Entrevistamos en exclusiva a João Pedro Rodrigues: “Al final, quieres que los otros te miren como tú eres de verdad”.
El pasado miércoles día 22 de marzo tuve la oportunidad de entrevistar a João Pedro Rodrigues en el Hotel Gran Legazpi de Madrid. Con motivo del estreno de Fuego fatuo, el director nos comparte el divertido proceso de creación de la cinta, la importancia de contar historias y el papel de las artes plásticas como uno de los pilares de su cine.
1.¿Cuál fue la primera película con contenido homosexual que recuerdas haber visto? ¿De qué manera crees que conformó tu visión?
Nunca me habían hecho esa pregunta. Hay mucho cine clásico que tiene, a veces, connotaciones gays pero creo que la que más se me quedó, la que más me impresionó fue Querelle, la última película de Fassbinder. Todavía no tenía dieciocho años, entonces era para mayores en esa época, creo que era del ochenta y uno o del ochenta y dos. Al entrar tenía miedo, ahora te dejan entrar pero en esa época no te permitían entrar si no eras mayor. Lo recuerdo como una victoria, el conseguir entrar y verla, y me impresionó mucho. Quizás es la película que más recuerdo, todavía me encanta y me encanta Fassbinder.
No estoy seguro si me influenció. Cuando la vi no sabía nada, yo iba a estudiar biología antes de estudiar cine porque quería ser ornitólogo y por eso yo creo que es mucho más de conocerme a mí mismo como persona, crear historias con personajes homosexuales, es una cuestión de honestidad conmigo mismo el contar historias que me son cercanas y que conozco, o intento conocer. Hacer películas me hizo conocer el mundo que me rodea.
2.Has dicho en muchas ocasiones que lo más importante para ti es contar historias,¿Puedes hablar de la estructura narrativa de la cinta?.
Es una historia, de alguna forma, también clásica. No es solo del cine, es de la literatura también: un personaje que llega al final de su vida y se acuerda de su pasado y de los momentos felices de su vida. Es una forma muy clásica de contar. Normalmente, quizás, no se empieza en el futuro, pero a mi me interesaba mucho esa idea. Es una película, es una comedia que juega mucho con la ironía, el físico es importante, la representación física del amor físico es importante. Me pareció gracioso empezar en 2069 con la idea de la canción de Gainsbourg 69 année érotique. Lo principal era jugar, nos hemos divertido mucho escribiendo y después rodando, eso también ha contribuido para que pueda resultar la comedia.
3.El arte es un elemento fundamental para la cinta. ¿Cómo fue el proceso de selección y representación de los cuadros que los bomberos recrean?
Una de las ideas de la película fue descubrir que los verdaderos bomberos hacen calendarios como antes en Italia hacían los calendarios Pirelli con mujeres. Ahora los hombres también los hacen para un público que, saben conscientemente, no es solo un público femenino sino un público, sobre todo, masculino. Entonces ellos tienen esta ironía.
Después, ¿Qué calendario hacer? No solo esos calendarios que hacen los bomberos, hacen los futbolistas, mucha gente lo hace así: desnudos más o menos desnudos. La pintura ha sido siempre importante para mi, desde muy niño, ahora que estamos en Madrid, el museo del Prado fue el primero que visité mucho, y aprendí a contar historias también mirando a las pinturas. Pero a mi no me gusta un cine que sea de referencias, que cuando estés mirando pienses: “Eso es como un Caravaggio”, pero tenía la excusa de poder recrear cuadros inventados de alguna forma. Entonces elegí pintores que me gustan mucho como Caravaggio, Velazquez, Rubens… También hay un caricaturista que no es conocido fuera de Portugal que se llama Joseph Viena, que hacía caricaturas satíricas de las instituciones, de la Iglesia, de los políticos durante la dictadura. Estuvo en prisión varias veces, es una figura sarcástica y muy iconoclasta, de alguna forma. Ponía a los curas en posiciones eróticas y cosas así que, a veces, son cercanas a la vulgaridad. Yo en muchas películas he pensado, con sexo explícito, cosas cercanas a la pornografía, y cuál es la distancia cuando una cosa es pornográfica.
Me interesa el cine, igualmente cuando es documental, y la película te debe atrapar desde el inicio. Lo que más me aburre es cuando una película es uniforme, cuando no hay nada que me despierte el interés, entonces las primeras escenas son importantes. Todo tiene que ver con ese ritmo de construcción de los momentos rápidos, lentos, divertidos, ya que la película es una historia de amor entre el príncipe y el bombero, pero también una tragedia, es una historia que termina mal y después termina bien, porque al final el bombero es el presidente de Portugal. Siempre en torno a la ironía.
4.La religión es un tema presente en tu filmografía. ¿Cómo crees que esto afecta a Alfredo y Alfonso, en este caso?
Alfredo sigue la tradición, nosotros en Portugal ya no tenemos monarquía desde hace más de cien años pero todavía existen unos descendientes de la aristocracia. En revistas como ¡Hola! que vosotros tenéis, en una sala de espera una vez que fui al dentista aparecía una familia de esos descendientes con las celebridades de la tele al lado. Esa gente que se inventa una vida de ficción para los otros, que la desean, para mi fue una de las ideas más importantes de la película. Al final, quieres que los otros te miren como tú eres de verdad, como el príncipe descubre que es realmente. Él fue educado en una tradición en la que la religión era importante, las reglas aristocráticas eran importantes pero vive en una familia de ficción, de fantasía por eso también la llame una fantasía musical.
5.La escena del velatorio tiene un gran impacto tanto visual como narrativo, con los personajes y el llamativo vestuario que utilizan ¿Puedes hablar un poco del proceso creativo detrás de ella?
Nosotros estamos en 2069, ¿Cómo va a ser 2069? ¿Cómo va a ser el futuro? Cuando haces una película de época, las épocas pasadas poseen restos de todas las épocas de la historia por lo que estamos en el futuro pero estamos filmando en una iglesia que es una iglesia brutalista de los años setenta, una de las iglesias más bonitas de Lisboa. Ya fue visionaria cuando fue construida, veía ya el futuro.
Además, inventamos la ropa, cómo serían las ancianas que velan al muerto en el futuro: con unos guantes de látex, un poco perversas… Nos divertíamos con la chica encargada del vestuario y el departamento de dirección artística. Pensamos a partir de cosas que existen de verdad, porque también la película tiene un presupuesto reducido, tuve como doscientos mil euros de presupuesto, por lo que partimos de cosas que ya existen. Por ejemplo, los trajes de los bomberos fueron imaginados, inventados, mirando ropa futurista, siempre con la idea de divertirnos con lo que estábamos haciendo.
Puedes nuestra crítica de Fuego Fatuo en: http://www.cinenuevatribuna.es/articulo/cartelera/fuego-fatuo-principe-que-queria-ser-bombero/20230330171250018704.html