WARNER, EL DESTRUCTOR DE UNIVERSOS
Warner entra, y no sé cuantas veces llevamos contadas en los últimos años, en un nuevo proceso de cambio administrativo. Discovery hace oficial su entrada en la compañia, ahora pasándose a llamar Warner Bros Discovery, un conglomerado que reune una biblioteca abismal de contenido en el
entretenimiento. Un juguete con un nuevo dueño. Pero viendo lo ocurrido, podrías denominarlo un juguete roto. Roto de ilusión y esperanza.
Lo que peor y mejor puede venir es un futuro incierto. Porque después de tantas recambios en el organigrama siempre vemos el mismo resultado: universos de historias, contadas y por contar, destruidas.
A estas alturas en Warner no se necesitan nuevos presidentes, sino personas valientes.
Arquitectos que sepan contar historias y las respetan porque son antes que creadores, fans del mundo que les ha marcado y puede seguir haciéndolo.
En Warner no existe un Kevin Feige ni un Dave Filoni que ponga orden en una cronología de estrenos y la lleven a cabo sin miramientos, líderes que respetan a los directores, no solo a la hora de dar libertad y dar forma a su obra, sino que entienden que el resultado no es únicamente e inmediato a la taquilla, es un todo lleno de piezas interconectadas unas con otras, cuyas historias no acaban cuando se llega a los créditos.
Star Wars es el espejo donde mirarse, un universo anteriormente despedazado a base de malas decisiones, sumiendo a los fanáticos en la desesperanza, todo lo contrario a la que saga, mágica y espacial, siempre ha caracterizado. Un mundo donde todo es posible, como el de Harry Potter, actualmente desaprovechado en historias poco interesantes, que en vez de ampliar el universo como se prometía a base de nuevos personajes, solo nos hemos tenido que conformar con animales adorables, protagonistas mal enfocados y muchos sin carisma, y errores constantes de canon. Lo más palomitero de las tres entregas ha sido todo lo ocurrido fuera de ellas: juicios, despidos, escándalos personales y polémicas, los verdaderos ejes de una "Animales Fantásticos" que pide a grito ronco de ser cancelada.
De nuevo, la indecisión como su método de conducta perpetua, con la facilidad de hacer dinero fácil sin la complicación de unir las historias férreamente bajo un hilo conductor como la de los superhéroes, Warner de nuevo es incapaz de ver en "el niño que sobrevivió" su particular mina de oro.
La segunda comunidad con más seguidores del mundo clama porque sus páginas favoritas se vean adaptadas a la pantalla chica, la que es en realidad la nueva pantalla grande, la de las plataformas de streaming dispuestas a todo por liderar el mercado. HBO Max sigue dormida en los laureles, tomando decisiones más por orgullo carcomido que por cabeza y corazón.
Las redes sociales, reflejo de movimientos sociales como el presente histórico #ReleasetheSnydercut,
son un altavoz ya imposible de silenciar, aunque muchos desde arriba intenten tapar el sol con el dedo.