El coreógrafo Antonio Ruz estrena en Teatros del Canal su antibelicista Pharsalia
Estreno absoluto. Creación Canal
País: España
Duración: 1 h 30 min aprox. (sin intermedio)
Aviso: uso de luces estroboscópicas
Dirección y coreografía: Antonio Ruz
Bailarines y colaboración coreográfica: Anna B. Andresen, Elias Bäckebjörk, Joan Ferre, Carmen Fumero, José Alarcón, Manuel Martín, Lucia Montes, Alicia Narejos, Selam Ortega, Isabela Rossi, David Vilarinyo
Diseño de escenografía y vestuario: Alejandro Andújar
Música original: Aire
La Compañía Antonio Ruz estrena esta noche (20.30h) en la Sala Roja de Teatros del Canal su primera producción de gran formato, Pharsalia, coproducida por Teatros del Canal con el Sello Creación Canal y que podrá verse hasta el domingo.
Basada en el poema épico inacabado del escritor cordobés Marco Anneo Lucano, nieto de Séneca, Ruz ha concebido Pharsalia como un “canto antibelicista a la danza como arma de liberación y de energía salvadora”, en un tiempo en el que, de nuevo, la guerra, esta vez en Ucrania, se hace presente.
Como recuerda el propio Ruz, “la guerra nos acompaña desde el comienzo de las civilizaciones, está en la naturaleza humana el deseo y la ambición, lo que induce a la inseguridad colectiva y a la lucha. Es un proceso brutal y peligroso pero que forma parte de nuestra especie”.
No sabía entonces, cuando esbozaba las líneas de este proyecto a principios de 2021, que el conflicto bélico sorprendería al coreógrafo, Premio Nacional de Danza en 2018, en medio del proceso creativo. Había escogido una obra de un cordobés como él, pero que vivió en el siglo primero de nuestra era. Es el único texto que ha sobrevivido entre los que escribió Lucano hace más de veinte siglos, en cuyos diez cantos aborda la guerra civil entre Julio César y Pompeyo Magno.
De la dramaturgia Pharsalia se ha encargado la actriz, bailarina, coreógrafa escénica Rosabel Huguet, quien ha concebido la obra en tres momentos: antes de la guerra, durante la guerra y tras la guerra, en los que plasma los sentimientos que suscita la contienda: del miedo al caos, de la amenaza a la anarquía, el exilio y la esperanza.
A partir de esta dramaturgia, el trabajo coreográfico de Ruz, según explica, indaga en la idea de la guerra desde un enfoque alegórico, poniendo al cuerpo al servicio de conceptos cotidianos como el conflicto, la crisis, la resistencia, la tensión o la evasión.
El coreógrafo cordobés ha querido plantear, afirma, “una reflexión crítica y comprometida sobre la crueldad y la barbarie en la sociedad contemporánea. Un alegato a favor de la concordia, el respeto y la compasión”.
Con una propuesta escénica y de vestuario contundentes y una creación musical original que viaja entre lo épico y lo electrónico, once intérpretes transitarán coreografías cargadas de violencia, sutileza y teatralidad lanzándose, con toda su fisicidad, a una fiesta del combate.
Una música envolvente compuesta por Aire y marcada por elementos electrónicos y acústicos, rodeará al espectador despertándole, según explica su autor, “sensaciones más propias de una película que de una pieza de danza”, con sonidos que evocan “una batalla, la muerte, la reconciliación, el éxtasis y la conexión espiritual”.
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