Carlos Vermut: “Todos tenemos una mantícora con la que enfrentarnos”
-Entrevistas por Álvaro Dionisio-
‘Mantícora’ aterrizó el pasado viernes 9 de diciembre en todos los cines y ya ha logrado conmover y perturbar (a partes iguales) a los espectadores que se han atrevido a adentrarse en el oscuro cuento moderno de Vermut. Alejada de las convenciones del cine español, ‘Mantícora’ es una anomalía, el bicho raro de la cartelera, que habla de todo aquello de lo que nadie quiere hablar, y lo hace con personalidad, elegancia y empatía.
Durante el preestreno de ‘Mantícora’ en Madrid, tuvimos la oportunidad de entrevistar a su director, Carlos Vermut, quien ha recibido dos nominaciones en los próximos Premios Goya 2023 a Mejor dirección y a Mejor guión original por esta película. También pudimos entrevistar a sus dos actores principales: Nacho Sánchez, nominado a Mejor actor protagonista, y Zoe Stein, nominada a Mejor actriz revelación. Esto fue lo que nos contaron:
‘Mantícora’ es una película valiente y osada, ¿Cómo se planteó el guión? ¿Dónde nace este trabajo?
Carlos Vermut: Bueno, el guión surge de una idea que tenía hace tiempo, concretamente el segundo acto de la película, que habla de este chico que siente atracción por un niño y se topa con una chica que se parece. Surgió ahí y, con el paso del tiempo, dejé la idea parada. Más tarde, en 2019, se me ocurrió un principio para la película, un primer acto que tiene que ver con el mundo de los videojuegos. Y así fue un poco como trabajé. A veces dejo películas paradas porque me faltan un inicio o un final y, de repente, me vienen ideas que no se valen por sí solas, pero que terminan complementando historias incompletas. Las voy armando así, de manera orgánica (se ríe).
No es común ver nuevas tecnologías como la realidad virtual en el cine español y aquí juega un papel clave en la trama, ¿Qué opinas sobre las posibilidades que ofrecen estos avances?
Carlos Vermut: Me parece interesante el planteamiento de los límites morales que pone sobre la mesa las nuevas tecnologías. Uno puede matar, robar, hacer lo que quiera en el mundo digital, que se convierte en un cajón de arena donde las posibilidades son infinitas. Que Julián pudiese interactuar y modelar su realidad gracias al mundo de los videojuegos dio mucho juego.
Nacho Sánchez: Creo que lo que llamamos “realidad” se ha vertido mucho en lo digital y que hay parte de nuestra realidad que está ahí metida. Para mi personaje, Julián, el mundo fantástico y digital al que accede estando solo en casa es un sinónimo de libertad. Para él es parte de su realidad y de su verdad, una extensión de su cabeza, una que solo conoce él. Cuando Julián enciende las gafas virtuales tiene la capacidad de dar riendas sueltas a su lado más oscuro en una fantasía en la que todo está permitido. Esa doble verdad ambigua potenciada por las tecnologías, esa fina línea que separa la realidad de la ficción y que parece tambalearse por momentos, fue un recurso muy rico a nivel interpretativo.
En ‘Mantícora’ hay ciertos tintes de fábula de los Hermanos Grimm, aspectos que recuerdan a figuras de lobos feroces y Caperucitas Rojas. En parte, ese resultado es gracias al trabajo interpretativo de ambos (Nacho y Zoe), ¿Cómo ha sido el trabajo en el rodaje?
Nacho Sánchez: Ha sido muy fácil. Zoe es una actriz con mucha naturalidad, mucha intuición y super permeable. Se deja afectar por las cosas, está en constante movimiento y le gusta estarlo. Busca nuevas soluciones y eso, al final, es un placer para quien comparte escena con ella. Porque la historia de monstruos está en el guión, pero nosotros teníamos que mostrar a dos personas que se están encontrando. Y con ella fue muy fácil. Creo que es muy joven y que va a poder trabajar como y donde ella quiera.
Zoe Stein: Nacho y yo no tuvimos mucho tiempo para conocernos antes del rodaje y, aún así, fue muy fácil conectar a nivel interpretativo con él. Es eso, creo que ambos tenemos una misma energía y una misma forma de trabajar que hizo que funcionase así de bien.
Los personajes de Julián y Diana destacan por tener claroscuros, deseos y sentimientos puros, a la par que secretos monstruosos, ¿Cuál ha sido la mantícora a la que os habéis tenido que enfrentar trabajando el guión? ¿Qué os ha ayudado a la hora de luchar contra esas dificultades?
Carlos Vermut: Quizá, ese reto complicado, esa bestia, era cómo abordar la relación de Julián con sus actos. El elegir que cruzase la línea o no, cómo trabajarlo para que estuviese siempre a punto de explotar, pero que no lo hiciese. Quería crear un personaje que generase desagrado y hacer que el espectador lo acompañase y sintiese cierta empatía por él. Eso era lo más complicado y lo más atrayente. Los personajes de mis películas son gente con una moralidad cuestionable y, como escritor, me gusta ponerme del lado de los personajes más complejos. En la realidad, todos tenemos una mantícora con la que enfrentarnos.
Nacho Sánchez: Pues, yo siento que todos estamos luchando constantemente contra nosotros mismos. Muchas veces nos sentimos agotados de luchar dentro de nuestra cabeza. Y creo que, desde ahí, entendí muy rápido al personaje. Además, es tan fuerte el tabú que trata ‘Mantícora’ que sale natural el tener que esconder ese lado oscuro de Julián. La gente que tiene esa pulsión sexual también sienten asco y odio, saben que está mal. Es una práctica condenada por la sociedad y todo el mundo crece aprendiendo que se trata de algo repulsivo, tanto el que termina teniendo esa pulsión dentro, como el que no. Por eso, Julián es una moneda de dos caras. Algo que lo hacía fácil y divertido de interpretar.
Zoe Stein: En mi caso, cuanto más complicado, mejor. Me gusta que sea un reto. Ahí es donde creas, donde creces, donde te descubres de diferentes formas. Si que es verdad que lo más complicado era contar mucho con poco. Como tu dices, todos tenemos una mantícora, que me ha gustado mucho esa frase (se ríe). Julián y Diana tienen sus capas, sus luces y sus sombras, como todo el mundo. Y eso es lo interesante, trabajar un personaje que sea verdaderamente difícil.