. De esta manera Robert irá visitando a diversos amigos (casi como si fuera uno de los fantasmas de Cuento de Navidad) con los que irá viviendo diversas escenas que le irán cambiando y ayudando en su desarrollo vital y personal. En muchas de estas escenas, el protagonista (Antonio Banderas) prácticamente no interviene y es simplemente un espectador más de lo que está pasando, dando pie a divertidos y elaborados momentos musicales. En términos filosóficos podríamos decir que Robert es una especie de demiurgo que todo lo ve y que forma parte del alma de todos los personajes.
Lo cierto es que Sondheim compuso la obra a modo de coro griego, con unos actores que están siempre presentes en escena tanto en lo musical como en lo narrativo. Algo que la dirección de Antonio Banderas potencia al colocar a todos los actores alrededor del escenario como si de un teatro griego se tratara, a lo que también ayuda la escenografía circular ambientada en el Nueva York de los 70 que Alejandro Andújar ha ideado para la obra.
En definitiva, una obra en la que todo el mundo se luce y que cuenta con un reparto maravilloso compuesto por María Adamuz, Albert Bolea, Lorena Calero, Javier Enguix, Laura Enrech, Lydia Fairén, Robert González, Dulcinea Juárez, Silvia Luchetti, Julia Möller, Paco Morales, Marta Ribera, Carlos Seguí, Rai Borrell, Bealia Guerra, Beatriz Mur, Álvaro Puertas y Lourdes Zamalloa. Muchos actores con intervenciones muy diversas. Motivo por el que hay que reconocer que no todas las escenas son igual de interesantes, siendo algunos sketches excesivamente largos y excesivos, estirando muy artificialmente la duración de la obra. Y es que Company es una obra larga, con casi tres horas de duración incluyendo un intermedio de veinte minutos. Es entendible en este sentido que una obra tan intensa tenga algunos altibajos narrativos, con una primera parte llena de ritmo en contraposición a una segunda parte que pierde algo de la fuerza y sorpresa inicial.
No obstante Company es uno de esos eventos culturales que no te puedes perder. No es frecuente encontrase en la cartelera madrileña una obra tan bien ejecutada y con un reparto artístico y técnico tan sobresaliente. Es una gran obra al más puro estilo Broadway llena de música, baile y humor. No es perfecta, pero sus tres horas de duración son un ejemplo de amor por el musical y el teatro. Sin duda un imprescindible que podremos ver en el Teatro Albéniz de Madrid hasta el 14 de febrero.