ENTREVISTA REALIZADA POR MIGUEL ROBLES Y ÁLVARO DIONISIO
Ainhoa Rodríguez es una directora, productora y guionista extremeña, doctora Cum Laude en Comunicación Audiovisual y diplomada en Dirección de Cine y Realización de TV, que presenta su primer largometraje, “Destello Bravío”, a concursar en la sección oficial del 24 Festival de Cine de Málaga.
Desde su primer trabajo de dirección en el videoclip musical de la artista Chloe Bird, “Fade”, Ainhoa Rodríguez ya presentaba un estilo rompedor y particular que hace de sus obras verdaderos mensajes repletos de verdad, simbolismo y una estética visual de una muy reconocible marca personal.
Durante su entrevista para CINE NUEVA TRIBUNA, Ainhoa Rodríguez desveló las claves de su cinematografía y de su ópera prima.
Miguel: La película trata el tema tabú de la España vaciada y la despoblación de la vida rural, algo que no tiene en cuenta el Gobierno español, ¿Cómo lo retratas en la película? ¿Cuáles son tus pensamientos?
Ainhoa Rodríguez: Creo que, más allá de los gobiernos, que poco pintan en esto, la cuestión del neoliberalismo y del mundo globalizado es más una cuestión del sistema capitalista de consumo absoluto, que parece buscar que las culturas locales desaparezcan y que todo el mundo tenga las mismas necesidades económicas. Lo que yo descubrí, trabajando en la película, es que, si bien las tradiciones milenarias evidentemente relacionadas con el catolicismo y con herencias patriarcales son aguas rancias, lo que está por venir es mucho más terrorífico en términos de igualdad. Por ello, “Destello Bravío” defiende lo local contra la pérdida del alma. Porque no podemos permitir que nos roben nuestro alma.
Álvaro: En tu trabajo previo de dirección en el videoclip de la artista Chloe Bird, “Fade”, podemos ver una estética y una temática poco usual muy personal, ¿Nos encontraremos en “Destello Bravío” con algún elemento compartido entre ambos trabajos?
AR: Supongo que te refieres a la mujer madura. Pues sí. Evidentemente, hay algo en común en mis trabajos, que es la transgresión contra las normas. Trato de dar voz y rostro a mujeres en edad muy avanzada, maduras, que rondan los 70 y 80 años, que parecen no tener un lugar en nuestras pantallas y que, por lo tanto, en el momento en el que no salen en imagen, no existen. Igualmente sucede con la sexualidad de estas mujeres, que no es reflejado en el mundo audiovisual y, como consecuencia de esto, se invisibiliza socialmente. Es muy importante esta reivindicación, pues todos llegaremos a esa edad y debe ser un tema que nos interese. Por lo tanto, esta liberación es el tema central de “Fade” y lo seguirá siendo en mis películas, porque forma parte esencial de las mujeres.
M: Si no me equivoco, el elenco de “Destello Bravío” está formado por tus vecinas, ¿Qué es trabajar con actrices noveles?
AR: No son mis vecinas. Yo soy de un pueblo mucho más grande y me moví a uno más pequeño, para hacerme con él y ganarme la confianza de sus habitantes. Me fui a vivir durante un año a ese pueblo, yo sola. Tener casa, hacer la compra y construir el guión, todo allí. Por ello, para mi no suponen actrices sino seres humanos. La diferencia entre trabajar con actores profesionales y no actores es que, con los actores, tu ya tienes el personaje creado de una manera y son ellos los que se acercan a ti y se adaptan al vestido que tu has querido darles. Sin embargo, con los actores naturales, tú tienes que adaptarte al vestido de ellos. Todos sienten de verdad lo que dicen en la película, son sus vivencias personales.
A: Consideramos que, cualquier creador de contenido artístico se inspira y se conmueve con otras creaciones, ¿Cuáles directoras y directores referentes han hecho que veas el mundo del cine como algo en lo que quieres involucrarte?
AR: Soy absolutamente cinéfila. Desde niña he visto cine y me ha cambiado la vida. Como soy de provincia, me ponía el vídeo a programar a las 3 de la madrugada según veía en el periódico y he consumido tanto cine que tengo digerido demasiados directores y es difícil decir alguno en concreto. Aún así, puedo destacar el trabajo de Federico Fellini en cuanto al juego de códigos entre el género documental con el no realismo, lo cual siempre me ha interesado y he estudiado. En cuanto a directoras de cine, me gustan mucho Claire Denis y Lucrecia Martel.
M: Para trabajar con “Destello Bravío” has tenido que acostumbrarte a rodar en exteriores, ¿Cómo ha sido este proceso? ¿Has encontrado dificultades, como el control de luz, por ejemplo?
AR: En exteriores hemos ido en busca del sol y de la luna y, claro, si llegamos tarde, se nos fue. Aunque sea complicado rodar a merced de lo climatológico, es bastante mágico. El director de fotografía, Willy Jáuregui, quería rodar mucho en horas de las brujas (entre la medianoche y las 3 de la madrugada), para jugar con esa luz, y claro, este rodaje fue complicado, pero sarna con gusto no pica.
A: Por último, si pudieses decirle algo al espectador momentos antes de ver “Destello Bravío”, ¿Qué le dirías?
AR: Que la viva en libertad, abierta de mente, que se dejen llevar en el viaje, que no piensen en lo que ya han visto. El cine tiene que romper con lo preestablecido y el arte tiene que volar cabezas, que de eso se trata.